Maurizio Cirigliano Labela.
Miro a mi amigo, su ceño está fruncido y tiene los puños apretados, se lo que se viene pero realmente me da igual, mi mente está completamente en ella, tendré que enseñarle a hacerme caso.
—¿Me estás escuchando?—pregunta, haciendo que le ponga atención.
—La verdad es que no, hermano, no te estoy poniendo atención,— Respondo con sinceridad, intentó dar la vuelta e irme a mi habitación pero este me detiene.
—La mafia de México está en movimiento, Héctor jodera, ambos los sabemos y es un contrincante poderoso—Lo miró con seriedad, escuchar su nombre me pone los vellos de punta, mi padre ya batalló con él, casi no la cuenta.—Además tenemos los problemas aquí adentro, la información se fuga y la mafia nueva está tomando lentamente poder—sigue, me tensó levemente,
—Un sacco di merda ci viene addosso—susurro para mi, lo miro— No me preocupa tanto la mafia, lo arreglaremos, con respecto al Mexicano, lo venceremos desde adentro, contacta a los hombres que tenemos, es hora de romperlo lentamente.—Ordenó, este asiente y se dirige a cumplir con lo que le pedí.
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Me pongo a buscar a Dianora por todo los pasillos de la mansión, después de que se fue Dioniso me cambié pero mi molestia no mermó, encontrarla y enseñarle que mis órdenes son absolutas es lo más importante ahora mismo.
Entró en el pasillo del árbol genealógico de la familia, todos los jefes antiguos están aquí, retratados, sus historias, todo en cuadros grandes que tapizan el pasillo, observo con detenimiento hasta que logró captar a Dianora, esta mira una foto con una expresión confusa.
—Dianora, necesito que...—Me quedo a medio camino, a media oración e incluso a media respiración recordando que el retrato de Ernesto, su padre, está aquí que justo es el que está mirando, su rostro voltea en mi dirección.
—¿Qué hace el retrato de mi padre aquí?—pregunta con genuina confusión.
—Yo...—Me quedo sin palabras, le dije a Ernesto que no la metería en esto y cumpliré mi palabra —No es algo que me incumba decírtelo a mi, Dianora— respondo a su pregunta, está frunce el ceño con total molestia y se encamina en mi dirección.
—¿Cómo que no?—lanza la pregunta llena de ira— ¿Cómo que no puedes decirme por qué el retrato de mi padre está en tu casa? Además, de decir que es un ex familiar — Se planta frente a mi y me señala con el dedo, acusándome.
— Antes que nada, baja el dedo— siseo, esta lo baja lentamente pero su expresión no cambia— Y como dije, no me incumbe a mi, es algo que le toca contarte a tu padre, esta conversación acaba aquí.—Me doy la vuelta y empiezo a caminar en dirección a mi oficina,
—Maurizio—me sigue de cerca pero la ignoro, entro a mi oficina, viene detrás de mí dando un portazo —Será mejor que me digas, tengo todo el derecho de saber—alza la voz, esto me irrita y me hace voltear a verla.
—Ya te dije que no discutas, no es un asunto que deba decirte yo— Alzo la voz, esta se encoge levemente de hombros con el tono.
—Me da igual, me lo tienes que decir porque...—La puerta interrumpe a Dianora, estoy a punto de ver quien abrió cuando una pequeña cabeza se asoma por la abertura.
—Papà, c'è qualcosa che non va?—pregunta mi pequeño Paolo, seguido entra sin percatarse de la presencia de Dianora, lo miro con tranquilidad.
—Nada, pequeño, solo una pequeña discusión, ¿pero que te he dicho de entrar así a mi estudio?—le preguntó, este se cruza de hombros y hace la cara de berrinche.
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Misteco #1 [𝗧𝗿𝗶𝗹𝗼𝗴𝗶𝗮 𝗣𝗲𝗿𝗶𝗰𝗼𝗹𝗼]
Teen FictionMisterios, amor, placer y mucho peligro, todo entra de golpe en el tranquilo mundo de Dianora con la llegada de Maurizio, el jefe de la mafia más fuerte en Nápoles, ¿o no es así?