Hermoso error [BTS]

Capítulo 11

Era sábado por la mañana.

Sojin se encontraba empacando.

Ya casi guardaba todo lo que necesitaba.

Su ropa, artículos personales, sus peluches favoritos y fotografías especiales.

¿Por qué estaba guardando sus cosas?

Bueno ese día se va a vivir a su nueva casa.

Junto con Kim SeokJin

Apenas con 17 años, Sojin estaba embarazada y tendría que vivir con el padre de su hijo o hija.

Estaba muy nerviosa.

Unos días antes había ido a ver su nuevo hogar.

Era un departamento con dos habitaciones muy amplias, un baño, una cocina, una sala, un comedor y garaje. Para poder salir del departamento se tenía que bajar unas escaleras que daban al recibidor, con un pequeño jardín la casa era perfecta para tener a una familia.

El lugar estaba un poco sucio, necesitaba una mano de pintura nueva y arreglar algunas cosas en la cocina y el baño. Por eso Jin y Sojin les pidieron ayuda a sus amigos.

Sojin aún recordaba la reacción de sus amigos.

– ¡¿VIVIR JUNTOS? – habían gritado al mismo tiempo, sorprendidos.

– Por favor no tan alto– suplicó Sojin algo apenada.

– ¿Cómo paso? – pregunto aún desconcertada Seolhyun.

– Pues mi papá y la tutora de Sojin creen que debemos pasar más tiempo juntos por… el bienestar del bebé– explicó Jin rascándose la cabeza con nerviosismo.

V y Kook comenzaron a derramar lágrimas, tomaron a Sojin por las manos y dijeron:

– Te compadezco Sojin–dijo V.

– Vivirás con el grosero de Jin– dijo Kook.

– ¡Ya basta ustedes dos! – se defendió Jin separándolos de Sojin.

– Bu-Bueno… queremos pedirles un favor– dijo amablemente Sojin.

– ¿Estás lista Sojin? – dijo Shin Hye.

Sojin salió se sus pensamientos girando el rostro hacía Shin Hye.

Asintió y se dirigieron hacía su nuevo hogar.

Jin bajaba por las escaleras de su casa con una gran caja en sus manos.

– Jin, ¿llevas todo lo necesario? – pregunto Suho que estaba sentado en la sala.

– Sí, creo que sí– contesto extrañado Jin.

Suho se levantó de su cómodo lugar y se acercó a Jin. Metió la mano en el bolsillo de su pantalón negro y sacó una tira de color plateado colocándolo en la cima de la caja.

Al observarla con detenimiento Jin de dio cuenta que eran condones.

– Son por si acaso hijo mío– explicó Suho guiñándole el ojo a su hijo.

– ¡No serán necesarios! ¡Gracias! – exclamó Jin con las mejillas rojas, tomó los condones y los lanzó hacia algún lugar.

– ¡Precisamente por eso estamos en está situación! – gritó Suho.

– ¡No los necesito porque no pasará nada! –gritó Jin al punto de enojarse.

– Ja. ¡Claro que pasará! ¡Sojin es muy hermosa y sexy! ¡Caerás de nuevo en tentación! –