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– Agh....

Salió un quejido por parte de la de ojos (c/o). Era algo obvio quejarse después de que el alto pelinegro la dejara caer al piso con fuerza luego de haber llegado a aquel destino desconocido.

Abrió los ojos, encontrándose con los azulados de Dabi, debido a esto, desvío la mirada inmediatamente, pasándola por el gran –lo que parece ser– almacén, estaba repleto de cajas, tubos y cosas parecidas. El ambiente era frío y gris, el piso lo era también.

Finalmente su vista cayó en tres personas más en la habitación, Hatsume, Tetsutetsu y otro chico castaño, quienes se encontraban heridos e inconscientes, en la cara de (T/N) se notó la preocupación, estuvo por levantarse a ver el estado de aquellos tres con más detenimiento, pero el de cabellos negros la detuvo.

– Ellos estarán bien, linda~

Habló mientras se ponía de cuclillas frente a ella, quien intentó alejarse retrocediendo, pero el contrario la tomo con fuerza de las muñecas.

– Despertarán, no te preocupes. Aunque debo admitir que me sobre pasé, aunque bueno, pudo ser peor para ellos~

Sonrió cínicamente, ocasionando el nuevo ceño fruncido, acompañado de otro quejido, debido al dolor y calor –Debido al Kosei de Dabi–  que comenzaba a tener en sus muñecas.

– Tomura los quería vivos y por el momento debo seguir órdenes, aunque el que decide sobre ti.. soy yo.

Afirmó sin duda alguna, asustando a la menor.

– S-suéltame...

Siseó, con temor, pero no lo suficiente como para quedarse callada, el calor del Don de Dabi calaba cada vez más, seguramente sus muñecas ya tenían las marcas de las, poco graves quemaduras.

– Shh...

Susurró callándola, acercándose a ella, quedando junto a su oído.

– Ahora yo decido sobre ti, eres mi prisionera, y me tienes que obedecer, yo pongo las reglas.

Con una sonrisa se separó, para soltar sus muñecas, dejando en lugar de sus manos, unas cintillas de aquellas que suelen usar los constructores, la cual abrochó con firmeza, evitando que ella pueda mover sus manos con libertad.

La de orbes- (c/o) solo lo miraba con desconfianza e incluso odio, ¿Cómo se atrevía a verla de sumisa y esclava? ¿Era propiedad de el? No, eso era seguro.

– Luego vengo, debo arreglar unas cosas y hablar con el susodicho idiota – Soltó con completa normalidad– Ponte cómoda, es tu casa~.

Habló por última vez, caminando con una sonrisa sarcástica y egocéntrica.

(T/N) lo observó sin agregar nada más, hasta que la silueta del mayor se perdió entre la pesada puerta de aluminio, dejándola completamente sola, sin contar a los otros tres estudiantes inconcientes frente a ella.

Suspiró, ¿Qué debía hacer ahora? Tal vez esperar a que los demás despertaran e idear un plan para escapar, no debía de pasar ni un día más en ese lugar, pero no lo lograría sola, eso estaba asegurado, pues si Kosei no era lo suficientemente fuerte o poderoso como para salir sola de ahí, no conocía a ciencia cierta los dones de los otros, a excepción de Tetsutetsu, así que tenía que esperar a que despertaran, y de ahí, idear un plan. Por el momento, estaban en ceros.

•••

De un momento a otro, la chica se quedó dormida, habían sido demasiadas cosas en un día, demasiadas emociones, lo cual ya se encontraba cansada.

··- Cisnes de Origami -·· [ Izuku Midoriya x Lectora ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora