CAPÍTULO 13

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El hombre arrojó la bandeja por el aire cuando vio aquella pistola a tan solo unos milímetros de su cabeza.

Los brazos rígidos de Jackson seguían sosteniendo con fuerza los 9 milímetros.

—¿Quién es usted? ¿Dónde está Elsa?

El intruso intentó balbucear algunas palabras, pero estaba demasiado asustado como para decir algo.

—¡Hable, demonios! —Dio un paso hacia adelante—. ¿Dónde está Elsa?

—¡Jackson! ¡Por Dios! ¿Qué estás haciendo?

Elsa entró como una tromba a la cocina y Jackson la observó ponerse de pie junto al intruso que, en cualquier momento, terminaría por mojarse los pantalones—. Tadashi, ¿estás bien?

—¿Conoces a este tipo? —preguntó casi gritando.

—¡Por supuesto que lo conozco! —Ayudó a Tadashi a sentarse. Estaba pálido y le temblaban las piernas—. Es Tadashi Hamada, trabaja conmigo en la editorial.

Jackson escuchó su explicación, pero todavía seguía apuntándole con su arma.

—¿Podrías...?

—Ah, sí, lo siento. —Guardó la pistola en la cartuchera que colgaba de su pecho y volvió a mirar al hombre que segundos antes había estado a punto de matar—. Lo siento, amigo.

Tadashi apenas pudo asentir. Elsa tenía una mano encima de su hombro y la otra le rodeaba un brazo.

—¡Casi lo matas del susto! —exclamó Elsa. Estaba a las claras reprochándole su actitud.

—Ya me he disculpado, pero debes entender que no estoy acostumbrado a llegar a mi casa y encontrarme con un desconocido que se pasea por mi cocina —le dijo con ironía.

Elsa lamentó entonces haberle hablado de aquel modo. Después de todo, no era más que su culpa; si ella le hubiese avisado de que Tadashi trabajaría con ella allí, aquel desagradable incidente nunca habría ocurrido.

—Tienes razón, ha sido culpa mía —reconoció por fin—. Debería haberte comentado que Tadashi vendría.

—Deberías haberlo hecho, sí. —Extendió la mano hacia el tal Tadashi —. Soy el detective Jackson Frost.

Tadashi dudó un segundo y retribuyó su saludo.

— Tadashi Hamada —dijo e intentó recobrar la calma—. ¿Es usted policía? —preguntó contrariado.

—Así es. —Entrecerró los ojos y miró a Elsa—. ¿Qué ha pensado cuando me ha visto apuntarle con mi pistola?

—En realidad, no he podido pensar mucho. Elsa me había dicho que compartía la vivienda con un amigo; nunca me mencionó que fuera policía.

«¿Amigo?» ¿Por qué Elsa se había inventado aquella mentira? Entonces recordó su renuencia a que subiera con ella cuando la había acompañado a la editorial; seguramente no quería ser vista con él. No quería que alguien pensara, tal vez, lo que no era o hiciera demasiadas preguntas. Comprendía, tal vez a su pesar, que esa persona era Tadashi Hamada y que Elsa debía tener un motivo muy importante para haberse inventado que eran amigos y no mencionar el hecho de que él era policía.

—¿Qué sucede aquí, Elsa? —preguntó Tadashi.

—Lo mismo quisiera saber yo —agregó Jackson.

Elsa sintió que aquella situación se le estaba yendo de las manos, pero si había alguien que necesitaba sus explicaciones ese era Tadashi y no Jackson.

Nomeolvides (Adaptación JELSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora