··- Cisnes de Origami -·· [ Izuku Midoriya x Lectora ]

²⁴

Con Izuku Midoriya:

Otro día más, no podía soportarlo, y es que cada vez el recolectar información era más complejo, no le permitían entrometerse en nada.
Más conferencias que hacían que perdieran clases con Aisawa, el ambiente era tenso entre los alumnos de primero.

Suspiró, saliendo del aula a caminar un poco, a fin de cuentas, nadie le diría nada o lo reprendería por ello.

Un par de pasos, perdido en sus murmullos y pensamientos sobre qué hacer, que no lo hagan ver como un chismoso a los ojos de los profesores y de All Might.

– Por favor, tienen que encontrar a mi hija

La voz madura y masculina de un padre de familia lo sacó de sus pensamientos, obligándolo a voltear con curiosidad e inercia.

Un hombre de cabello (c/c) un poco más oscuro que el de (T/N).

– Lo entendemos, señor (T/A), los héroes profesionales están haciendo todo lo posible para encontrar a (T/N) y a los demás estudiantes. Debería descansar – Una señorita de oficina intentaba calmar los nervios y preocupación del mayor.

– No puedo descansar.. Es mi hija – Aquel señor hizo una pausa – Solo quiero que regrese a casa – Bajo la mirada.

– Hacemos todo lo que está en nuestras manos, señor (T/A).

– Lo lamento.. es solo que

La señorita hizo una reverencia.

– Ella estará bien~

El corazón de Izuku dolió, no podía imaginar la preocupación que el señor debía sentir. Aquello aumentó su sentimiento de culpabilidad, y luego que de que la señorita se marchara, se acercó al señor, que ya podía deducir que se trataba del padre de (T/N).

– D-disculpe – Dijo en cuanto estuvo lo suficientemente cerca para hablar.

El padre de la oji-(c/o) levantó la mirada, encontrándose con un peculiar chico de cabello y ojos verdes, con esas pecas, adivinó al instante de quién se trataba, el mayor crush de su hija, aunque no sabía su nombre.

– ¿Si? – Preguntó al no tener en su una razón para que tuvieran una conversación, es decir, no se podía imaginar alguna razón.

– U-umm Yo.. – Aclaró su garganta, estaba nervioso, y ni siquiera sabía qué decirle, pensó que tal vez sería mejor irse, pero se arrepintió de aquello.–  Mi nombre es Izuku Midoriya – Hizo una reverencia – Bueno.. yo.. quisiera disculparme con usted, señor – Lo miró con miedo.

Fue entonces que el señor frunció el ceño con confusión, ¿De qué tenía que disculparse aquel chico?.

– ¿Y a qué se debe esa disculpa, Midoriya? – Está vez, al decirlo, suavizó su expresión, mostrándose amigable para el nervioso chico.