Conociéndote

Capítulo #3: "Comportamientos de grande"

Capítulo#3: "Comportamientos de grande"

*Punto de Vista: Melanie Guzmán Launtiel (Mel)*

Después de salir disparada de la biblioteca, como si me quisieran amarrar, tomé mi auto y salí a casa de mi madre.

Mi madre tiene un departamento en un edificio del centro. Esta en la planta 25 subí por el ascensor ya sería demasiado si lo subiera por las escaleras. Me encontré con la puerta abierta de su casa, entré a escondidas, y por el suelo hay 100 botellas, rotas la mayoría, intento pisar con cuidado, no quisiera lastimarme, varios vasos están tirados por el suelo, me pregunto dónde está mi madre y empleada, hay un desastre.

Voy camino a la habitación de mamá y no paro de encontrarme cosas regadas y caídas, ¿qué ha pasado por aquí? ¿un tornado?, odio que las cosas estén desordenadas, mamá me enseñó eso, pero se ha vuelto un desastre desde que se dejaron ella y papá, entro a su habitación, está dormida encima de la cama con poca ropa, se siente el olor a alcohol por toda la habitación. Voy a intentar despertarla cuando escucho a un hombre salir del baño.

— ¿Quién eres? — le pregunté muy acusante al señor que sale con poca ropa del baño de mi madre. Un cuerpo esbelto, un cabello negro con pocas canas, y aún se conserva bien.

— Hola, soy Gabriel, amigo de tu madre — Sonríe, si no estuviera en paños menores quizás le extendería la mano y hasta me llevara bien con el señor, pero con esa falta de ropa nada me parece apropiado.

— Solo son amigos — soné aún más acusadora. Mi mirada lo recorrió de arriba a abajo y se mira a el mismo y al darse cuenta de lo que quería decir tomó su ropa del suelo.

— Bueno, tu madre es algo mayor para que tú estés haciendo esas preguntas ¿no crees? — me dice mientras va camino al baño — No creo que ella te de una explicación. ¿Acaso lo hace?

—  Quizás no lo haga, ¡pero hoy me la va a dar! — le dije con firmeza.

Voy camino a la cama de mi madre intento mover el brazo.

— !Sonia Launtiel! — la comienzo a llamar por su nombre completo y parece que se despierta porque comienza a remolonear en su cama.

— ¿Hija? — me habla mi madre con una voz somnolienta — ¿Que haces aquí? — mi madre se ha olvidado que le dije ayer que vendría a recogerla para ir a comer como todos los lunes.

— La pregunta aquí es: ¿Por que tú casa está hecha un desastre? Esta todo desordenado, un hombre que merodea con poca ropa por la casa y botellas regadas por toda la habitación, huele alcohol hasta en la alfombra, explícame — He vuelto a sonar mandona. — Levántate de la cama, saca a ese hombre de la casa, y comienza por bañarte y vestirte para salir — Me levanto y tomo mi teléfono en las manos, voy a buscar el número de la empleada de mamá que limpia su casa, tendré que págale el triple por este desorden.

— ¿A quién llamas? — me pregunta mi madre.

— Ve a bañarte madre, solo llamo a la señora de la limpieza, tu casa es una pocilga — Camina al baño y a los pocos segundo sale aquel hombre.

— Creo que debo irme, hasta la vista señoritas Launtiel — se despide de mi madre y de mi.

(...)