Camine por los pasillos del palacio, que si bien no era un palacio como tal nosotros lo llamábamos asi, cuando el abuelo de nuestro rey había construido Heiwa, se instaló en un castillo antiguo que fungía como museo, lo habíamos transformado en un lugar adecuado para que se pudieran realizar las investigaciones y avances que nos habían llevado hasta donde estábamos hoy, en la cima.
Estaba realmente furiosa con mi hermano, con todos para ser sincera, sabía muy bien que opinaban de la misma manera y no dudaban en decírmelo, pero yo ya había tomado una decisión, ellos debían de respetarla simplemente, sin hablar tonterías que no quería escuchar. Toda mi familia me llamaba idealista, porque creía que el protocolo era realmente la única forma de encontrar el amor real, un amor que siempre soñé con encontrar, por ello quería seguir la voluntad de mi abuelo, con la certeza de que las cosas desagradables serian nimiedades junto a lo que obtendría al estar con Angello, jamás me dañaría.
Es cierto que él y yo no éramos precisamente unidos, pero lo conocía perfectamente, era amable, caballeroso, diplomático, encantador y podría numerar sus mil virtudes, aunque jamás terminaría. Angello sería el esposo perfecto, atento y cariñoso, estoy segura, asi que, ¿porque debía decir que no? un protocolo adelantado no era lo mismo que comprarlo, ¿verdad?
- ¡Nina! - me giro hacia quien me habla viendo a Rin corriendo hacia mí - ¿ya te vas? - me pregunta colgándose de mi brazo
- Estoy escapando y ¿tú? –
- Salí temprano, iba a ir a casa con mamá, pero no te ves muy bien ¿Qué sucede? - me pone la cabeza sobre el hombro.
- Lo mismo de siempre, ya sabes, mis horribles hermanos, pensaba ir por Valentina – explico, ella me mira con comprensión.
- Pues vamos, será un día para despejar tu mente, olvídate de la fama que recae en tus hombros- sonríe con dulzura.
Le sonrió de vuelta asintiendo, ella me toma de la mano arrastrándome por las escaleras de la entrada.
Valentina tenía 11 años y era mi sobrina favorita – por no decir la única- éramos bastante unidas, puesto que yo tenía su edad cuando llegó a este mundo, ella creció bajo la misma crianza que yo. Su madre había muerto el día en que dio a luz, según los informes habían surgido complicaciones que ponían en riesgo a ambas, al final no logro sobrevivir. Mi hermano estuvo devastado y le costó mucho salir de la depresión que le había causado la pérdida de su esposa. A pesar de que según nuestras normas mi hermano podía asistir al protocolo de nuevo, él jamás quiso intentarlo otra vez, así que le entregó su vida a su hija.
Mi sobrina era un sol, no por ser tan buena, sino porque podía quemar y destruir todo lo que la rodeaba, él único consuelo era que no tenía habilidades hasta los 15 años, así que esperábamos que para ese entonces cambiará un poco. Lo que sí puedo decir es que su naturaleza curiosa y animada lograba conquistar en un parpadeo, además era más que consentida por mi familia.
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HEIWA
Science FictionNina siempre vivió en una fantasía idílica en donde todo era la perfección, inteligente e idealista esta dispuesta a ser casada sin sentimientos reales con un chico al que no ama, solo con la intención de continuar con los roles que mantienen a Heiw...