Capítulo 18. Un paso hacia adelante.

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Riku siempre fue una persona bastante simple. Con un carácter adolecente eterno, manteniendo sus ideales por delante. No era el más educado, tampoco el más estudioso, pero su convicción y su gran corazón por lograr las cosas a pesar de sus dificultades lo hacían ver como si la vida fuera tan solo un videojuego de niveles que debías completar para seguir avanzando.

Ahora mismo Riku pensaba que había subido de nivel, una nueva etapa de su vida, justo en frente de sus ojos. Había ignorado la langosta al vapor, el jugo de frutas, las deliciosas salsas y el lujosos restaurante. Había olvidado todo y en su mente estaban los chistes para nada graciosos de Sora, su risa radiante que se extendía de extremo a extremo mostrando sus dientes, sus ojos azules profundos tan hermosos como el mismo cielo, esas divertidas y sutiles pecas que adornaban las mejillas y su nariz como una constelación de estrellas.

Ahora que su corazón estaba tranquilo, que la pared más gruesa entre ellos estaba rota, Riku tenía el suficiente valor para levantar su mano inconscientemente mientras Sora seguía hablando de quién sabe que cosa sobre sus clases de arte, dejar la palma de la mano en esa redonda mejilla.

Sora se quedó callado, con los ojos muy abiertos bajo la tenue luz de las lámpara de aceite, pero rápidamente su mirada cambio a una sonrisa, su mano sobre la de Riku, acercando más su rostro al toque.

-Eres muy dulce. - Dijo Sora, acariciando el dorso de la mano de Riku que aún mantenía en su mejilla.

En una situación normal fuera de este ambiente, Riku estaría en pánico, con los nervios hasta la punta de su cabello plateado. Pero la sonrisa de Sora lo tranquilizó, vio en él una oportunidad para acercarse más y sonreír de igual forma.

El sorbeteo de Sora lo sacó un momento de sus pensamientos, notando que el jugo de frambuesa se había agotado.
Riku tomó su propio vaso y lo empujó para que estuviera en medio de ambos, para que pudieran compartir. No quedaba demasiado, pero la acción de Riku hizo que las mejillas de Sora se volvieran coloradas con una risa tímida.

Una vista de dos adolecentes aprendiendo del uno al otro, enamorados y construyendo una nueva pared pero alrededor de ambos. Ventus no pudo evitar sonreír y Vanitas puso los ojos en blanco. Después de todo ambos habían sido cómplices de su avance.

-Bueno, la comida ya se acabó.- Dijo Sora al soltar la cuchara de su budín de chocolate y almendras. -¿Te a gustado, Riku?

Riku también había terminado su helado, un festín delicioso que ni en sus sueños hubiera imaginado que comería.

-No tengo palabras.- Dijo.- Pero aún creo que mi música no es suficiente para pagar todo esto ...

-¿Eso crees?- Sora lo miró fijamente con una sonrisa, antes de levantar su mano a uno de los camareros cercanos con un movimiento de sus dedos que le pedia la cuenta.

Riku tragó saliva, sabiendo que debía prepararse mentalmente para lo que sé vendría. El hombre llegó con una pequeña libreta que solo traía una hoja, Sora la recibió, leyendo casualmente todo lo que habían consumido.

-¡Oh! Y me puedes agregar un agua por favor.

El camarero asintió, antes de desaparece por el monton de mesas hasta la cocina. La expresión de Sora no demostraba nada y la curiosidad de Riku lo llevó a poner los dedos sobre la libreta y arrastrarla hacia él. Leyó cada plato.... Cada consumible... ¡El postre! Oh Dios, los acompañamientos... ¡¿Te cobran por el vaso de agua?! Vió el monto final y Riku estaba seguro que le daría un infarto, o quizás dos cuando vio la propina agregada a la cuenta. Su cara pálida y cuerpo entumecido no pasó desapercibido por los ojos de Sora.

-Ay no.- Dijo Sora dramáticamente.- No tenemos dinero para pagar la comida, tendremos una horrible demanda... ¡Seremos arrestados!

La cara de pánico que puso Riku al escuchar esas palabras provocaron que Sora explotara de la risa, sujetando su estómago luego de casi 30 segundos sin aire de tanto reír. Riku estaba avergonzado en su puesto, mirando a su alrededor sin saber que decir. No sabía si tomarlo como una broma o realmente alarmarse por la cuenta del restaurante.

El arte de Amar [Soriku] OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora