02. Indecisión

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Tae fijó su mirada intensa en la chamita, Alexandra lo estaba viendo, esperando algo porque se había quedado mudo ahí, media hora en ese plan.

Si se arrechaba Daniel, se iba a tener que ir sola a su casa, aunque eso era mentira que Taehyun la iba a dejar irse sola porai a esa hora, primero se quema una tetilla.

— ¿Por qué me dices cuando te queda una semana pa' irte pal coño?

Tú podías ver a Tae muy cuchi y la vaina, gafito por su novia, pero ese carajo se arrecha y le gana a los volcanes activos existentes y ficticios.

—Porque mi mamá recién hoy me acaba de decir esa vaina, ¿tú crees que yo sería tan mamagueva para hacer eso?

Taehyun se cruzó de brazos, miró para todos lados, con esos cachetes rojos de la rabia, después fijó los ojos en Ale y bueno, ahí se apagó ese fuego. Se prendió la regadera.

—Naguevoná, te vas a ir —lloró abrazando a la chamita, fuerte pero fuerte.

Alexandra estaba tratando de no llorar ahí porque eso iba de largo a una llorantina en pareja, pero eso es mentira mano, que se vaya una de las personas que más quieres, lejitos te cuesta estando aun ahí, pero ya sabes que se va a ir, no es fácil esa vaina.

El mal sentimiento que tenía Tae era fuerte, casi ni lo dejaba hablar cuando la abuela Kang le preguntó preocupada, Tae sentía que se estaba ahogando mientras lloraba, abrazando a Alexita.

—Tae, Tae, no llores mucho ahorita por fa, ya siento que me estoy desgarrando el corazón, no llores más —Ale le pasó la mano por la cara para limpiarle los cachetes, le dejó un beso en la nariz.

— ¿Te puedes quedar? Yo le digo a mi abuela que le pida permiso a tu mamá.

Alexandra asintió, agarrándole la mano para terminar de entrar a la casa, olía como estaban haciendo la cena, bollito con mantequilla y queso, burde rico.

La abuela Kang se acercó otra vez. — ¿Qué pasó mis niños?

Tae se sacudió la nariz, para hablar, pero eso fue peor e inentendible. El chamito era burde sentimental, si le arrancaran una oreja le dolía menos.

—Lo que pasa es que me voy del país, señora Kang —Alexandra decía la vaina con pena, después de todo, ya se había asustado porque la señora tenía una cara de seria que pensó que la iba a correr en cualquier momento por hacer llorar al más chiquito.

—Ay chica, no me digas esa vaina —la señora se puso la mano en la frente.

— ¡Deberían es felicitarla que se larga de la patria! —exclamó Daniel, entrando a la sala con un plato hondo lleno de bollito y una montaña de queso.

—Sí, eso es verdad mami, pero coño, me dejas al niño aquí, esito —la abuela Kang sobó el brazo de Tae—, pero bueno hija, de verdad te deseo todo lo mejor, que Dios te guíe.

—Gracias señora.

—Abuela, ¿Ale se puede quedar?

Daniel gruñó. — ¿Van a tirar de despedida?

Ale se tapó la cara de la pena, Tae le lanzó el cojín con olor a culo infinito. — ¿TU NO PUEDES PENSAR EN OTRA VAINA QUE NO SEA TIRAR, LADILLOSO?

—Perdón pues, estaba jugando —Daniel alzó las manos con un pedazo de bollito en la boca—, o no.

—Te fuiste —Taehyun le fue a dar un lepe a su primo sin piedad de dejarle una fractura en el cráneo.

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𝑷𝒂𝒔𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒗𝒂𝒊𝒏𝒂𝒔  «𝙺𝚊𝚗𝚐 𝚃𝚊𝚎𝙷𝚢𝚞𝚗»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora