Bourlesque : En las manos del Abogado [✓]

XIII - Experiencia Apoteósica

Vernon...

Vanessa es fuego en su interior puedo sentirlo cada vez que con su mirada y sus palabras me reta, es inmutable y se defiende bien... pero eso no me sirve, debe obedecerme y hacer lo que le digo sin replicar... debo hacer que se doblegue por completo ante mí.

Tiene unos labios tan sensuales, carnosos y llamativos que todo mi ser quiere devorarlos hasta déjalos rojos de mis besos. Podrá no ser como las modelos que traje, pero... ¡Mierda! Es jodidamente sensual... esa mirada de conejo asustado, de inexperiencia es tan encantadora... « ¡Joder Vernon! No te gustan las vírgenes, recuerda eso... » intente alejar mis pensamientos, pero, mi cuerpo se movió por si solo arremetiendo contra esa dulce boca.

Me deje llevar por la emoción que sus labios me estaban dando, mordí y chupe con total alevosía. Mi corazón latía como nunca lo había hecho, mi virilidad comenzó a reaccionar ante los besos que Vanessa me devolvía.

Introduje mi lengua, quería ir mas allá, mi cuerpo me lo pedía a gritos y sabia que ella, inconscientemente también lo hacía, pero... me detuve abruptamente, yo no debía poseerla, no podía tocarla era prohibida para mi... me conocía una vez que la dejara entrar seria mi perdición.

No podía abrir mi corazón, no de nuevo. Jamás había estado con una virgen, y realmente no quería, quizás por que su cuerpo inexperto me fastidiaba o, eso pensaba. Me aleje, camine hacia la morena e inmediatamente le ordene complacerme.

El calor de mi cuerpo era inmenso, si no me detenía con Vanessa la haría mía en este instante y no quería... « ¡Mentira! La deseas como a ninguna... deja de engañarte » replico mi conciencia... ¡No, eso jamás!

La morena comenzó a devorar mi pene, aunque el placer no era el que quería al menos se sentía bien. Fingí mis gemidos con tal de llamar su atención, pero Vanessa solo miraba a Esteban... « ¡Joder y mil veces joder! ¡Mírame a mí! » gritaba en mi interior.

Empuje a la morena, la puse en cuatro, quite su estorbosa lencería y la penetre sin preámbulos, me asegure que gimiera como loca y solo así logre captar la atención de Vanessa. Nuestras miradas se quedaron ahí, congeladas como si nos retáramos el uno al otro.

Arremetí brutalmente contra la morena, por un momento mi mente divago en que este fuera el cuerpo de Vanessa y mi pene fuera el que disfrutara de su interior y sus dulces jugos. El mero pensamiento provoco que me corriera lo que me sorprendió, mi mente me estaba jugando muy sucio.

Decidí terminar nuevamente en otra posición, esta vez controlando mi mente, pero, básicamente me obligué a correrme por segunda vez. Me separe sin mirarla y camine hacia Vanessa quien estaba perdida en sus pensamientos.

— ¿Qué le ensenaremos a esta belleza? — pregunto esteban con clara lascivia en su voz cosa que me hizo enojar.

— Que sea como una puta seducción en toda la extensión de la palabra — dije por decir.

— Oye nena, me dijo que eres virgen... esas son las mas exquisitas Vernon, no se por que no te gustan — bufe molesto.

— Me molesta su inexperiencia — mentí — el hecho de que griten que les duele, que me supliquen que pare es una experiencia horrenda — Vanessa me miraba con odio lo sabía, aunque no sabía lo que era estar con alguien sin experiencia había escuchado y visto muchas cosas así que decidí jamás tener o desear sexo con una virgen, hasta que apareció ella.

— Que lastima, de lo que te perderás por que yo seré el que gane el premio mayor y te aseguro que lo vas a disfrutar hermosa — toco su mejilla y era obvio que no le gustaba su toque, un rayo de satisfacción brillo en mi corazón, pero desapareció inmediatamente.