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Byul caminaba con lentitud y desinterés por el borde del techo de la casa, sin sentirse ni un poco intimidado por la altura de los dos pisos de la casa y sin importarle que alguien viera al híbrido en ese lugar.

Poco le importaba esconderse.

— ¡Pequeño!

Miró sobre su hombro hacia el dueño de aquella voz que lo había llamado de ese modo.

El pelinegro le sonrío ampliamente y sus ojos se hicieron dos líneas que coincidían con las agujas del reloj al marcar las diez y diez.

El híbrido frunció el ceño y bajó sus orejas.

— Oh, ¿Vas a empezar de nuevo con tu odio hacia mí? — Preguntó Hoshi, llevando sus manos a su pecho—. Sólo me buscas cuando necesitas algo, al parecer.

Byul se volteó y siguió caminando por el borde a esa altura que a cualquiera podría darle vértigo.

Sus ojos se desviaron cuando escuchó un pequeño golpe de algo cerca de sus pies, no tuvo tiempo de ver que era cuando un segundo golpe se escuchó, un poco más cerca, alzó sus orejas con curiosidad.

Soltó un grito cuando sintió algo picar su pierna, la levantar para intentar frotarla pero se tambaleó en el borde del techo y su cola se erizó con miedo, mientras movía sus brazos y un pequeño llanto surgió de su pecho.

— ¡Byul! ¡No!

Se estabilizó sobre sus pies y suspiró con alivio, antes de mirar a Hoshi con el ceño fruncido.

¿Quién se creía ese idiota para tirarle piedras?

El pelinegro llevó una mano a su corazón y respiró profundamente varias veces.

— Ay, Dios mío.... Lo siento pequeño, casi te mato... Ah, mierda, que feo se siente...— se sintió a morir un segundo, pero por la mirada que le dedicó el híbrido, sería hombre muerto dentro de poco—. Oh, no ten piedad... Vamos, baja de ahí por favor— el pelinegro abrió sus brazos hacia él—. Y ven conmigo.

Las mejillas del híbrido se ruborizaron, las inflo con fastidio y se apartó del borde, marchando hacia el balcón más cercano y entrando a la casa.

— ¡Lixie dos!

El híbrido se volteó con expresión lastimera, para ver al chico tigre, que cargaba una pelota en sus manos.

— Hyunjin dijo que eras bueno y que debíamos ser amigos— dijo, el híbrido se acercó a él—. Soy Seungmin, ¿Cómo te llamas Lixie dos?

El gatito abrió su boca, sus orejas temblaron por los nervios y tardó un segundo en que su voz se escuchara.

— B-By-Byul...

— Byul— repitió, y el otro asintió—. Es bonito, suena a nombre de alguien pequeño, te queda bien.

Byul frunció el ceño y sus orejas se bajaron con amenaza.

No le gustaba que lo trataran de pequeño, ya sabía que lo era, no necesitaba que se lo recordaran.

— ¿También extrañas a Felix?

Byul lo miró un segundo y lo pensó, en verdad, lo había extrañado desde hacía años, tanto tiempo había pasado que ya poco sentía que lo extrañaba, aunque estaba seguro que sí lo hacía, así que terminó asintiendo.

— El vendrá pronto— dijo Seungmin—. Hyunjin dijo que lo traería, pero creo que sigue enfermo, como él.

Byul negó, confundido.

— Felix no... Enfermo— murmuró, sintiéndose avergonzado de su torpe habla.

Nunca entablan conversaciones con nadie, nunca había hablado con nadie, simplemente era muy callado, no le gustaba la gente y menos interactuar, aunque cuando debía hacerlo se arrepentía de nunca haber aprendido correctamente.

Bad Luck ›› changlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora