XVI - Pinturas Peculiares

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— Recuerda solo debes atraer su atención, encántalo con tu cuerpo... — puso su maño detrás de mi cuello, ambos mirábamos al hombre que estaba justo en la barra, era igual o más atractivo que Vernon. Rostro cuadrado, barbilla bien definida combinada con labios estrechos y ligeros, no tan carnosos como lo tenía mi comprador.

— Bien, lo hare — dije con confianza al mirar el rostro de Vernon. El otro hombre podría parecer atractivo pero esos ojos intensos y maliciosos de Vernon le robaban uno que suspiro a mi corazón « ¡Concéntrate Vanessa! » me recordé. — espero que me protejas como prometiste...

— No dejare que te lastime de más, aun no probara tu cuerpo solo lo dejaras con las ganas — recalco apretando su maño aún más en mi cuello — recuerda joyita... hechízalo.

Me dio una copa extra de vino, supongo que el sabe que le gusta, respire hondo antes de caminar hacia él, mientras me acercaba observe con detenimiento cada uno de sus gestos. Tenia una nariz fina que lo hacia ver todo un aristócrata, además de sus ademanes con las maños me era imposible no reconocer que era de la alta sociedad.

« Solo déjate llevar Vanessa...» dictamino mi conciencia, si quería salir de esta situación debía perder el pudor y... soltar los prejuicios « Pero no quiero perder mi virginidad... no así...» no sabía que haría con esa situación, solo espero que... que no me haga hacer algo grotesco.

— ¡Cuidado! — no me di cuenta de que tropecé con uno de los camareros, las bebidas que traían se cayeron al suelo al igual que yo, solo cerré los ojos, pero unas fuertes y varoniles maños envolvieron mi cintura — ¿Estas bien?

— Yo... — mis ojos quedaron hipnotizados por aquel mar inmenso dentro de esa cavidad ocular sin igual... era Mauro Lox — si... lo siento — balbuceé, me sonrió con tan encantador gesto que la que se perdió en él, fui yo.

— Si me di cuenta... ¿Te importa si te levanto? — mi rostro se contrajo de vergüenza, observe la conmoción a mi alrededor y como las miradas estaban sobre nosotros.

— Si... discúlpame — me ayudo a levantarme, sacudí el vestido y sonreí ante el inconveniente. Sus ojos azulados se posaron en mi mostrando un aura de peligrosidad, pero combinada con sensualidad y lascivia.

— No hay problema, solo fíjate por donde caminas — asentí.

— Disculpe señorita — me hablo el camarero — debe pagar por toda esta bebida derramada.

— Yo... — me puse nerviosa pues no esperaba esta situación. Vernon se molestará si le pido ayuda y mas por que el objetivo no se lograría.

— Yo la pagare, no hay problema — dijo Mauro sacando su billetera — es mi invitada solo que la abandone por un momento.

— Entiendo, gracias señor y discúlpeme señorita — el camarero hizo una reverencia y se alejó.

— No tenia por que hacer eso — conteste apenada.

— Solo ayudo a la damisela en peligro — sonreí con coquetería.

— Vaya entonces supongo que... le debo un favor — no sabia como seguir así que solo me relaje imaginándome estar en un escenario bailando.

— Si gustas hermosa... soy Mauro Lox, mucho gusto — tomo mi maño y la beso. Acto que me pareció sumamente intenso, pero me mantuve tranquila.

— Eris... Eris Doumont — me presente con mi sobrenombre, no dejaría que estas personas supieran quien era en realidad.

— Un bello nombre para una bella portadora de el — me invito a sentarme en la barra junto a el — ¿Te gustan las bebidas dulces o fuertes?

— Por que no me impresionas — solté. « ¡Mierda Vanessa que atrevida! » Si, no supe que paso, pero, paso.

Bourlesque : En las manos del Abogado [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora