Capítulo 2

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Ya sabemos cómo comienza esta intrépida historia de rivalidad entre dos bandas cuyos mafiosos son los más jóvenes que podamos encontrar.

Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Ya pudimos ver de donde proceden los personajes, pero no cómo llegan hasta Limerick, volvamos entonces al principio de la historia, volvamos unos años atrás. Hagamos entonces un flashback.

La salida de Pawel, nuestro protagonista polaco de ojos claros miel azulados, rubio con mechas castañas oscuras no como cualquier polaco, estatura mediana que tendía a crecer más durante unos años y un físico de piel clarita que no pasaba de la desnutrición pero se le veía en los huesos igualmente y una psicología malévola al igual que pícara; no fue nada fácil, tuvo que partir de la ciudad de Tczew, huérfano de nacimiento tuvo que buscarse siempre la vida para que los SSP no le atraparan, viviendo debajo de un puente, decidió finalmente como alma aventurera emprender el viaje que le lleva a Limerick. Para empezar, esperó al siguiente tres de las 3 a.m. que pasaba por Tczew, y así embarcarse junto a sus maletas donde el destino le llevase. El Expresso P8Aw ya llegó a Tczew y en un acto rápido Pawel se metió en el tren sin pagar nada en absoluto, el tren le llevaría hasta la frontera con la Alemania Soviética, Strasburg sería la primera parada de un joven Pawel que apenas tenía once años, caminar sería ahora su forma de desplazamiento, días y días de caminata, alimentándose de lo que podía cazar o recolectar por el camino.

Al llegar a Waren, la hospitalidad de algunos habitantes hizo que nuestro protagonista se quedara durante unos dos años hasta cumplir catorce, la razón parecía muy sencilla, la familia Fischer le acogió con los brazos abiertos como un nuevo hijo, el jefe de esta familia, el abuelo Arno no dejaría que un niño de once años vagase por el mundo sin posibilidades de sobrevivir a lo que le quedaba de viaje y menos ante la caída de inviernos largos y muy fríos en la Alemania. Pawel se fue fraguando en el idioma, además de polaco hablaría con perfecta pronunciación del alemán oriental, desde luego, el anciano Arno demostró toda su sabiduría al enseñar a nuestro protagonista la técnica de la pesca en el lago Müritz.

Ya cumplidos catorce años, por ahora estaríamos en el 1960, se marchó con una leve lagrimita de su familia de acogida, pero este momento no sucederá en Waren, Arno afirmó llevarle hasta la estación ferroviaria más cercana a Waren y con ellos toda una familia acompañándolos en este viaje. Así, cogieron los carruajes y se pusieron rumbo a Perleberg, horas y horas de trayecto, parecía como si toda la familia no quisiera desprenderse de aquel chico que llegó a Alemania con once años, intentaron hasta varias veces convencerlo de que se quedara, que no haría nada trotando a sus anchas por el mundo, pero él seguía con su plan, aventurarse al mundo.

Llegados ya Perleberg, las lágrimas de la familia Fischer hacían acto de presencia, el abuelo Arno es el que menos pudo contener las lágrimas, echándose por encima del adolescente personaje. Vieron como en apenas cincuenta segundos, se desprendían del hijo adoptivo de estos tres últimos años. Pawel, solo se asomó por la ventana y despidió a aquella familia que lo adoptó, lo educó y le salvó la vida cuando él podría haber estado o en que él podría en el peor de los casos desvanecerse del mundo y del universo.

Ahora, el viaje en tren cruzará toda Alemania de este a oeste, pasando por encima de los ríos Elba, Weser y Ems, por provincias de toda Alemania, por lugares forestados, naturaleza recóndita. Al fin, Pawel llega a la frontera alemana, nos situamos en Rhede, un pequeño municipio limítrofe con Holanda, así, Pawel solo tendría que pasar caminado durante dos días la frontera alemana-holandesa, que muy lejos para tardar dos días no estaba, pero se entretuvo por el camino, estuvo por encima del puente Emsbrücke, vió el río Ems; vamos que se entretuvo con lo que encontraba como alma juvenil.

En total, Pawel llega a la frontera, la pasa y tiene como objetivo llegar a Vlagtwedde, donde le esperaría el próximo tren. En Vlagtwedde, cogería el tren que le lleva a la ciudad de Utrech, aquella ciudad que vive continuamente en el tiempo pasado por su arquitectura, un viaje que sería lo correspondiente de viajar de norte a sur de Holanda. Ya en Utrech, el muchacho se sorprendió ante la aluminosa goticidad de la ciudad, su torre, su campanario y sus calles que reflejaban pura ciudad medieval, digamos que se quería quedar a vivir en esta preciosa ciudad, pero no será así ya que Kowaski robó una manzana para comer y fueron órdenes directas de búsqueda y captura. Ahora va a ser distinto, dijimos antes que el principal transporte de nuestro intrépido protagonista es el tren, pero tras las ordenes antes mencionadas ahora a través del río Vecht que continuamente desembocará en el río Lek y con sola una barca y el muchacho bien escondido durante parte del trayecto en Holanda, transporta durante cincuenta días a nuestro protagonista que verá como habrán pasado unos dos años desde que dejó a la familia Fischer, ahora Pawel tiene dieciséis años y llega por fin a Gante, que por cierto, hemos cambiado de país, ahora estamos en Bélgica, Gante es una ciudad, que bueno, medieval como Utrech a no más poder, es decir, deja Pawel una ciudad gótica y medieval por un río y desemboca su viaje en el río Escalda y por tanto en la ciudad de Gante que verá un hermoso paisaje con medievales edificios. Ahora de nuevo, Pawel, se transportará en tren, cambiando de nuevo de país, ahora llegamos a Francia, más concretamente a Dunkerque, esa ciudad portuaria que durante la Segunda Guerra Mundial fue el sitio que desarrollo la evacuación de mayores tropas bélicas durante combate.

En Dunkerque, Pawel, embarcará en el ferry que le llevará hasta las costas de Irlanda del Sur. Ya en Dunkerque, se encontrará por los pasillos de la estación a una chica de estatura media, italiana por su aspecto parecía y ojos verdosos, pero nada más, solo se tuvo un encontronazo en el pasillo, un choque fortuito de hombros y cual él corrió después porque iba a perder el ferry. Pawel, se metió en el ferry y a duras penas, a punto de cerrar las puertas del mismo se coló como un agente de seguridad cuando una puerta está cerrándose.

El viaje en ferry, fue duro, con tantos oleajes que hicieron que el barco estuviera a punto de naufragar, pero al fin llega al puerto de Wexford, había llegado por fin a Irlanda del Sur. En Wexford, encontró durante meses un asentamiento hospitalario, que más tarde en tren, decidirá irse oeste de Irlanda del Sur, esta vez a Limerick donde ya por fin se quedará a vivir.

Por último, al llegar a este municipio, Pawel vio la alta demanda de tabernas que había en el lugar, y en una de esas veces, el jefe de una de las mafias de Limerick, le hizo seguirle a la santa sede de la mafia Mount, esa ubicación era el cementerio de St. Lawrence. Ya en la sede, y pasado unos meses, Pawel, envenenó al mafioso Mount, y según los estatutos de la mafia, quien gana al jefe, es el nuevo jefe, y así es como Pawel Kowaski llega a su destino consagrándose además mafioso mayor de Mount durante tres años.

La Caza de St. MarieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora