Pov Dark.
Salí del calabozo, estaba manchado de sangre por culpa de esos inútiles. Los dejé vivir, pero eso no significa que los trataré con respeto.
Era de noche, los pasillos no tenían final por culpa de la obscuridad. No había nadie rondando por los pasillos. No podía oír nada... Que extraño. Normalmente hay antorchas que iluminan por lo menos un pedazo de los pasillos. Da igual, la verdad solo oía las fuertes gotas de agua que caían afuera por la gran tempestad.
Y, ahora que lo pienso, Lancelot no comió, me pasé todo el mediodía buscándolo y las otras horas haciendo sufrir a esos asquerosos. Bueno... Pero aquí empieza mi juego....
Me dirigí a mi cuarto donde dejé a Lancelot en la cama para que reposara. Seguía sangrando mucho, así que le vendé toda la espalda con mucho cuidado y lo tapé para luego darle un apasionado beso en los labios y cerrar la puerta de mi habitación sin hacerla ni crujir.
De ahí fuera en adelante sonreí macabramente recorriendo la oscuridad a pasos lentos, silenciosos y sin paciencia alguna.
Se podía escuchar el fuerte viento que chocaba contra las ventanas, como si me quisiera acompañar en mi macabra travesura. Los árboles temblaban a cada pequeño paso que daba, y un trueno caía a cada risita que se me escapaba de la boca, pensando en las múltiples formas de torturar a esa perra que tanto me molestaba.
Mi padre siempre me decía:
"Hijo, de mayor serás un hombre bondadoso y nunca fallarás ni dañarás a nadie. Se que lo harás bien hijo mio."
Y miradme, ¡Miradme ahora! ¿Me ves bondadoso papá? ¿Tengo una sonrisa inocente entre los labios?¿Nunca dañaría a nadie decías? Que pena me das ¿Verdad? No me arrepiento de haberte visto sufrir cuando te mataron hace años, ese recuerdo es demasiado bonito como para poder olvidarlo.
La sangre que se olía y se veía, los gritos de auxilio que se oían, vuestros ojos consumidos por el terror. Tú y mamá. Pero, cuando estoy con Lancelot, siento una sensación de... ¿Cómo se llamaba?Ah, ya me acuerdo. La palabra prohibida. Uno de los siete pecados capitales. La lujuria. Pero no es solo eso, porque también siento esa sensación que sentí los primeros días con Amy. Amor. Solo que... La sensación con Lancelot es más fuerte y me complace más.Ahora que he probado sus dulces labios, no tengo porque pedir permiso para tocarlo. Pronto me pertenecerá de verdad... Pronto...
Dejé de caminar al estar enfrente de la puerta de mi odiosa esposa.
La abrí con cuidado y saqué el látigo de espinas envenenadas que tenía guardado en alguna parte. Me acerqué a la cama y susurré:
-Cielo, es mi hora de jugar sucio... Despierta mi amada...-
Pov Amy
Estaba durmiendo plácidamente, soñando en lo mal que debía de haber quedado ese erizo después de su castigo por apartar a mi marido de mi. Estaba teniendo el sueño más perfecto en todo el mundo... Hasta que escuché una voz muy conocida para mi oído, solo que sonaba más... ¿Macabra?
-Cielo, es mi hora de jugar sucio... Despierta mi amada...-
Me quedé callada, ¿Era Sonic?
Abrí perezosamente mis ojos y posé mi mano en su mejilla sin darme mucha cuenta. ¿Hu? ¿Qué...?
-Cielo, ¿Qué es este liquido que tienes en la cara?- Pregunté preocupada.
-Sangre.- Respondió.
Abrí los ojos como platos y me giré a verle asustada. No podía verle bien el cuerpo, pero perfectamente la cara. Esta misma estaba llena de sangre, sus ojos eran blancos, con una pequeñísima pupila que me miraba sadicamente en cada ojo.
-C-cariño, ¿Qué t-te pasó?-
-Tus caballeros reales, eso me pasó. ¿Qué crees que estabas haciendo con Lancelot?- Preguntó enojado. Su siniestra sonrisa cambió a una mueca de disgusto.
-P-pues él nos estaba separando y-y...-
-¿Crees que la culpa es suya? Amy, mi estúpida y celosa Amy... ¿Crees que no me enfadé cuando los ví castigándolo... ¡¿POR NO HABER COMETIDO NUNGÚN CRIMEN!?- Dijo al borde de la histeria.
Negué con la cabeza.
Dirigí disimuladamente mi mirada hacia la puerta. Que alegría, la puerta estaba abierta. No queriendo quedarme ahí con mi marido, me levanté de inmediato y salí corriendo sin rumbo alguno.
Fin Pov Amy
-Ah, ¿Con que quieres jugar? Empecemos...- Dijo Dark arrastrando el látigo por el suelo...
Amy corría, pensaba que estaba lo suficientemente lejos de él como para que la encontrase, entonces paró y se dio la vuelta para observar el pasillo que era absorbido por la oscuridad... No pasó nada... No se veía nada... Pero las voces se escuchaban...
-¿Cielo? ¿Dónde vas?- Resonó la voz.
De las sombras, a paso lento, apareció Dark con una sonrisa asesina y la cabeza hacia un lado, en una pose aterradora...
A Amy no le dio tiempo de responder porque Sonic ya estaba enfrente suyo levantando su brazo para lanzar el látigo de espinas.
Se lo clavó en el brazo derecho y su esposa cayó al suelo adolorida. El rey intentó quitárselo de un manotazo, pero la espina estaba incrustada entre el hueso y la piel, así que se le ocurrió una manera más fácil de hacerlo salir.
-Cariño, esto solo dolerá un poquito.- Dijo sonriendo.
Agarró el hombro derecho de Amy, y con todas sus fuerzas estiró del brazo arrancándoselo sin ninguna piedad a la eriza que soltó un grito de agonía. Este resonó por cada pasillo, puerta, habitación y pared del castillo. Nadie despertó, así que su majestad prosiguió.
Dejó el látigo a un lado y sacó una sierra de mano. Se acercó, y cogió la pierna de su mujer, empezando a serrarla poco a poco... Hasta sacársela de un tirón...
Pasaron horas en las que su majestad había estado torturando a Amy de todas las formas posibles hasta dejarla muerta en medio del pasillo, sangre manchando las bellas paredes...
Sonic, cansado ya de tanto esfuerzo, dejó todos los instrumentos de tortura en una habitación cerrada con llave para luego dirigirse a su habitación, tumbarse en su cama, abrazar a Lancelot y quedar dormido con una bonita y satisfecha sanrisa...
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Me costó mucho hacer este cap. Posiblemente sea el capítulo más sangriento y macabro de la historia o puede que no, no se, simplemente nos vemos en el próximo lollipops... *Se duerme*
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Ávalon
FanfictionEl rey Sonic está casado con la ahora, reina Amy. Después de años casados, el rey empieza a no soportar a su mujer: su inmadurez, su egoismo y sobretodo sus celos. Un día uno de los campesinos de Avalon se presenta ante el rey para esconder a su hij...