Comenten o les pego (ง '̀-'́)ง
(No no es cierto, les quiero mucho <3)
Choi Soobin
Empezó a dormir con Yeonjun.
A veces podían quedarse horas hablando de lo que era y lo que no, de cómo el mal surgía de los propios humanos y cómo las únicas llamas que ardían eran las de las mentes de algunas personas. Otras veces Yeonjun lo hacía apagar su cigarro porque no le gustaba el olor y Soobin no lo contradecía.
Yeonjun solía quedarse dormido primero y siempre era el último en despertarse. A Soobin le gustaba verlo tranquilo, sabiendo que nada relativamente malo lo estaba lastimando, aunque estaba muy consciente que el dolor de haber sido expulsado del cielo no se iba del todo.
Le gustaba la pequeña rutina que tenían, era cálido regresar a casa y ver a Yeonjun, pero también le daba una sensación agria saber que era una rutina bonita y frágil.
En ocasiones miraba a Yeonjun desde lejos, con sus alas moviéndose sutilmente junto a su cuerpo cuando bailaba y su pecho se oprimía al no poder evitar pensar en lo vacío que se vería todo sin él.
Pero luego el ángel se le acercaba y le tendía una mano y de repente todo lo demás se le olvidaba, porque estaba concentrado en no pisar los pies descalzos de Yeonjun y en no perderse el sonido de su risa.
Una mañana despertó para notar la venda del ángel más abajo de sus ojos, sus párpados aún protegiendo lo que tenía prohibido ver. Soobin pensó en dejar la venda como estaba y esperar a que despertara para ver sus ojos, pero luego se cuestionó lo que pasaría después, cuando despertara.
El panorama de un Yeonjun enojado o llorando lo asustó, porque rompería su confianza y el bonito sueño que estaban viviendo se iría tan rápido como empezó.
Con cuidado tomó la venda y la subió hasta cubrir sus párpados, su parte curiosa riñendo y la parte que aún no podía nombrar y que salía a flote con Yeonjun le dijo que estaba haciendo lo correcto.
Soobin salió a saldar cuentas esa tarde, Kai se quedó cuidando la casa. Todo el día pensó en lo que pudo haber pasado y lo que no, tratando de conformarse con la imagen de los ojos de Yeonjun que su mente había creado.
La pregunta se ancló con una horrible y persistente fuerza: ¿había hecho lo correcto?
-
Regresó a la casa con la noche pisándole los talones. En cuanto abrió la puerta percibió algo extraño, una punzada inexplicable presionando su corazón.
Sin pensarlo corrió a la habitación donde siempre estaba Yeonjun. La puerta estaba entreabierta, pero Soobin no se atrevió a entrar al ver la luz intensa frente al ángel sentado en la cama.
—No puedes seguir aquí—dijo una voz firme, muy distinta a la de Yeonjun, sin esa melodía amable.
—Tampoco puedo irme de la nada. Ha sido muy bueno conmigo—contestó Yeonjun.
—¿Por cuánto más? No sabes el tipo de humano que es.
—Sí lo sé, pero...
—Ven conmigo, Yeonjun, estarás seguro conmigo.
—Taehyun... debo pensarlo.
—¿Desconfías de mí?—preguntó la otra voz, a Soobin no le gustó el tono con el que le hablaba a su ángel.
—Eres un arcángel ahora, ¿qué harás con un desterrado?
—¿Usas la palabra 'ahora'?
—Así como duermo, así como me da hambre, frío y calor. Así como... siento.
—De acuerdo—se escuchó, la otra voz sonaba tensa—. Sabes cómo llamarme.
La luz desapareció, Soobin se alejó y esperó un poco antes de entrar, debatiéndose entre mencionar o no lo que escuchó.
—Pequeño ángel, ¿estás bien?—preguntó, entrando después de un rato.
—Sabía que estabas ahí—Yeonjun sonrió y se recostó boca abajo en la cama, encogiendo un poco sus alas—. La última vez que lo vi no era un arcángel.
—¿Ustedes... suben de grado?
—Algo así, depende de que mejores tus habilidades. Taehyun puede oír lo que calla y ver lo que se oculta, tanto del pasado como del presente.
—Oh.
Se dejaron caer en un silencio, Yeonjun jugando con la sábana y Soobin mirando el techo.
—¿Por qué has sido bueno conmigo?—preguntó finalmente Yeonjun—. He visto y sé lo que haces y no me gusta, pero tú... en la mañana cubriste mis ojos aunque sé que quieres verlos, hiciste lo que te pedí, ¿por qué?
—Yeonjun...
—Taehyun me dijo que podía sacarme de aquí. Dime por qué eres tan bueno conmigo y tendré más claro qué hacer.
Soobin se cubrió la cara con una mano. ¿Yeonjun podía irse? ¿Eso significaba no verlo de nuevo?
—Ni siquiera yo sé porqué—admitió, las miles de cosas que pensó se atoraron en un nudo en su garganta y no pudo decir mucho—. Pero no quiero que te pase algo malo.
Yeonjun deslizó su brazo lentamente por su torso y lo enredó antes de esconder su cabeza en la curvatura de su cuello sin decir nada. Soobin se relajó y también lo rodeó con cuidado, pasando sus dedos por las alas y viendo con la maravilla de siempre cómo se volvían turquesas.
Ninguno dijo nada. Solo estaban ahí, aferrándose a los brazos donde uno podía sentir el calor del otro, esperando que fuera suficiente para ahuyentar a la soledad.
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Cadere [Soojun]
FanfictionUn ángel condenado. Un hombre solitario. Dos destinos entrelazados y un peligro. El presente de Yeonjun cayó por un crimen de su futuro, el de Soobin se construyó con las cenizas de un pasado escarlata. Los ojos de los ángles cambian de color cuand...