—Dicen que era un demonio enorme, vestido como un médico de la peste.
—Y mató a la familia del gobernador. Luego los soldados enloquecieron y asesinaron a la mitad de la población.
—Y fue rescatado por una amante del diablo ¡Una bruja! Y pensar que esas mujeres aún existen.
Dyo se sintió ofendido; llamarlo bruja, cuando es casi un dios para estos mortales insulsos.
—¡Dios nos libre de semejantes criaturas! —exclamó una anciana, haciendo la señal de la cruz en su pecho.
—¡Patrañas! —dijo un jóven escuálido y con la barba mal arreglada, harto de escuchar las habladurías de la gente y la atención de Dyo se centro en él.
—Cuentos de ancianas que todo quieren arreglar con brujas y demonios, ese caos tiene una explicación.
—Y bien señor erudito ¿Cuál es la explicación? —preguntó Dyo coqueto conociendo la veracidad de aquellos cuentos. Quizá el cuerpo de Adeline no estaba en las mejores condiciones, pero bastó el encanto de sus palabras para sonrojar al muchacho.
—Bien —tartamudeo antes de decir algo coherente— necesitaría investigar el lugar y a la gente para tener un panorama completo y resolver este...
—Eso significa que no sabes que sucedió —Dyo lo interrumpió y al hombre le temblaron las manos cuando una sonriente mujer se le acercaba.
—Hay muchas cosas que no sabes cierto — insistió Dyo y se acercó al joven que solo desvió la mirada.
—Yo te puedo enseñar algunas —le susurró al oído, al joven le temblaron las piernas y ya sin voluntad dejó que Dyo lo arrastrara lejos de las miradas de la gente del pueblo.
Dos minutos después la máscara tenía un nuevo portador.
†††
Al salir del pueblo, una muchedumbre se reunía alrededor de un hombre vestido con sotana.
—¡Encuentrenlos y quemenlos! —clamó el hombre entre la multitud.
—En el nombre de Dios, destruyan a esas criaturas infernales, protejan a sus hijos.
La gente vociferó junto al sacerdote incitando a la violencia, Dyo los miró con desden, poco sabían aquellos campesinos incultos que no permitiría que nadie tocaría a Sylvain, mas que el mismo.
†††
—¡Ya regresé cariño! —gritó a todo pulmón.
—Y más te vale que sigas aquí, Sylvain —balbuceó para si mismo y se calmó cuando escuchó los pasos del doctor en la habitación y se dirigió hacia allá.
—Te traje algo para comer—dijo Dyo mientras abría la puerta y encontró a Sylvain mirándose al espejo.
—Gracias, en un momento voy.
Se miraron el uno al otro, de arriba a abajo. Sylvain se había puesto una camisa blanca holgada y unos pantalones que le quedaban ajustados y a media pantorrilla*. Estaba descalzo pues, aparentemente ahí vivía una familia de proporciones más bien, pequeñas.
—Creo que puedo acostumbrarme a esto —le gustaba el traje de doctor y le gustaba más como lucía ahora, pero la sonrisa se desvaneció cuando Sylvain le mostró la máscara de cuervo.
Un leve quejido de disgusto se escapó de su boca y quiso protestar, pero el acuerdo era implícito, los sacrificios se harían por ambas partes. Si Sylvain iba a tolerar el uso de anfitriones hasta su muerte, entonces Dyo debería aceptar que ser médico era parte de Sylvain.
La máscara de la tragedia le tendió la mano.
—Descansa un poco, hace tres días te estabas muriendo —le dijo en tono de reproche y lo llevó al comedor.
†††
Dyo tenía la vista clavada en el techo, pero estaba viendo estrellas, de forma casi literal. Sylvain le besaba el cuello y con cada toque se estremecía a pesar de que su nuevo cuerpo había expirado hace varias horas.
Le acarició el cabello y sintió algo extraño, suave pero mucho más grueso que un cabello y le dió un tirón. Sylvain se quejó y reclamó, Dyo le sacó una pluma negra que le había crecido en la cabeza y no era la única.
El doctor se sentó sobre la cama y Dyo pudo ver cómo las heridas en su espalda comenzaban a cicatrizar, como una costra negra que se iba extendiendo en algún punto el atuendo iba a volver a crecer sobre su piel y Sylvain seguiría usando la máscara. Un malestar creció en su pecho, la idea de que alguien quisiera dañar a su amado Sylvain era insoportable.
—Tenemos que irnos —le dijo en automático.
—¿Perdon? ¿No dijiste que tenía que descansar?
—Cambié de opinión. ¿Quieres ir a Italia o Francia? ¿Turquía? ¿A cualquier parte de Asia?
Sylvain arqueó una ceja, algo no le agradaba en este repentino cambio de planes, pero necesitaba aire y volver al trabajo, demostrarse así mismo que aquello que pasó en casa del gobernador había sido una excepción.
Se acostó junto a Dyo y se cubrió con las sábanas.
—Turquía, nunca he estado ahí.
††††
Cuando pasaron cerca de la villa desde la distancia Sylvain notó casas en llamas y ningún habitante a la vista y al preguntar a Dyo, este solo se encogió de hombros.
—¿La guerra?
Fin del capítulo
*Me imaginé a Frodo, pero alto y flaco. Solo quería apuntar eso 🤣.
**Porque se me olvidó lo que iba a escribir... ya me acordé y ya lo puse. Este fic está parchado.
Lo siento pero en mi headcanon 035 es un calenturiento y se lo pega al doctor...
Tambien, una vez muerto el cuerpo no respira, ni tiene pulso (como todo cadáver) pero tiene sensibilidad, lo cual significa que me acabo de contradecir... Creo...
Y que 049 es bi (hasta ahora) y versátil ಡ ͜ ʖ ಡ
No voy a escribir p0rn en este libro, pero todo va estar insinuado. Si quieren algo así 100 votos en este capítulo o en el 10 para sus versiones NSFW en el spinoff de esta historia... XD....
LO SIENTO EN MAYÚSCULAS!
GRACIAS POR LEER Y COMENTAR Y TODO!
ACEPTO CRÍTICAS Y SUGERENCIAS.
SALUDOS!!!!
ESTÁS LEYENDO
Contigo Hasta El Final
Fanfiction★[EN EDICIÓN -Ahora si-]★ Historia de un médico de la peste y un señor oscuro, desde su primer encuentro en una tierra vil, hasta ser contenidos por la Fundación SCP. SCP-035 x SCP-049 CONTENIDO ADULTO 🔞 ★Violencia ★Gore Los personajes pertenecen a...