CUATRO 🌺

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Caminando con paso de tortuga, Jennie  comenzaba a acercarse a su hogar, algo que no la ponía feliz del todo, vivía junto a su padrastro y un pequeño perro llamado Kuma, sí, le había puesto así por que Kuma en japonés significa oso, y su perrito sabia hacer muchos trucos , era un nombre algo extraño pero le agradaba.

Tomando una pequeña respiración, agarro el picaporte de la puerta y la abrió encontrándose con el típico silencio que había en el interior, solo debía poner un pie adentro para comenzar a escuchar las sartenadas de cosas que vendrían para ella y su mente.

Intentando cerrar despacio la puerta, omitió un insulto cuando está pareció jugarle una mala pasada y hacer el típico ruido de terror que aparecía en las películas, sin duda la suerte no estaba de su lado en aquel momento.

Sólo contaba los segundos para tener a su odioso padrastro jodiendole la vida.

—... Hasta que llegas — Esa voz tan pastosa y seca se dirigió a ella, conectando miradas pudo observar como este vestía elegantemente para irse a su trabajo.

— Sí, he tenido una noche caótica — Murmuró sacándose el abrigo junto a su bufanda.

— Con caótica, ¿Te refieres al hombre que te has follado por allí? — Y ahí iba, tratándose de HyungMin nada bueno podría salir de aquella asquerosa boca.

— Con permiso, iré a mi habitación — Ignorando el tan abusivo insulto se dispuso a pasar por su lado haciendo la vista gorda a la mirada tan reprochadora que le estaba dando.

— No te vayas, apenas estoy empezando contigo Jennie — Murmuró detrás de ella, pero como buena orgullosa y poco obediente que era con este, lo ignoro una vez más, sabía que aquello lo molestaba pero poco y nada le importaba lo que llegara a pensar. —¡Kim Jennie!

— Deja de joderme — Dijo sin darse la vuelta para ir directamente a su habitación, su casa era un simple hogar de un solo piso, espaciosa pero algo anticuada pero también era moderna , pero ella amaba con alma y vida esa casa y eso era porque tenía un significado muy importante para la pelinegra.

—¡Pequeña perra! ¡Ven aquí en estos momentos! — La chica escucho sus pasos detrás de ella, apresurando los suyos, pudo entrar a su habitación cerrando con llave. — ¡Abre la puerta, Kim Jennie! — Exigió del otro lado dando un fuerte golpe a esta.

—¡Qué no! ¡Vete ya, no jodas mi maldita existencia! — Le contesto de la misma forma.

— En la noche hablaremos de esto , no te saldrás con la tuya — Rodó los ojos ante la amenaza tan escuchada por su parte.

Claro que se saldría con la suya, para cuándo él vuelva, ella ya no estaría allí. Tomaría nuevamente el turno de su compañera con tal de no verle el rostro al imbécil que convivía con ella.

— Puto loco — Susurro para sí misma mientras se tiraba a la cómoda cama.

Su infancia fue la típica soñada por todos los niños, una familia feliz junto a una madre que la amaba y protegía de cualquier cosa, un padre estupendo que brindaba todo lo que tenía para que su hija fuera feliz.

No entendió en qué momento todo comenzó a irse al tacho, años de felicidad se vieron disminuidos en un divorcio totalmente doloroso para ella, su madre comenzó a ser distinta y apenas le hablaba, su padre se la llevó consigo al ganar la custodia, estuvo bien por un tiempo pero luego exigió volver con su materna, hasta el día de hoy se arrepentía de ello, no hizo más que encontrarse con un hombre metido en la casa, aceptando la nueva relación que su madre tenía, soporto cualquier cantidad de acoso por parte de HyungMin, aunque intento decirle todo lo que sucedía a su madre ella no creía y ponía sus manos al fuego por un hombre que no hacia más que joder a su madre y a ella.

Jennie creyó que nada podría afectarla más, eso pensó hasta que un día por la mañana le comunicaron que su madre se había suicidado, su mundo se vino abajo y cayó en una depresión imposible de llevar, su padre cegado por el dolor, le hecho toda la culpa, diciéndole las peores palabras que una hija pudiera escuchar, le exigió que jamás lo buscará, Jennie había muerto para él como su ex-esposa.

Sin donde ir y teniendo que soportar a la pareja de su madre, no tuvo más remedio que quedarse con el asqueroso tipo que hacía de las buenas cuando alguien los veía juntos, luego de ello era el ser más acosador y perturbador que podría tener en su vida.

Aunque su vida no era de color rosa, encontró un lugar donde ir para curar todo el mal que sentía, y no se arrepentiría jamás.

Allí había hecho unos amigos tan buenos como el Bibimbap, sí, así.

Jennie era una pobre chica que sufrió durante la mayor parte de su adolescencia, ahora ella quería salvar a los demás, para que no se repita la historia de su madre .

911- JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora