CAPÍTULO 6

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—Soy el detective Frost y esta es mi compañera, la detective Hofferson. —La recepcionista del Fresno Bee, uno de los periódicos más prestigiosos de la ciudad, los miró de arriba abajo mientras se preguntaba qué estarían buscando ese par de policías que parecían salidos de alguna serie de televisión que el canal local trasmitía cada jueves por la noche y que ella nunca se perdía. Debía reconocer que el hombre que estaba frente a ella, recostado sobre el mostrador, era más guapo que el protagonista de su serie favorita.

—¿En qué puedo ayudarles? —les preguntó a ambos, pero su atención estaba centrada en Jackson. Astrid había pasado casi desapercibida para la mujer morena que lucía una camisa de color violeta exageradamente escotada.

—Buscamos a la señorita Mérida DunBroch. —Jackson le sonrió y provocó que la joven se ruborizara.

—Mérida es la asistente del señor Stevens, su oficina está en el segundo piso —le informó.

—Gracias, preciosa.

Astrid le dio un codazo mientras esperaban que el ascensor que acababa de bajar se vaciara.

Jackson le respondió con una sonrisa. Sabía que a su compañera no le gustaba ser ignorada casi por completo, sobre todo porque cuando se lo proponía, podía parar hasta el tráfico.

—Ya nos tocará un recepcionista de sexo masculino —le dijo él mientras fingía pesar.

Astrid no dijo nada, pero el fuego que destilaban sus ojos lo decía todo.

—De vez en cuando deberías dejarme usar mi propio encanto — comentó Jackson, mientras entraban al ascensor.

—Solo espero que lo uses en la dirección correcta —le espetó ella.

Jackson supo de inmediato a qué se refería. Su compañera había percibido algo en su actitud hacia Elsa Arendelle, y ese algo le estaba molestando. Trabajaban juntos desde hacía dos años y se conocían muy bien. Él sabía que, si Astrid le decía aquello, era solo porque estaba preocupada por él. Temía que perdiera objetividad y eso lo llevara a un punto del cual ya no habría retorno.

El viaje hasta el segundo piso se hizo en completo silencio; sin embargo, ambos sabían que había un tema pendiente por tratar y que debían hacerlo lo antes posible.

Mérida reconoció a Jackson de inmediato y le hizo señas de que se acercara a su escritorio apenas lo vio.

—¡Detective Frost, qué sorpresa! —Se levantó de la silla y lo invitó a sentarse a él y a la mujer que lo acompañaba.

—Ella es Astrid Hofferson, mi compañera.

—Un placer conocerla.

—Igualmente, señorita DunBroch.

—¿En qué puedo serles de utilidad? —Cerró una carpeta que estaba revisando antes de que ellos llegaran y les sonrió.

—Estamos aquí para hacerle algunas preguntas —dijo Jackson y le devolvió la sonrisa.

—Adelante.

—Esta mañana ha llegado un paquete a la casa que comparte con Elsa.

Mérida asintió y Astrid se sorprendió por el tono que usaba su compañero para referirse a Elsa Arendelle.

—El paquete me lo entregó un niño; me dijo que Jim, el guardia que vigila el acceso al complejo, le había dejado entrar.

—¿Le dijo algo más?

Mérida frunció el ceño, no entendía a que venían tantas preguntas.

—Solo que traía un obsequio para Elsa. ¿Por qué me están interrogando sobre esto? ¿Ha sucedido algo?

Nomeolvides (Adaptación JELSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora