CAPÍTULO 1

68 11 5
                                    


Maurizio Cirigliano Labela.


Caminó con lentitud por los pasillos de la mansión familiar mientras observo los retratos de cada uno de los antiguos cabecillas, sonrió frente al cuadro de Mansini, el más grande y de los mejores líderes que hubo en nuestro negocio.

— Mio figlio, ¿sigues con la idea de traer a Ernesto de regreso?— La voz áspera de mi padre me saca de mis pensamientos y hace que dirija mi vista hacia el, se ve tan pulcro como siempre

— Papà —digo mientras me acerco a él, tomo su mano y plantó un pequeño beso en su dorso —Todavía tengo esa idea, él nos será de ayuda para descubrir al traditore, y librarnos de todos aquellos que estén con él. Incluso ahora mismo saldré para verlo.—respondo con serenidad, observo mi reloj en lo que emprendo el viaje hacia fuera de la mansión donde me esperan mis hombres.

— Figliolo, aspetta un attimo, non disturbare Ernesto, potrebbe finire per picchiare.— dice, haciendo que me detenga, hago una pequeña mueca y un leve asentimiento.

— Non lo farò, padre, ora che vado in pensione sono in ritardo—Sigo mi camino, dejando a mi padre atrás.

Salgo de la mansión encontrándome a Dioniso, este me mira y sonríe mientras deja de lado su cigarro.

— ¿No lo habías dejado, hombre?—preguntó serio, me pongo frente a él haciendo notar la diferencia de un par de centímetros de estatura.

— Lo intente, Mazio, pero no lo conseguí —Encoge los hombros como si restara importancia —Pero bueno, ¿a dónde vamos ahora?—Tira la colilla y luego suelta el humo, abre la puerta del auto para mi.

— Cafetería Mansini, y no me digas asi, menos frente a los demás.—ordenó cortante en lo que subo al carro, este solo suelta una risita de burla, cierra la puerta, seguido se abre la del copiloto y entra para ponernos en marcha.

Una hora y media después, estamos frente a la cafetería de Ernesto, se mira rústica pero realmente es buena, es acogedora , tiene un rico café, uno de mis hombres abre mi puerta, a su vez la de Dioniso, ambos bajamos a la vez y nos adentramos al local, impregnando nuestras narices del olor a cafe.

— Señor Labela y Fontana, ¿que los trae por aquí?—pregunta Ernesto, se mira más joven de lo que es, parece tener un cuerpo trabajado y pocas arrugas, además de su tenue cabellera blanca, desprende un aura muy amigable.

— Usted, señor Mansini,su delicioso cafe y tambien...—respondo pero me veo obligado a detenerme cuando observo a la belleza en persona, Dianora Mansini aparece en mi campo visual con su alegría, sus ojos color miel y su cabello castaño, tiene unos labios hermosos, su cuerpo es un placer con el cual me gustaría deleitarme.

— Su hija, vine a ver a mi mejor amiga.— Escuchó hablar a Dioniso con ese tono tan molesto que pone cada vez que observo a la bella dama.

— Adelante, Dioniso, ¿qué iba a decir, Labela?—pregunta Ernesto, haciendo que voltee a mirarlo.

— También su delicioso pastel de zanahoria,pero ahora es más de trabajo—digo haciendo que su expresión cambie a una seria, hace una seña con mano y cabeza para que lo siga al cuarto de reuniones.

— Señorita Dianora—saludo cuando pasó al lado de esta, noto su leve sonrojo lo que me hace sonreír con suficiencia.

Entro a aquella habitacion, es de madera pero tiene toques de color negro que combina con el cafe de esta, ademas de una buena iluminacion y su mini bar, el señor Mansini me tiende un vaso con whiskey en lo que tomo asiento, acepto gustoso la bebida y le tomo un pequeño trago, este toma asiento frente a mi, garraspea la garganta mientras me mira.

Misteco #1 [𝗧𝗿𝗶𝗹𝗼𝗴𝗶𝗮 𝗣𝗲𝗿𝗶𝗰𝗼𝗹𝗼]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora