Tres 🌺

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Su cuerpo y culo le dolían en exceso, apenas sentía sus muslos por los constantes calambres que le daban, refunfuñando mientras sostenía el café miro a la puerta de reanimación.

Si, Lisa tuvo que ser reanimada y en ese momento ella no supo cómo sentirse.

Luego de haber pasado por algunos estudios, fue derivada al quirófano donde trataron sus fracturas y la lesión en su cabeza, contando las horas, la peliverde estuvo unas seis horas siendo intervenida quirúrgicamente.

Ahora su mirada se encontraba en el gran ventanal del hospital y suspiró, las nubes ya cubrían el claro cielo de Seúl, no sabría decir la hora con exactitud pero pensaba que podrían ser eso de las ocho o nueve, quizá .

No había pegado un ojo en toda la noche, solo durmió aquel momento antes de partir hasta el puente, aunque hayan pasado horas, ella se sentía tan alejada de aquellos sucesos, había pasado demasiado en un lapso tan corto.

— No te duermas — Murmuró alguien de su lado, apenas abriendo sus ojos se encontró con Jin, quien había decidido quedarse con ella, Nam también lo hizo pero un pequeño accidente a las seis de la mañana lo llevo con los demás.

Aún no volvía.

— Creo que será algo imposible de llevar, tengo mi culo adormecido y mis ojos no tienen muchas ganas de abrirse  — Musitó recargándose en el hombro de su amigo, quien paso su brazo por sus hombros para atraerla más.

— Aún así no planeas irte, ¿Verdad? — Pregunto con el saber de aquella repuesta, Jennie podría llegar a ser demasiado terca en algunas ocasiones y está era una de ellas.

— No, hasta saber que sucedió con aquella chica.

— ¿No te lo han dicho? Ha salido estupenda la rehabilitación y ahora están esperando que el sedante pase para llevarla a terapia — Cuando escucho aquello, quiso asesinar al jefe de Terapia Intensiva, ni siquiera le había soltado una palabra cuando ella le pregunto.

— Demonios... — Susurró. — pero aún así y quieran despertarla será imposible, la han sedado como a un caballo — Refunfuño.

— Vale, lo entiendo... ¿Estás enojada? — Jennie asintió — pero te lo he dicho de todas formas.

—¡¿Tenías que esperar tanto tiempo?! — Reclamo saliéndose de su agarre para mirarlo seriamente.

Jin no pudo mantener aquella mirada fulminante que la fémina le daba, sus pelos parecían ser de otro mundo, soltando una carcajada dejo a Jennie mucho más confundida.

—¡Deja de reírte, idiota!

— Jennie, tus pelos no son de este planeta — Como pudo, le dijo mientras seguía riendo como foca retrasada

— Ríete decentemente, foca estúpida — Pegándole levemente en el brazo — y he dicho que a mis pelos los dejen en paz, no los molestes.

Tomando la pequeña chula, se hizo una coleta algo desprolija pero al fin y al cabo, tenía su ganado controlado.

...

—¿Familiares de Lalisa Manoban? ¿Familiares de Lalisa Manoban? — Aquella voz tan profunda y ronca despertó a los chicos que se habían dormido después de tener una pelea infantil.

Mirándose uno al otro decidieron levantarse, el médico estaba a punto de tomar partida para irse, Jennie fue la primera en apurar sus pasos para detenerlo.

—¡Aquí, aquí! — Alzó la voz para que el hombre la escuchará.

Dándose vuelta, dejo notar sus grandes ojeras junto a un rostro de cansancio, ella podía entenderlo perfectamente, las noches sin dormir y hasta las veinticuatro horas, eran lo peor del mundo.

—¿Ustedes son familiares...? — Pregunto desconfiado.

— No, pero la paciente no tiene familiares y hemos quedado a cargo — La pelinegra quiso pegarle a su amigo por ser tan brusco, pero no podía decir nada, no era mas que la verdad.

— Okey... La paciente Lalisa Manoban ha salido bien de su operación, presentó traumatismo de cráneo, su brazo fracturado y tres costillas fisuradas, en las placas que le hemos hecho no se observó algún golpe interno o hemorragias, la resonancia de su cabeza ha salido con normalidad, algunos hematomas deberán ser revisados cada doce horas, ahora mismo se encuentra en terapia intensiva... — Esperen, ¿Cuándo la trasladaron? — aún sigue dormida por los fuertes medicamentos que recibió, ¿Desean pasar a verla?

— C—claro — Algo atontada por tanta información acumulada, Jennie Asintió.

— Genial, síganme.

Comenzaron a recorrer el grande y ancho pasillo que los conducía a UTI*.

— Les recomiendo colocarse barbijos, bata y en sus pies aquellos que ven por ahí — señaló una especie de botitas pero hechas del mismo material que la bata — colóquense alcohol en gel.

—¿No que estaba bien? — pregunto Jin comenzando a colocarse todo lo que el médico les ordenó.

— Lo está, pero eso no quita lo delicado que es su estado, las primeras cuarenta y ocho horas son importantes, Lisa no debe adquirir ningún virus o enfermedad que venga de afuera — Les explico. Nuevamente ambos asintieron. — ¿Listos?

— Sí — Jennie estaba ansiosa por verla.

— Perfecto, solo cinco minutos, está no es la hora de visitas, solo hago una excepción por ustedes — Sonriéndoles un poco, abrió la puerta donde se encontraba Lisa.

Ambos jóvenes pasaron silenciosamente como si no quisieran despertarlo, pero sería algo totalmente estúpido, la chica estaba tan sedada que ni aunque un huracán pasará por su lado la despertaría.

— Rayos, ha sido fuerte el golpe que se ha dado... — Murmuró Jin viéndolo mejor.

El cuerpo de Lisa tenía moratones por todos lados, llevaba tres sueros consigo, dos en el brazo sano y otro en su mano sana, cables lo traspasaban por completo, podían escuchar su latido por el pequeño sonido que la máquina conectada a su pecho les brindaba, su cabeza vendada y podía notar que la parte de su torso también.

Lisa se había salvado de milagro.

Parecía tan tranquila y apacible, no parecía ser esa chica que se encontraba asustada que le pedía Jennie que no la dejara, aquella chica no volvería jamás.

Ahora mismo, estaba siendo otra Lalisa Manoban.

911- JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora