✅Capítulo 10. Un corazón avergonzado.

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Riku llegó a casa tarde por la noche nuevamente. En la puerta lo recibió su hermano Dark, quien inmediatamente lo regañó por preocupar a todos... otra vez.

-¿Donde demonios estab...?

Pero no terminó la frase, la mirada perdida de Riku lo confundió, su otro hermano también se le acercó, viendo a Riku subir las escaleras como un zombie completamente perdido en sus pensamientos. Los dos hermanos menores se miraron y Repli se encogió de hombros, Riku podía ser reservado y serio en todo lo que hace, pero esta vez mantenía una mirada distante y casi parecía tener una pisca de felicidad en sus ojos aguamarina.

¿Que fue lo que pasó para que su hermano tuviera esa mirada?

Riku se dejó caer sobre el colchón, mirando el techo del ático como si las formas irregulares de la madera le pudieran dar una respuesta.

¿Que demonios había ocurrido? El... se había comprometido a una cita. Sus mejillas se volvieron de un color rosado y se cubrió la cara con la almohada de su cama. Hace unos días había negado cualquier intento de noviazgo o de pareja, nunca se le pasó por la cabeza, menos con un omega.

¡Era casi la historia más cliché de la vida!

Repentinamente, sus ojos se abrieron y se sentó abruptamente en la cama. Buscó su computadora portátil, era vieja pero había sido fiel a Riku por mucho tiempo, también sacó un cuaderno de notas con un bolígrafo y toda la noche, hasta altas horas en la madrugada, escribió acordes, letras de canciones, tonos musicales, melodías. Su cabeza estaba llena de ideas é inspiración...

A la mañana siguiente, se dio cuenta de su error.

-Demonios, Riku ¿Que te pasó?- Preguntó Axel al ver la cara devastada de un Riku soñoliento.

Tenía ojeras notorias, en su cabello plateado aun podía verse la almohada y su chaqueta claramente se la había puesto de forma apresurada.

-Parece que no dormiste nada.- Habló tonicamente Demyx, con el bajo en sus manos tocando notas al azar.

Estaban en la cafetería de la universidad, su primera clase comenzaba en media hora, tiempo suficiente para tomar un café o una bebida energética, lo que su billetera pudiera pagar primero. En esta oportunidad, prefirió optar por un café caliente para esa mañana tan fría. Se sentaron en una de las mesas desocupadas, Marluxia los acompañaba y después de unos minutos se les unió Ienzo. Todo hubiera sido como cualquier día normal, hasta que una voz alegre los interrumpió.

-¡Buenos días, Riku!

Riku tenia la taza de café en su mano, levantó la mirada aun adormilado para encontrarse con los ojos azules mas hermosos que había visto y una sonrisa tan brillante que juraría que quedaría ciego si lo miraba por mucho mas tiempo. Sus compañeros miraban al chico moreno con asombro.

¡¿Que se habían perdido?!

Solo recordaban que alguien había interrumpido su práctica y luego Riku desapareció. Todos se quedaron en silencio. Hasta que el cerebro de Riku hizo un "click" repentino.

-¡S-Sora! -Dijo tartamudeando nerviosamente. El nombre que salio de sus labios fue escuchado por sus compañeros.

El famoso "Sora" estaba parado justo en frente de ellos.

-¿Riku, te encuentras bien?- Se acercó el adolescente, ladeando la cabeza confundido.- Tu cara esta roja.

-¡Ah! - Riku dejó salir un jadeo repentino, dejando la taza sobre la mesa.- Si, estoy bien. Lo siento, anoche no dormí muy bien.

-¡Oh! ¡Tu eres Sora!- Axel se animó.- Ven, siéntate, estamos tomando un buen desayuno.

Axel lo invitó a sentarse, desocupando la silla que estaba justo a un lado de Riku, quien lo miró suplicante para que no hiciera o dijera alguna clase de estupidez.

El arte de Amar [Soriku] OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora