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Changbin se estiró cómodamente en su cama, miró al lindo gatito somnoliento a su lado, Felix se frotaba los ojitos con cansancio.

— Buenos días, Fefi— dijo el castaño, a lo que el gatito respondió con un ruido cansado—. ¿Desayunamos juntos?

Felix asintió con cansancio.

— ¿Puedo desayunar en la cama? — preguntó, sus ojitos se abrieron un poco, sus largas y oscuras pestañas se agitaron.

— Por supuesto, bebé— dijo Changbin, besó su nariz sin poder resistirse.

El castaño se levantó, yendo a la cocina, tomando dos tazas, preparó primero el desayuno de Felix, su leche especial para gatos e híbridos (ya que la leche normal le caía mal) con dos cucharadas de azúcar, calentada un minuto en el microondas para que estuviera cómodamente tibia.

Changbin regresó al cuarto para darle su desayuno.

Felix estaba sentado en la cama y se veía extrañamente ruborizado y parecía pensativo.

— Lix, aquí está tu leche.

No fue sino que Changbin habló que el gatito se dio cuenta de la presencia en su habitación sus orejitas se alzaron con sorpresa.

— G-Gracias— murmuró, tomando la taza entre sus manos.

— ¿Estás bien?

Felix asintió, aunque no convenció a Changbin

El castaño lo dejó, sin querer preguntarle qué pasaba, volvió a la cocina, a preparar su desayuno y sus cosas de la universidad.

Ese día era muy importante porque entregarían el trabajo que había hecho con Minho, más una presentación oral donde tendría que explicarle al profesor qué habían aprendido de todo lo investigado.

Repasaba el trabajo, con murmullos, mientras tomaba lo que quedaba de su capuchino.

— ¡Miau~~! ¡C-Changbin! ¡Miau!

Los maullidos desesperados de Felix lo hicieron dejar todo aquello y correr hacia el cuarto, preocupado.

— ¡Fefi! ¿Qué-?

Se detuvo bruscamente, Felix temblaba, echo una bolita en el suelo cerca a la puerta, abrazaba a sus piernas y se escuchaban sollozos y maullidos, cada tanto, murmuraba el nombre de su humano.

— ¿Lix?

Escuchaba sus respiraciones agitadas y se asustó, sin saber qué ocurría.

El castaño se sentó frente a él, acariciando su cabello y sus orejas con cariño, Felix mordía su labio inferior con fuerza y sorbía su nariz.

— ¿Qué pasa, bebé? Me estás preocupando.

— Changbinie... E-Estoy du-duro.

Changbin abrió ampliamente sus ojos, no creía haber escuchado bien.

— ¿Qué?

Felix alzó sus ojos tímidamente dejó de abrazar sus piernas para abrirlas, mostrando lo que decía a Changbin.

Tanto Felix como Changbin dormían sólo con calzoncillos y con una remera liviana por el calor de la estación, y nada de aquello disimulaba un poco la erección que tenía el híbrido.

Changbin alzó sus cejas, sorprendido.

Se distinguía perfectamente el miembro de su híbrido, duro debajo de la fina tela de los calzoncillos.

— D-Duele— lloriqueó—. C-Changbin... A-Ayúdame... Miau~

Changbin comenzó a sentir calor, respiró de forma agitada.

Con pánico, se apartó del gatito y salió del cuarto, cerrando la puerta con fuerza.

Felix volvió a maullar, llamándolo de forma desesperada, por más que le partía el corazón, no quería hacerle mal.

Tomó su teléfono, marcando la persona más indicada para ayudarlo.

Tomó su teléfono, marcando la persona más indicada para ayudarlo

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Bad Luck ›› changlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora