Solo una tonta | 𝐤𝐢𝐦 𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠𝐦𝐢𝐧

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Este capítulo podrían tomarlo como relleno, ahorita publico el siguiente:)

Capítulo treinta y siete: Relación a distancia.

El día estaba tan nublado al igual que yo, mis amigos y mi ahora novio estaban por irse de vuelta a Seúl.

—No se pueden ir... No quiero quedarme sola.

—Es parte de la vida amiga, tenemos que partir a un mejor lugar. —dijo Jisung con una mano en el pecho.

—¿Por qué hablas como si nos fuéramos a morir? —preguntó Jeongin mientras le daba un golpe en el hombro.

—No lo sé, era para dramatizar la cosa. Y bueno, tienes que soltar a Seungmin, _______, el avión no tarda mucho en partir.

—Pero... pero...

Estaba por ir con Jisung a jalarle los pelos por arruinar mi momento de abrazos con Seungmin.

—Nos veremos pronto, ________, lo prometo.

—Está bien, está bien. —fingí limpiar una lagrimita. —Los voy a extrañar mucho...

Nos dimos un último abrazo grupal que no duró demasiado ya que su vuelo ya estaba siendo anunciado.

Todos se despidieron de mi con un pequeño beso en la mejilla, al final Seungmin se acercó a mí para darme un beso en los labios cuando nadie estaba viendo, o eso creíamos.

—Cof, cof... — Jisung tosió falsamente. —Creo que ya es hora de irnos.

Seungmin asintió y me dio una última sonrisa para ir con mi mejor amigo y caminar hasta donde los demás estaban. Yo me quedé viéndolos desde lo lejos, me sentí un poco sola en ese momento, pero los volvería a ver pronto.

(. . .)

Le había llamado a Hyunjin para que volviera a mi apartamento. Tuve que meter a lavar todas sus pijamas, pues las dos noches anteriores habían sido utilizadas por 4 chicos apestosos. También limpie todo a profundidad, si no lo hacía ese día no lo hacía hasta dentro de un mes.

—¿Limpiaste? —fue lo primero que Hyunjin dijo cuando entró al departamento.

Yo asentí.

—Con razón se siente otra vibra y no huele a tela sucia.

—Oye, a mis queridas telas me las respetas.

Hyunjin asintió riendo, media hora más tarde ya estábamos comiendo un poco de arroz y carne.

—¿Has pensado en volver a Seúl? —me preguntó de repente.

—Si, no falta mucho para que vuelva a ir, quizá cuando nos den vacaciones.

—O sea, si, pero me refiero a que si has pensado en regresar allá definitivamente.

Si era sincera, era lo que más quería, pero tampoco quería dejar mi proyecto a medias porque me recordaba a mi pasado, siempre dejaba todo sin terminar.

—Quiero volver, pero... no lo sé. Tendría que pensarlo mucho.

—Yo también quiero volver. ¿Crees que sea difícil tramitar la solicitud para volver a la escuela en donde estaba?

—Quizá no, espero que no.

Si era fácil ese trámite me iba de una, y que alguien más tuviera la oportunidad de tomar mi puesto, pues hasta ahora me estaba dando cuenta de que realmente no quería estar aquí.