Seis

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Yeonjun

Taehyun era un arcángel. La noticia lo hizo darse cuenta de que había pasado algún tiempo desde que cayó. Las cosa cambiaron.

Él, por ejemplo, aprendió a ducharse, a amarrarse la venda, servirse algo de comida y agua y a cambiarse de ropa, aunque toda su ropa tenía hoyos para sus alas. Taehyun, por otra parte, se había vuelto arcángel y estaba a cargo de los juicios. 

El arcángel que dictó su condena ya ni siquiera estaba ahí y Yeonjun no era capaz de comprenderlo.

Después de esa visita, Soobin se había vuelto más apegado a él, lo abrazaba y hablaba más que antes. Yeonjun también había empezado a tocar un poco más al humano, delineando su rostro con sus dedos descubrió una mandíbula fuerte y una boca de forma bonita. 

A veces se aburría y paseaba por la casa, escuchaba atentamente todo lo que podía percibir y tocaba las cosas que tenía más cerca. Incluso comenzó a hablar con Kai, cosas simples o preguntas sencillas, jamás fue algo como con Soobin.

Todo era diferente con Soobin.

ㅡSooㅡllamó una noche, con ambos estaban acostadosㅡ, ¿qué es el amor?

ㅡNo séㅡSoobin suspiraba mucho, incluso Yeonjun había aprendido a contar hasta treinta con tal de saber cuántas veces lo hacía al díaㅡ. Creía que era estúpido, que hacía cosas que realmente no querías y que nublaba tu percepción de la realidad—confesó—. Ahora no estoy tan seguro. Muchos dicen que es algo que te hace sentir vivo y muerto a la vez. Quizá no es tan malo, simplemente te confunde y te abruma de una manera tan sutil y bonita que no te das cuenta y cuando imaginas un panorama lejos de la otra persona te parece triste y horrible. 

»Es algo muy complejo, Junnie, todos dan una definición y todos lo sienten alguna vez, pero nadie lo entiende. A veces las cosas que no entiendes pero disfrutas son las mejores.

ㅡVayaㅡsusurró Yeonjun, podía escuchar los latidos de Soobin, sentía su calor y sus respiraciones; sentía su existenciaㅡ. Los ángeles decían que no es algo bueno para nosotros, pero empiezo a creer que tal vez solo no lo conocen. Nadie se abraza en el cielo, ni sostienen sus manos o acarician sus alas. El amor parece algo muy de ustedes, una prueba grande y fuerte de su vida.

»Aunque sí he sabido de personas que hacen cosas malas en nombre del amor, no creo que sea amor verdaderamente. Creo que el amor no es bueno ni malo, solo... cada uno le da un significado distinto. 

Ambos estaban algo adormecidos, respiraban cada vez más tranquilos y cerraban sus ojos de poco a poco, las palabras de Yeonjun se volvían más suaves, bajas y vagas.

ㅡ¿Amas algo?ㅡpreguntó Yeonjun. 

ㅡYo... ¿tú-tú amas a alguien? 

Lo último en lo que pensó Yeonjun fue en la imagen que había creado de Soobin, su calor, su voz, sus palabras y sus latidos. Eso y la molestia en su ojo.

-

A la mañana siguiente despertó muy animado. Soobin le dijo que se veía feliz y Yeonjun estuvo de acuerdo. 

Escuchó canciones y se rio. No durmió en todo el día y se movió de un lado al otro. Soobin no salió y hablaron todo el rato, incluso le enseñó a bailar vals. Y le gustó, porque ya no bailaría solo.

ㅡHace mucho que no lo hagoㅡmencionó Soobinㅡ. Mi ma... alguien me enseñó hace mucho tiempo. 

Y lo hicieron durante mucho, mucho tiempo. Hasta que les faltó el aire y los pies les dolieron. 

ㅡ¿No te... no te molesta cómo llegaste aquí conmigo?ㅡle preguntó Soobin, se oía nervioso. 

ㅡAl principio me asustéㅡrespondió Yeonjunㅡ, más cuando vi lo que hiciste, sigue sin gustarme, pero eres bueno conmigo. Me gusta hablar contigo. Y siempre estás calientito. 

La risa de Soobin se abrió paso en el tiempo, limpia y fuerte, incluso eterna, porque se coló en el interior de Yeonjun y la calidez en sí mismo fue el anuncio silencioso pero firme de que estaría ahí para siempre. 

ㅡ¿Eso es bueno?ㅡpreguntó Soobin. 

ㅡNunca paso frío. 

La música cesó y Yeonjun se levantó a cambiar el disco, su mente estaba pensando en mucha cosas e imaginaba otras tantas. 

Sus pies descalzos golpearon algo, perdió el equilibrio y buscó con que sostenerse, pero no lo encontró. El golpe fue en la frente y se removió ante el dolor. 

Yeonjun apretó sus ojos por impulso, pero se sorprendió cuando los abrió, cuando la luz y miles de colores danzaron entre sí y explotaron en su vista. Volvió a cerrarlos, pero ni él mismo pudo evitar volver a abrirlos. 

ㅡNo... no, aléjateㅡpidió cuando vio unos ojos cafés, un cabello negro y unos labios delgados. 

Yeonjun trató de apartarse, pero Soobin se lo impidió con suavidad.

ㅡ¿Esto era lo que ocultabas?

ㅡSon horriblesㅡel murmullo de Yeonjun fue lento. 

ㅡ¿Por qué crees eso?

ㅡMe expulsaron por ellos. 

Soobin frunció su ceño, aun así lo abrazó y comenzó a frotar su espalda cuando soltó las primeras lágrimas. 

ㅡEs el cielo, ¿no deberían aceptarte? Pensé que eran pacifistasㅡdijo Soobin, lo hizo reír un poco. 

ㅡUn ángel no nace, ni crece, solo está ahí desde siempre. Los ojos de todos son del mismo color, pero cuando uno empieza a sentir emociones humanas, su ojo izquierdo cambia de color. Me dijeron que iba a enamorarme. Ni yo sabía cuándo iban a cambiar... o si lo habían hecho, pero creo que sí.

ㅡ¿Tú te enamoraste?

ㅡCuando me expulsaron no, mis ojos eran normales y yo no entendía.

ㅡPero tus ojos eran normales. 

ㅡVen el futuro, debieron haber cambiado hace poco. 

ㅡ¿Y si eran normales por qué no me dejabas verlos? 

ㅡTenía miedo, siempre nos dijeron que eran horribles de ver. 

Yeonjun lo abrazó más fuerte, no sabía ni que estaba llorando. Soobin escondió su cabeza en su cuello. 

ㅡSooㅡllamó en un susurro muy bajo y suave, similar al del viento, pero que de alguna manera el humano entendióㅡ. Cambió por ti. 

No hubo más palabras, solo un beso que hizo vibrar al universo entero.

Cadere [Soojun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora