- Se que no es culpa de ese muchacho pero no puedo entender cómo es posible que vaya a perderte, hija por favor acepta la operación..- dijo la madre de la pelinegra mientras acunaba su cara sobre sus manos dándole pequeñas caricias.
- Lo siento mamá, no quiero hacerlo, no quiero dejar de sentir...- sollozó
- Y yo no te quiero perder, por favor.- suplico.
- Y-yo no puedo, lo siento tanto, que pasará con mi sueño de ser heroína si no puedo sentir, no podré sentir la adrenalina, la tristeza, la empatía, el amor por la gente, solo sería una persona sin sentimientos, y yo no quiero vivir así.- susurro mientras se imaginaba como sería vivir esa vida
Su madre se mantuvo en silencio dando por terminada esa triste conversación pues sabía que con lo terca que era su hija jamás la haría cambiar de opinión, y aunque le dolía el alma con aquella decisión, la respetaría. Quedaba una opción más, que el joven Bakugo se enamorara de su pequeña, y deseaba con todo su corazón que eso ocurriese, no entendía porque su hija se resignaba a que eso jamás pasaría pues antes cuando T/N solía llevar a su rubio amigo a casa parecía que ambos se gustaban, e inclusive había oído que a su hija era a la única a la que el chico trataba bien, si bien ahora Bakugou no era su persona favorita en el mundo y le guardaba algo de rencor, pero tenía esperanzas en que el se enamorase de su hija y fuese su cura...
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Después de aquella charla el timbre sonó y la madre de la pelinegra se dispuso a abrir, encontrándose así con aquel rubio que tanto le hacía hervir la sangre...
- Hola señora Shimizu, ¿Cómo esta?.- habló el de ojos rubíes mientras le daba una ligera sonrisa a la señora.
- Hola, T/N te buscan.- se limitó a decir mientras miraba desaprobatoriamente al chico.
La mirada penetrante de la madre de T/N hacía temblar al rubio, no sabía que ocurría pues solía llevarse bien con la madre de su amiga pero ahora parecía que aquella le odiaba con todo su ser.
La pelinegra llegó al lado de su madre saludó a su rubio amigo y se dispuso a despedirse de su madre.
- Cariño cuídate mucho si?, y no llegues tan tarde Shoto quería verte y le invite a cenar.- dijo su madre mientras le daba un beso de despedida.
- Claro madre, nos vemos te quiero.- dijo la pelinegra.
Ambos jóvenes comenzaron a caminar hacía su destino...
- Wow tu madre me odia jajaja.- soltó sin más el rubio.
- ¿Qué?, claro que no.- T/N sabía que su madre le guardaba rencor al rubio, pero no le odiaba.
- Claro que sí tonta, no viste como me miraba, es obvio que prefiere a Shoto y a mi me odia.- dijo el rubio mientras un sentimiento de amargura abundaba su ser, no lo entendía pero ese sentimiento comenzó a aparece desde que Shoto y T/N pasaban más tiempo juntos, y no le gusta.
- Claro que no, ya cállate y caminemos.- dijo soltando una risita y jalando a su compañero de la mano.
Los dos amigos caminaban alegremente mientras hablaban de temas triviales y reían con cada chiste que alguno de los dos soltaba. Habían ya pasado todo su día juntos disfrutando de la compañía que los dos se hacían, ahora se encontraban charlando sentados en una banca del parque comiendo un helado, mientras el sol comenzaba a ocultarse y los últimos rayos de este les alumbraban.
- Siempre me la paso increíble contigo, tarada.- dijo el rubio mientras soltaba un suspiro y agradecía que estuviesen juntos de nuevo.
- Yo también disfruto pasar tiempo contigo tonto, me divierte escucharte enfadar por la más mínima cosa.- rio la pelinegra mientras le daba un bocado a su rico helado.
- Eso no es verdad.- rodó los ojo.- Invítame de tu helado y yo te invito del mío.- dijo el rubio.
La chica acepto mientras tomaba una cucharada de su helado y la llevaba a la boca del rubio para compartirle un poco, el rubio abrió la boca aceptando gustoso el helado e hizo lo mismo que su amiga, tomo un poco de helado con su cuchara y la llevo hacía la boca pero en un torpe movimiento termino embarrándole helado en la comisura de los labios y parte de su cachete .
-Mira ya hiciste que te embarrara la cara, tonta.- dijo mientras que con su pulgar limpiaba el cachete de su amiga.
Él limpiaba el helado de su cara con sumó cuidado como si la chica fuese una pequeña muñeca de porcelana que con el mínimo movimiento brusco pudiese romperse, el corazón de la pelinegra comenzó a acelerarse con el suave tacto del rubio, Bakugo comenzó a acercarse y paso su dedo pulgar por la comisura de los labios de T/N, limpió el helado y posó sus ojos en aquellos rosados labios que la pelinegra poseía, los tenues y últimos rayos del sol le iluminaban la cara haciendo notable su sonrojo, ambos conectaron las miradas y por un momento todo a su alrededor desaparecía. La pelinegra tenía el corazón latiendo a mil por hora, su respiración comenzaba a ser irregular y los colores se le habían subido a la cara, cerró los ojos hasta que una risa burlona le hizo abrirlos.
- Tranquila tonta, eres una puerca te manchaste todo el cachete de helado.- dijo Bakugou mientras rascaba su nuca.-
T/N se sentía en el cielo con el tacto que le ofrecía el rubio, pero cuando este le hablo y la saco de su trance fue como si cayera en picada a su triste realidad... Un dolor en el pecho le abundo y la garganta comenzó a picarle, y por más que esta hiciese su mayor esfuerzo en evitarlo, paso lo que más miedo le daba, le dio un ataque de tos frente a Bakugou escupiendo un montón de sangre y 15 pétalos adornaron el suelo, pero antes de que más pétalos salieran tapo su boca...
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𝐒𝐚𝐯𝐞 𝐌𝐞 🥀| 𝐁𝐚𝐤𝐮𝐠𝐨𝐮 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐤𝐢 𝐱 𝐋𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫𝐚
Fanfiction- No quiero morir, ¿Cuál es la cura para esto que me esta pasando?.- - Bakugo... él es la cura...- 🥀 🥀 🥀 🥀 🥀 🥀 🥀 🥀 *Los personajes le pertenecen a Kōhei Horikoshi (a excepción de la protagonista).*