Bourlesque : En las manos del Abogado [✓]

XII - No me gustan Vírgenes

Mi corazón no deja de palpitar descontroladamente, no sabía que me haría este hombre, pero... estaba curiosa, deseosa de saber aun mas de lo que el demostraría... « ¡Joder! Primero me quejo y luego ando anhelando ver...» suspire cuando entramos a una habitación, me soltó de la mano antes de dejarme pasar primero.

Era un cuarto negro decorado con luz roja y morada, alguna que otra luz blanca se podía observar una gran cama con sabanas negras, en ellas había... ¿esposas? ¿Pero que mierda? Me que helada al ver tanto juguetes sexuales, ósea si soy virgen pero no estúpida y conozco todo eso... de fuera.

— ¿Asustada? — su voz ronca cerca de mi oído es sumamente sensual que me hace suspirar por unos instantes — deberías relajarte nena pronto conocerás tu destino — toca mis hombros por arriba de la bata, si con ese toque siento mi piel quemar, no me imagino si... « ¡Basta Vanessa! Despierta, ese hombre es el demonio y quien sabe las cosas que te hará hacer...»

— No lo estoy... este es mi trabajo ¿No? — respondí regresando a mi realidad, no debía ceder ante nada con él, en especial mi corazón.

— Buena respuesta, aunque algo imprudente... espera y vezas, estoy ansioso por ver tu rostro cuando todo esto suceda... — en eso la puerta se abrió y un par de mujeres entraron junto con otro hombre... ¡¿Que mierda es eso?! Mis ojos se abrieron de par en par... esto es demasiado loco.

— Vernon ¿Qué es esto? — pregunto inquieta.

— Tu primera lección Vanessa, así que pon mucha atención porque eso — señala al hombre que se sienta en uno de los sofás de cuero que están en la habitación — es lo que quiero que aprendas, a seducir a mis enemigos, a que los tengas a tus pies... — comenzó a caminar haciendo que yo retrocediera hasta caer sentada en la cama.

— Pero... ¿Tengo que ver cómo...? — Mi voz temblaba, al igual que todo mi cuerpo, estaba en shock total.

— Claro que sí, eres una inexperta en esto así que debo entrenarte lo mas que pueda. Eres mi herramienta para cobrar mis deudas Vanessa... — tomo mi muñeca, la aprisiono a una de las esposas de la cama al igual que la otra, definitivamente no tenia escapatoria — debes observar bien por que en cuanto te vea cerrar los ojos recibirás un castigo que se, no te gustara — tomo mi barbilla, me hizo mirarlo y como siempre no me inmute... soy dura me conozco así que no le temería, haría lo que fuera... abrí mis ojos ante la sorpresa de lo que veía

El hombre se quitó la bata quedando completamente desnudo, las mujeres se alejaron un poco de el y la chica rubia comenzó a caminar en círculos alrededor de él, le sonreía muy seductoramente. Su cuerpo era perfecto, sus curvas y sus pechos delineaban de manera maravillosa todo su ser, me sentí un poco avergonzada de cómo me veía yo, al final no parezco una modelo ni lo haría en sueños.

— ¿Vez como ella se mueve y el le sigue con la mirada deseándola comer? — pregunto a mi oído, solo asentí, por extraño que parezca tenia curiosidad de lo que sucedería después — eso debes aprender, a que te deseen como tigres salvajes como para pelear por ti.

— Entiendo...

— Debes lograr que ye miren como si fueras una Joya difícil de alcanzar, pero una maldita ama en sus camas, una gata que gima como loca cuando te posean... — ¿Me van a tocar? ¿Eso fue lo que escuche? ¡Carajo no! ¡No!

— ¡No quiero que me toquen! — me tomo del cuello y me hizo mirar el acto que continuaba frente a mis ojos.

— Eso harán y mas nena, serás como una puta en celo si eso lo que yo te mando a realizar — la mujer comenzó a tocar el miembro del hombre mientras recorría con sus labios su pecho y pectorales — por ello ese de ahí te va a entrenar querida... deberás perder tu virginidad a como dé lugar.