··- Cisnes de Origami -·· [ Izuku Midoriya x Lectora ]

¹⁷

Luego de que Midoriya fuese hablar con All Might y unas cuantas clases más, regreso pensativo acerca de la conversación, aparentemente se recibió una amenaza más por parte de la liga de villanos, donde amenazaban con entrar a UA a luchar, y además, lo más preocupante de por sí, se llevarían a los alumnos que estén desprevenidos.

“Secuestro”

Pensó Midoriya preocupado, le habían dicho que no lo dijera a nadie aún, después de la hora del almuerzo los demás de la clase serían notificados.

De repente, en la mesa frente a la banca en la que el se encontraba, miró a una chica, con la mirada agachada, más preciso, mirando la hoja entre sus manos, se enfocó en estas, pues eran de un tamaño regular, muy femeninas y definitivamente delicadas, simplemente se veía elegante, además de la brillante cabellera (c/c).

Mientras analizaba, observó como tenía unas cuantas figuras de papel junto a ella, en forma de rosa cada una del mismo color, verde, a excepción de una en particular, que era roja.

Los ojos de Midoriya obtuvieron un brillo característico al darse cuenta de que esas mismas manos estaban en el proceso de crear un pequeño cisne de papel.

En ese momento, algo en su interior, tal vez instinto, tal vez su corazón, le dijo que se trataba de ella. Aunque claro, su sorpresa, no lo permitió figurar que el tono de cabello es el mismo de su nueva amiga, (T/N). Además no miró sus ojos.

Desafortunadamente, para nuestro protagonista quien estaba por levantarse de su asiento a intentar conversar con la misteriosa chica, un grupo de chicos de otra clase pasaron por ahí. Midoriya inmediatamente intentó seguir viéndola, asomándose por un lado sintiéndose inquieto, pero al quitarse ese grupo del camino, la chica se había ido.

Si, (T/N) se dió cuenta que alguien la miraba, y levantó un poco su vista, dándose cuenta que quien la miraba era Izuku, fue así que aprovecho que, cuando el campo de visión del peli-verde se vió afectado, tomó rápidamente sus cosas y se fue. Justo cuando estaba haciendo la carta, o cisne de papel, de ése mismo día.

.
.
.

Midoriya suspiro derrotado, no podía creer la suerte que lo acompañaba a veces.

– Por favor, dime quién eres... - susurró mirando hacía el suelo.

– Lo siento, no puedo hacerlo... - (T/N) en otro sitio, su escondite temporal, pronunciaba estás palabras, disculpándose con el chico, aunque este no la pueda oír.