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Chenoa:

Había pasado casi un mes desde nuestra aparición en el hormiguero, yo había empezado a sentir las primeras contracciones típicas de la recta final del embarazo, en cualquier momento podía ponerme de parto, ya apenas podía dormir ni moverme, sin duda esta era la peor parte de esta etapa. Me desperté cerca de las 6 de la mañana por un fuerte pinchazo en mi bajo vientre, me levante, pues sabía que ya no podría volver a dormirme. Baje a desayunar, otro pinchazo. Definitivamente, había empezado el trabajo de parto. No quise despertar a David hasta que no fuese imprescindible, sabía de sobra que solo conseguiría alarmarle, y esta situación todavía podía alargarse. Me recosté en el sofá para hacer tiempo y unas horas más tarde con Aina ya despierta y desayunando, me puse a recoger y a limpiar la casa. David seguía durmiendo, y aún que las contracciones eran cada vez más frecuentes, todavía no eran tan dolorosas, así que seguí haciendo cosas de casa mientras Aina desayunaba.

A: mamá estás bien? es pronto para que te pongas a limpiar ya...

L: Cielo, vistete, que igual cuando se despierte tu padre nos tenemos que ir

A: ya vienen?

L: eso parece, si - sonreí y Aina me abrazó.

Cerca de las 11 se levantó David

D: Cómo se han levantado esta mañana mis chicas favoritas? - entró a la cocina desperezándose

L: Buenos días amor - le dí un pico - Aina se está vistiendo

D: ya? habéis hecho planes? - Reí

L: los planes te los cuento cuando desayunes - se sirvió el café y se lo bebió rápidamente

D: estás bien?

L: a ver, no quiero que te agobies, vale?

D: me estás preocupando

L: que creo que ya vienen - señalé mi barriga

D: Laura! y como no me has despertado? ay madre, voy corriendo a vestirme

L: sh.. cariño, cálmate por favor... que esto puede ir para largo y que todavía no me duelen tanto, pero sí, deberíamos ir mentalizandonos

D: me visto en seguida y bajo - rodé los ojos y subió a vestirse

A: ya estoy mamá! - entró a la cocina y poco después entró David de nuevo

D: ya estoy! la bolsa del hospital?

L: está en el coche

D: Y los pañales? el carrito? los portabebés?

L: ay David, tranquilízate por Dios, está todo en el coche - reí

D: pues vámonos, que hay que dejar a Aina donde Busta

A: ala! yo no voy a ir?

L: Aina, es que no vas a poder pasar... te quedas con ellos y en cuanto nazcan os llamamos y venís, vale?

A: de verdad?

D: Pues claro!

L: David, no corras, de verdad, que todavía va para largo - llamé a Gisela para avisarle de que íbamos a llevar a Aina y después de dejarla y preocuparse por mi estado, pusimos rumbo al hospital.

Llegamos allí, nos tomaron los datos, me pasaron a monitores y como yo anticipaba, tocaba esperar. Cada vez las contracciones eran más seguidas y tras un largo rato, confirmaron que estaba empezando a dilatar. No tardé demasiado en notar que rompía aguas y aún que la espera fue larga, el parto en sí fue bastante rápido. Cuando me enseñaron a los pequeños, no pude evitar emocionarme, David dejó un beso en mi frente y pude observar que estaba tan emocionado o más que yo. Le dejaron cortar los cordones umbilicales y se llevaron a los niños para limpiarles y comprobar que estuviese todo bien. Una vez que terminaron conmigo, me subieron a la habitación dónde ya estaba David con los bebés. Lo miré embobada.

Amores Dormidos - Chebis [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora