Amores Dormidos - Chebis [TERMINADA]

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Chenoa:

me desperté, lo miré, no había sido un sueño, sonreí. Esta situación me llevo directamente a años atrás y no pude evitar sonreír de manera melancólica. Con cuidado, me levanté intentando no despertarle y me metí al baño para darme una ducha y de paso poner en orden mis sentimientos, así como mis pensamientos. Spoiler: no conseguí aclarar nada. Siempre era lo mismo, la razón contra el corazón, que se supone que tenía que hacer ahora?

Salí de la ducha envuelta solo en una toalla y vi que David ya no estaba en la cama. "Ya se ha ido otra vez, no sé por qué no le sorprende" pensé y suspiré frustrada. Me fijé en que en el suelo estaba todavía su camiseta tirada, había dos opciones o no se había ido, o no sabía vestirse; y no sabía cuál me gustaba menos, no obstante me puse su camiseta, por provocar en caso de que siguiese allí, no vamos a mentir ahora, y fui hacia la cocina en busca de mi desayuno.

Entré a la cocina y ahí lo vi, de espaldas, solo con el pantalón que llevaba ayer puesto, misma situación que en su casa hacía ya 4 meses, pero a la vez completamente distinta.

Bostecé para que notase mi presencia y se giró para mirarme

D: buenos días - sonrió - quieres café? - asentí

L: Buenos días a tí también - me dió una taza de café y le sonreí - gracias

D: has dormido bien?

L: del tirón, como un bebé, y tú?

D: no podía dormir mal teniéndote a mi lado - noté que mis mejillas ardían - ahora te da vergüenza?

L: cállate! - Ambos reímos

D: ya te has despertado del todo? - dijo mientras dejaba las tazas de café en el fregadero

L: mm... no sé, igual me falta algo... - puse mi dedo incide en mi cara de forma pensativa

D: creo que eso lo podemos solucionar, no? - se acercó a mí besándome con cariño - así mejor?

L: definitivamente sí, ya estoy despierta - sonreí con algo de vergüenza.

Pasamos la mañana remoloneando en el sofá, hablando de todo un poco.

L: te han dicho a qué hora tienes que ir a por Aina? - negó

D: no me han dicho hora exacta, pero que si puede ser antes de comer mejor, que tenían no se qué plan con Daniella - asentí conforme - tú has llamado al médico?

L: no, pero voy a llamar ahora mismo - me alejé unos minutos para hablar con el médico y volví

D: y bien?

L: Miércoles por la tarde, te viene bien?

D: De momento tengo las tardes libres, hasta que empecemos con la preparación del nuevo disco y eso - asentí - pues el miércoles entonces

L: y a tu niña cuando la ves?

D: pues... dos fines de semana al mes, a veces, me la deja más días, en fechas señaladas... pero no la veo todo lo que me gustaría... - le acaricié los rizos

L: y por qué no pides que tengáis la custodia una semana cada uno?

D: Yo con Elena no es que me lleve demasiado bien, y no quiero que la repercusión que eso tenga sea peor..

L: ya... yo no soy nadie para hablar de este tema tampoco

D: pero desde que estoy en la vida de Aina, me dejas verla siempre que quiero o siempre que quiere verme ella, no es tan difícil, no?