✅Capitulo 3. Solo el sonido de su voz.

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Sora bajó las escaleras, casi tropezando con sus pies y salio por la puerta principal, sintiendo como la lluvia comenzaba a mojara su cara. Hasta que por fin se detuvo. Llevó ambas manos a sus rodillas intentando regular su respiración. Su cuerpo estaba caliente y podía jurar que estaba sudando a pesar de tener toda su ropa empapada por la lluvia.

-¿Sora?

Una voz familiar lo llamó con preocupación.

-¿Te pasó algo?

Sora levantó la vista encontrándose con los ojos dorados de su hermano mayor, con notoria angustia en su mirada, acercándose con un paraguas para cubrir a ambos.

-¡Tus mejillas están rojas! No me digas que...

-No. Tranquilo. -Se apresuró a contestar Sora con una sonrisa forzada.- No creo que sea eso...

-¡Idiota! Mira como estas todo mojado. Corriendo de esa forma. -Vanitas tomó su mochila para guiarlo hasta el auto. -Vamos, cuéntame que pasó una vez estemos dentro.

Sora asintió, se subió en los asientos traseros del auto viendo que al volante se asomaba una cabellera rubia y unos brillantes ojos azules.

-¿Como le fue a mi niño precioso en la universidad hoy?

-Hola Ven. Bien, bastante bien.- Respondió Sora, haciendo el intento de secar su cara con la manga de su camisa.

Ventus miró al chico por el espejo retrovisor, dándose cuenta de lo coloradas que estaban sus mejillas, su ropa estaba empapada y su respiración aun agitada. Su expresión cambio a una preocupada y miró a Vanitas, quien se sentaba como copiloto, intentado acomodarse en su asiento. El pelinegro tenia 5 meses de embarazo y la incomodidad aun lo mantenía de mal humor.

-No te veo muy bien Sora ¿Sucedió algo?

Ventus volvió a mirar a Vanitas, quien simplemente se encogió de hombros y le respondió con un "No me mires, no le hice nada". Sora sabia que era malo mintiendo, por lo que inventar una historia no era una opción.

-Sinceramente no se que fue lo que me ocurrió. -Suspiro mientras se colocaba el cinturón de seguridad.

-Pues comienza desde el principio. Ya sabemos que eres torpe a la hora de expresarte. -Se burlo Vanitas, recibiendo un ligero golpe en la cabeza por parte del rubio.

-Tranquilo Sora, tomate tu tiempo ¿Fue algo malo de lo que debamos preocuparnos?

Ventus en todo momento miraba a Sora con una sonrisa. Sin girar la llave del auto. Quería escuchar cada palabra del castaño y prestar atención. Si era algo malo seria él mismo quien se encargaría del problema.

-No, de hecho... es lo contrario. Escuché una voz en la universidad mientra los esperaba. -Comenzó a explicar, intentando evitar la mirada de ambos chicos que no despegaban los ojos de él. -Una canción... que parecía llamarme.... Mi corazón se volvió loco y mi respiración era pesada, era como si mi celo estuviera a punto de llegar.

Ventus y Vanitas se miraron con preocupación. Sabían que el moreno tenia problemas con sus periodos y medicamentos, pero no sabían como tomar esta reacción.

-¿Cuando fue tu ultimo celo? - Preguntó Vanitas, sacando una libreta de su mochila.

Vanitas podría parecer algo despreocupado y poco serio ante algunas situaciones. Pero cuando se trataba de Sora su comportamiento cambiaba. Después de todo, el también era un Omega y sabia lo duro que era vivir con eso. Y ahora que tendría un bebé, su instinto protector aumentó considerablemente con su hermano.

El arte de Amar [Soriku] OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora