··- Cisnes de Origami -·· [ Izuku Midoriya x Lectora ]

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La noche cayó, el grupo de adolescentes se encontraban llendo fuera de los dormitorios de Heigth Alliance, aunque el del Kosei de lavado de cerebro ya se encontraba esperando a los otros.

Un bostezo se escuchó de la boca de la tierna castaña. Fue entonces que en susurros comenzaron a hablar.

– Por fin llegaron.. – Shinso.

– Buenas noches, Shinso-kun~

Saludó el pecoso, quien en su interior estaba nervioso, pero el mismo se recomfortaba con  el pensamiento de que salvarían a todos y todo estaría mejor al siguiente día.

– ¿Están listos? – Preguntó Kendo, recibiendo un asentamiento por parte de todos.

– Hicieron un buen trabajo con la vestimenta, nos mezclaremos bien entre la gente.. – Ésta vez, fue el de lentes quien habló – Saben que tenemos que ser cuidadosos, al primer indicio que se muestre que seremos dañados severamente, no lo dudaré y traeré a todos y a cada uno de ustedes de vuelta y llamaremos a los profesionales...

– No me importa. – De nuevo Shinso dijo secamente, mientras Midoriya bajaba la mirada.

– A mi tampoco...

Dijo el peliverde aún sin levantar la mirada, llevándose los reflectores de todos los presentes.

– No perderemos.. definitivamente no lo haremos.. Vamos a salvarlos... Voy a salvar a (T/N), cueste lo que cueste.. incluso si.. tengo que perder la vida por ella...

Levantó la mirada, reflejando desición y convicción en sus ojos, los cuales brillaban con nervios, amor y seguridad.

– Hice una promesa a alguien y también me hice esa misma promesa a mi mismo.. tenemos que salvarlos para vencer! – Prosiguió con desición en sus palabras.

Kendo, Uraraka, Ibara sonrieron, siendo contagiadas de la confianza de Izuku. Iida, Hitoshi y Shōto asistieron.

– ¡Vamos entonces! – Dijo Shinso complacido.

Y cuando comenzaban a caminar decididos, aunque con cierto cuidado de no ser descubiertos en el intento de salvar a los estudiantes, pues sería muy malo para ellos y para los 4 chicos desaparecidos.

Con vestuarios de civil muy bien camuflados entre la gente, iban por la avenida principal, la cual a pesar de ser algo tarde, estaba bastante concurrida. Aunque era obvio, pues se supone que solo los estudiantes están en casa para reponer su energía y seguir con sus estudios al día siguiente, cosa que deberían estar haciendo, pero su misión era más importante que conciliar el sueño.

Kendo suspiró, aparentemente era la más nerviosa del grupo, pues es obvio que la clase B no había tenido enfrentamientos más directos con los villanos que la clase A, a pesar que los pequeños encuentros en el campamento contaban.