Capítulo #5: "Extrañas coincidencias"
Me levanto temprano, sin ninguna alarma, esto no es normal suelo despertarme con alguna, al ser consciente de lo qué pasa, que me encuentro con Mel acostada encima de mi pecho, su cabello café casi roza el final de la cama del otro lado, sus labios están ligeramente entre abiertos con un color rosado casi pálido, ya no está tapada por la sábana blanca, esta esta en el borde de la cama y pude dedicarme a mirarla unos segundos más, su vestido blanco cubre toda su piel, pero marca muy bien su trasero y sobre todo su cintura, tomé un mechón de cabello y lo coloque detrás de su delicada oreja, percatándome entonces de que tiene tres pequeños y delicados aretes de estrellas. Aparté su mechón porque sinceramente no me dejaba observar cada una de sus pequeñas pestañas, y joder, hasta esas pequeñas eran hermosas. Trasmitía tanta sensualidad en su dormir, y me daba tanta tranquilidad mirarla.
Ella cambia de posición y se gira hacia el otro lado de la cama alejándose de mi, lo cual me hace casi enojar, porque la quiero a mi lado.
¿Qué tiene ese lado de la cama que no lo tenga yo?
Me levanto de cama lo más lento posible, tomé mi celular que estaba encima del librero que tiene Melanie en su cuarto hay varios libros que reconozco al instante, tiene una pequeña colección de libros de romance y fantasía, son las 8:50 de la mañana, y caigo con que tengo clase a las 9:30, y debo cambiarme, vestirme y estar listo para irme en unos minutos, llegaré tarde, y eso me comienza a frustrar porque no estoy acostumbrado a todo eso.
Bajé hasta la cocina, le preparé un jugo de manzana y unas tostadas con mantequilla, las sirvo en la mesa, voy al baño y lavo un poco mi cara. Voy al cuarto donde encuentro a una pequeña Mel, buscando torpemente la sábana, al parecer tiene algo de frío, me hace mucha gracia y río, he intento no hacer demasiado ruido. Me vuelvo a acostar en mi lado de la cama, y la veo dormir por unos minutos más, antes de colocar mis manos en su cintura y acercarla a mi pecho.
— Mel, tienes universidad en unos minutos — observo como abre poco a poco sus párpados, lo que me hace encontrar con unos ojos cafés amargo, no sabría expresarlo, pero eran tormenta.
— ¿Aún estás aquí? — habla colocándose un poco colorada — es la primera vez que un chico duerme en mi cama — sus cachetes comenzaron a ponerse aún más rojo y los mío también.
— Eso confirma lo que me han dicho de ti Mel — se levanta de la cama dejando ahí mientras hablo, se quita su vestido frente a mi quedándose en brasier y un interior de encaje — ¿Por que te desvistes frente a mi? — voy camino a la puerta para esperar que se cambie.
— ¿Por que quieres tú atrasar lo inevitable? — me quedo helado al escucharla hablar.
—¿Que quieres decir Mel? — me quedo de espalda a ella sin mirarla.
— En algún momento me verás así desnuda, Alex, porque me gustas y te gusto — Me dice poniéndose frente a mi aún sin ropa dejándome observarla de arriba a abajo, viendo unos pequeños lunares que recorren su entre pecho, y dejándome ver algunos moretones más. Lo que me hizo sentir mucha rabia en mi interior.
Me pongo tenso al ver esas marcas, ella me hace sentir enojado, yo estoy en contra de las peleas, pero es que ella puede llevarme al abismo, haciéndome olvidar mis principios.
— Me gustas, en eso tienes toda la razón, pero yo no soy como los muchos hombre que has traído a tu cama Mel, y creo que ya eso lo pudiste notar — Le hablé intentado no demostrar mis ganas de quitarle su poca ropa y tirarla a su cama, pero sabiendo controlarme, yo no soy un juguete para ella. Y todos dicen que ella los trata así. — Te deje el desayuno preparado encima de la mesa, esperaba que me acompañases a mi casa para recoger mis cosas de la universidad, pero no sé si eso entra en tus planes, o sea lo de ir a la universidad — la estoy mirando aún, intento no comerla con la mirada más de lo necesario.
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Conociéndote
RomanceMelanie Guzmán es una chica que solo hace lo que en verdad la complace, ser libre. Jamás se había enamorado de nadie, y mucho menos pensó en hacerlo porque sabía perfectamente que ella no era una chica que alguien mereciera. Y no confundan esto últi...