CAPÍTULO 7

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Dianora D' amico Mansini.


Abro los ojos nuevamente mi cabeza está sobre el pecho desnudo de Maurizio, el tiene uno de sus brazos rodeándome mientras el otro descansa sobre sus ojos, estamos tapados por las mantas suave de su cama.

Trato de levantarme, pero el brazo en mi cintura no me deja, de un momento para otro tengo a Maurizio sobre mí, sus ojos me miran presos del deseo.

—¿A donde ibas? —agarra mis muñecas colocándolas sobre mi cabeza.

— Yo... —nose que decir ya que me pierdo en sus ojos.

Al no conseguir respuesta aballaza mi boca con un beso urgido por probarme, lo sigo como puedo, él tiene el control del beso, presionó su erección contra mi centro desnudo.

— Maurizio... —su nombre sale en un gemido de mi boca.

Sus besos bajaron por mi mandíbula, cuello, muerde mientras besa, llega hasta mis pechos mordiendo, lamiendo y chupando. Veo como deja una marca morada en uno de mis pechos, sigue bajando por mi abdomen, mordiendo superficialmente, mientras deja besos húmedos.

Llega a mi entrepierna, se pone en el medio, antes de hundir su cabeza me miró a los ojos guiñandome un ojo.

Bajo su cabeza y hundió su lengua dentro de mi vagina haciendo que mi espalda se arqueara.

Lamia, succionaba y chupaba, movía su lengua en círculos, me enloquecía al punto de gritar.

Mis manos estaban sobre su cabeza haciendo presión para que no se moviera, mis piernas temblaban por la anticipación del orgasmo.

Moví mis caderas al ritmo de su lengua, sentía como con ella pincelar todo recogiendo todos mis jugos.

Un gran temblor recorrió todo mi cuerpo, mis paredes se contrajeron, mis gemidos y gritos presos del orgasmo, Maurizio subió nuevamente a mi boca dándome a probar mis jugos.

Se acomodo entre mis piernas tomando con su mano su pene.

Un golpe al otro lado de la pierna no dejó que él se introdujera dentro mio.

— Maurizio —era Dionisio —no encuentro a Dianora ¿está contigo? —mis ojos se abrieron asustados mirando a Maurizio, el tenía el rostro tranquilo, me dio un beso en la cabeza mientras se levantaba y ponía solamente un boxer.

— Quédate aquí, no te muevas —me miró para luego salir por la puerta.

Me quedé en su cama cubriéndome con las sábanas, mi cuerpo estaba desnudo, mi celular comenzó a sonar, me levante con las sábanas alrededor de mi cuerpo mientras lo agarraba del bolsillo de mi pantalón.

Mire la pantalla, era mi padre, dude si contestar, no estábamos bien, pero finalmente lo hice.

— Dianora —la voz de mi padre se escuchó del otro lado.

— Padre ¿qué quieres? —hable sin rodeos.

— ¿Dónde estás? vuelve ahora mismo a la casa —ordenó, pensando que iba a correr a su lado.

— No voy a volver hasta que cambies de opinión sobre Dionisio —sentencie sentandome en la cama.

— Maldita sea Dianora, ese chico puede ponerte en peligro... —lo corte para que no siguiera.

— Dionisio jamás me pondría en peligro Ernesto, es el hermano que nunca tuve —mi voz se ahoga un poco —no voy a volver.

Sentí como suspiro con resignación del otro lado.

Misteco #1 [𝗧𝗿𝗶𝗹𝗼𝗴𝗶𝗮 𝗣𝗲𝗿𝗶𝗰𝗼𝗹𝗼]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora