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Chenoa:

24 de junio de 2020

Y llegó el gran día, y ahí estaba yo, con un batín de seda blanco, sola en el ese inmenso cuarto frente al ventanal que daba al jardín. Sobre la cama, bien estirado el precioso vestido que sería el verdadero protagonista, sonreí sabiendo lo bonito que iba a ser este día, nuestro día. Por el pasillo, se escuchaban los pasos de los niños corriendo, seguidos por sus hermanas para poder vestirlos, y con las voces de sus abuelas de fondo, que podría jurar que estaban incluso más nerviosas que yo. Pocos minutos había pasado yo en ese estado de calma desde que nació Aina, pero este sentimiento de tranquilidad no tardó en desaparecer en cuanto una más que emocionada Gisela entró a la habitación, seguida por todo el séquito de maquilladores, peluqueros y estilistas que habíamos contratado esa mañana para estar más que perfectas. 

G: sister! como estás?

L: pues la verdad, bastante tranquila

G: ay madre que ilusión

L: Las demás han llegado ya?

G: Sí, las están preparando abajo, Rosa va llorando por las esquinas - reímos

L: Es Rosa, no hay más explicación

G: bueno que yo me he subido a esta gente para que nos preparen a nosotras aquí - señaló al equipo - así que venga chapa y pintura

L: sois de lo que no hay... yo podía haberme preparado abajo con todas...

G: pero el factor sorpresa es más interesante - rodé los ojos y me senté en una de las sillas frente al tocador.

Me había estado dejando crecer el pelo para tener más variedad a la hora de peinarlo y había vuelto al castaño completo y los últimos meses había optado por las extensiones para lucir el peinado bien. En un principio pensé en un recogido completo, algo más clásico pero lo terminé descartando. Finalmente optamos por un semi-recogido en la parte posterior de mi cabeza, adornado por el tocado que sujetaría el velo y el resto del pelo con preciosas ondas que caían sobre mi espalda y un poco de mis hombros. Cuando zanjamos el tema del peinado, pasaron a maquillarme, ahí si que me deje hacer, pues yo no tenía ni idea. De vez en cuando miraba a Gisela buscando aprobación en su mirada, pero ella estaba casi tan relajada como yo, dejándose hacer.

G: Estás preciosa Laura - me dijo una vez que habían terminado de pintarnos.

L: tu sí que estás guapa - le sonreí y me sonrió de vuelta

G: ya solo queda lo más importante - miró hacia el vestido

L: vamos a ello, no? - cogí aire y lo solté despacio

Entre Gisela y los estilistas me ayudaron a ponerme el que se había convertido en el vestido de mis sueños, completamente blanco, el busto con una sobretela de encaje, para las mangas tres cuartos y el escote de barco solo iba el encaje dejando zonas de mi piel al descubierto, y la falda con cola de seda y tul en el mismo tono que el resto del vestido. Me arreglaron los últimos detalles y me pusieron de espaldas al espejo para colocarme el velo, un velo bastante largo a decir verdad.

 Me arreglaron los últimos detalles y me pusieron de espaldas al espejo para colocarme el velo, un velo bastante largo a decir verdad

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Amores Dormidos - Chebis [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora