Ocho

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Yeonjun

En una de las portadas de los discos que ponía había una foto de una iglesia, sus paredes y decoraciones soberbias y tristes lo tuvieron embelesado durante un buen rato.

Se enteró después de lo que era, por medio de un Soobin hostil ante la portada, y se preguntó cómo se vería en la tierra lo que se supone que era el cielo. Cómo se vería su origen divino en su destino mundano.

Después del pánico y las lágrimas, Yeonjun le pidió a Soobin que lo llevara a ver una iglesia. Al principio el humano pareció quedarse en blanco, pero finalmente accedió. Fueron al pueblo más cercano donde había una iglesia católica. Esperaron hasta la noche, cuando ningún ojo curioso pudiera ver sus alas.

ㅡ¿Me olvidarás?ㅡpreguntó Yeonjun de camino a la iglesia, sentir un suelo diferente era tan raro y no le gustaban los zapatos. 

ㅡNi en un millón de vidas. 

ㅡYo tampoco te voy a olvidar... Odio al universo. 

ㅡYo también lo odio.

Los ojos que Soobin no quería levantar se veían apagados. Yeonjun se sentía igual, extraño, como estar en un sueño irreal donde no podía controlar lo que hacía y solo se volvía un espectador de la situación que lo superaba.

La iglesia se alzaba imponente ante ellos con su altura y dimensiones, su significado pasado y futuro simbolizando los miedos de ambos. Soobin empujó la puerta, Yeonjun vio su rostro pálido y las manos temblorosas bajo la luz de la luna. 

Se veía asustado. Cuando huyeron estaba enojado, pero en ese momento parecía perdido. Quizá en algún punto del tiempo o de su interior, pero Soobin estaba asustado.

ㅡYo... yo no puedo entrar, perdónameㅡSoobin apretó los párpados y sus manos entrelazadas.

ㅡEntonces... supongo que aquíㅡYeonjun perdió la voz un momentoㅡ, aquí termina. 

Los ojos de Soobin parecieron aguarse y apretó sus labios para disimular el temblor. Se abrazaron de nuevo, sus corazones pesados y llorando. Yeonjun quiso rogar de nuevo no separarse, pero tal vez Taehyun tenía razón y Soobin querría deshacerse de él tarde o temprano.

Le había dicho que los humanos eran volátiles, inconsistentes y nada en ellos sería eterno. Le asustaba mucho pensar que fuera cierto.

ㅡTe amoㅡle dijo Soobin, besando su cabeza. Parecía más un gemido de dolor, una súplica de sanar algo que no podía ver.

ㅡ¿De verdad?

ㅡLo más real que he dicho en mi vida. 

Las lágrimas resbalaron bajo la atenta mirada de la luna. Yeonjun apretó a Soobin contra sí. Un ángel sintiendo emociones humanas, un ángel conociendo el significado del amor.

ㅡTambién te amo. 

Estuvieron mucho tiempo abrazados, con las estrellas presenciando sus penas, siendo testigos de su amor, observando las promesas y palabras que se deslizaban en pequeñas gotas de agua amarga. 

Yeonjun entró a la iglesia, lo último que vio del exterior fueron los ojos cafés de Soobin.

Había velas alumbrando estatuas y pinturas de ángeles con rostros serios y tristes, ¿así se veía él mismo?

Cadere [Soojun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora