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— Miau.

— Miau~.

Los gatunos ojos de ambos se encontraron un segundo, las orejas del menor se alzaron, Felix quitó su gorro para mostrar las suyas también, ronroneaba con emoción, pero tenía miedo de acercarse.

No sabía cómo estaba su hermano después de tantos años, no sabía cómo reaccionaría, así que ahogó su emoción mientras el otro se acercaba con cuidado.

Seguía siendo pequeño y Felix tuvo que apretar sus manos para resistirse a abrazarlo.

— ¡Felix! — Byul habló por primera vez a oídos de Hyunjin, se sorprendió de que tuviera una voz tan alegre y que podía definir como aguda, la cala de malo que tenía siempre le daba la idea de otra voz.

Byul saltó para abrazar a Felix del cuello, provocando la risa de ambos, los hermanos se unieron en un cálido abrazo, con sonrisas amplias y ronroneos fuertes.

— Oh, Hyunjin, no llores.

El humano le importó muy poco las palabras de su amigo, y lo abrazó para llorar en su hombro, Changbin se dejó, intentaba no sonreír tanto para ver a su lindo novio y a Byul en su reencuentro, pero apenas lo lograba uno segundos antes de que sus ojos terminaran cerrados de nuevo.

En un parpadeo, dos gatitos negros, peludos y algo despeinados, corrían por la habitación, saltando sobre la cama, la pequeña mesa y entre la poca ropa de Byul que estaba apilada en un rincón, maullándose entre ellos y atrapándose entre sus peludas patitas negras, jugando por primera vez en años.

Era tan adorable la imagen que Changbin terminó llorando igual que Hyunjin, presionando su pecho por el dulce sentimiento como de azúcar corriendo por sus venas y dándole un apretón a su corazón.

— Son tan lindos— murmuró el castaño.

Hyunjin tardó unos segundos, sorbiendo sus mocos y limpiando sus lágrimas, para mirar a los gatitos, no sabía cuál era cuál, eran muy idénticos, pero ambos estaban en el suelo y peleaban con sus patitas uno contra el otro, con ruiditos adorables como agudos y pequeños rugidos gritando entre ellos.

— Ay... Ya me puedo morir feliz— Hyunjin sonaba tan emocionado que parecía que volvería a llorar.

Changbin se acercó a ambos y se sentó a una pequeña distancia de los dos, ganándose la mirada de los dos felinos, se sintió mal por no reconocer a su gatito.

— Felix, ¿Vienes? — dijo, palmea do su regazo.

De inmediato, uno de los gatitos se separó para ir hacia él, Changbin lo acarició con una sonrisa y ambos miraron al otro felino, Felix maulló y Byul miró con inseguridad a Changbin.

El castaño alargó una mano hacia él, y el gatito negro se acercó con cuidado, oliendo primero antes de dejar que la mano acariciara su cabeza y orejas.

Changbin notó la primera diferencia entre los hermanos, Byul tenía ojos verdes, diferentes a los grises de Felix, y sonrió por su descubrimiento.

— Felix... ¿Quieres que nos quedemos con él? — pregunto el humano.

El gato negro a su lado alzó su rostro hacia él, maulló una vez antes de cambiar a su forma humana, Felix se veía tan feliz, con ojos brillantes, sus mejillas rojas y una sonrisa que no podría ser borrada en mucho tiempo.

— Byul— miró a su hermano, aún en forma de gato—. ¿Quieres vivir con nosotros?

— Miau.

Felix rió, y Changbin lo miró con una sonrisa, aunque no entendía.

— Dice que sí— respondió su novio, mirándolo con emoción, se volteó a Byul y lo miró un poco más serio—. Pero para siempre, By, no irás a otro lado, ¿Sabes?

El gatito lo miró unos segundos antes de cambiar, más lentamente que su hermano, a la forma del joven pelinegro, su cabello más largo que el de Felix, su rostro un poco más amplio, los mismos ojos y la misma nariz de botón, sonrió, resaltando sus mejillas sin pecas como Felix pero igual de hermosa.

Byul asintió con gusto.

Tanto Changbin como Felix abrieron sus brazos hacia él, y el híbrido dudó un momento antes de ir al contacto, simplemente era muy arisco, pero terminó por rendirse y se dejó abrazar por ambos, los más que su cola se erizó y escuchó a los humanos reír por aquello.

Tanto Changbin como Felix abrieron sus brazos hacia él, y el híbrido dudó un momento antes de ir al contacto, simplemente era muy arisco, pero terminó por rendirse y se dejó abrazar por ambos, los más que su cola se erizó y escuchó a los humanos r...

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BRENDA TAMBIÉN ERA HIJA DE CAROLINA lo veía venir honestamente pero estuvo piola

Con esto cierra el segundo arco, nos vemos el martes con el tercer arco, vayan preparando sus pañuelos 

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Bad Luck ›› changlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora