Tres
Casi se le sale el corazón al oír aquel discurso.
Y ahora no podía hacer más que aferrarse secretamente a una de las tres botellas de vodka, apoyada contra la puerta del cuarto de los novios, en completa soledad.
¿Cómo podía procesar tanta información en tan poco tiempo?
Su mejor amiga iba a casarse.
Bueno, ellos llevaban mucho tiempo saliendo y se amaban como locos.
Pero su mejor amiga iba a casarse.
Y estaba bien porque Nino era el hombre perfecto para ella.
No podía ser, su mejor amiga iba a casarse.
Y ella no podía evitar estar feliz porque su amiga se merecía ser así de feliz.
¡Pero por dios, su mejor amiga iba a casarse!
No era como que nunca lo hubieran platicado o hubieran soñado juntas con el día de sus bodas. De hecho, ella incluso le había ayudado a diseñar cientos de vestidos posibles para cuando el gran día llegase. No obstante, tener ese hecho frente a sus ojos se había vuelto repentinamente increíble.
Si hubiera podido compararlo con otra situación, lo hubiera hecho con cuando por fin decidió mudarse de su casa y emprender una vida sola. Es decir, ella sabía perfectamente que eso sucedería en algún momento y que vivir sola sería todo un reto, pero no lo sintió real hasta que vio su habitación en casa de sus padres vacía y el camión de la mudanza esperándola abajo.
Y ahora, pensar en que su mejor amiga estaba por empezar una vida al lado del chico de sus sueños, le parecía algo de otro mundo, de otro universo.
Por dios, estaba tan feliz como consternada, y como aún no era buena lidiando con sus emociones teniendo heridas tan frescas, lo único que su confundido cerebro pudo hacer fue robarse una de las botellas y encerrarse en la habitación de su amiga a terminársela.
Estuvo ahí por alrededor de media hora, hasta que la puerta se abrió repentinamente y ella se vio siendo empujada de bruces contra el suelo.
—¿Marinette?—preguntó Gi entrando a tientas a la habitación y prendiendo la luz.
—Agh, la luz—se quejó la otra, tendida en el suelo boca abajo.
—¡Marinette!—gritó la pelirroja entrando de lleno a la habitación y levantándola del suelo—¿Qué haces aquí?
—Alya va a casarse, Gi—dijo barriendo las palabras.
—¡Ya sé! ¿No es fabuloso?
—Claro que lo es, es algo maravilloso—se puso de pie como pudo—¿cómo es posible?
Gi la sacudió un poco y la condujo fuera de la habitación, no sin antes llevarse consigo la botella y cerrar la puerta tras de sí.
Salieron a la sala, donde todo se había convertido en una verdadera fiesta, y una muy feliz Alya les mostraba su flamante anillo a todos. En cuanto sus pardos ojos se postraron en la azabache, corrió hacia ella y se abrazó a su cuello, aún sin percibir el aroma del alcohol.
—Amiga voy a casarme—chilló abrazada a ella, mientras Gi daba aplausitos y bailaba a su alrededor.
—Amiga ya lo sé—respondió Marinette, sonriendo repentinamente.
Alya le alejó lo suficiente como para verla, pero en cuanto sus pupilas enfocaron a su desaliñada amiga, la sonrisa se le borró del rostro.
—¿Estás bebiendo?
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Yes, I do.
Fanfiction"-Bueno, creo que no nos queda de otra-dijo batiéndose el pelo. -Ajá-respondió ella. -Entonces...¿aceptas?-preguntó con esa media sonrisa que a ella empezaba a gustarle. Marinette se lo pensó un par de segundos, escudriñando la mano del rubio fre...