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"The Only Hope For Me is You"

—Roggie, tienes que saber que, pase lo que pase, siempre te amaré—

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Después de ese beso maravilloso, hubo un giro radical en mi vida.

Estoy siendo feliz, y eso es... simplemente genial.
David me ayuda bastante, es como un... ¿guardián? Siempre anda preocupado por mi bienestar emocional.

Él y yo... creo que somos novios o algo así, eso espero.
Pero he estado haciendo algo mal durante todo este tiempo.
Jamás le he preguntado si todo está bien.

Soy un desastre, pero no es tarde para saber más sobre mi lindo pequeño.
Ya que ahora sé donde vive, iré a verle como él hizo conmigo.

Después de haber tomado mi taza de café y despedirme de mamá, emprendí mi camino hacia la casa de David. Ésta vez me puse mis audífonos y traté de no pensar en nada.

Aunque de todas formas, lo hice, sin embargo, empecé a preguntarme las cosas que no sabía de David.

¿Tendrá hermanos? ¿Cómo es su mamá? ¿Qué tal su habitación? ¿Tendrá un perro quizá?

¿Le agradaré a su padre?

Mientras me hacía más preguntas, recordé ese día donde yo lo encontré a él.

Estaba visitando la tumba de alguien, era un hombre, pero no recuerdo su nombre. Demonios, debí haberle cuestionado estas cosas hace tiempo.

Suspiré y vi la casa de David.

—Vamos George, tú puedes—susurré para mí mismo y me dispuse a tocar la puerta, ansioso. Se podía escuchar desde fuera una guitarra eléctrica producir melodías tristes.

Estuve mucho tiempo esperando, tocaba y tocaba, hasta que él me abrió.

—¿Roger?—me miró con sus hermosos ojos que lastimosamente, estaban rojos.—¿Q-qué haces aquí?— formó una sonrisa tímida.

—Estoy aquí para ti, David— acaricié su mejilla y no esperé más para besarlo.

Tan suaves...

Él correspondió rápidamente y me tomó del cabello para intensificar el beso, que luego terminó debido a la maldita falta de aire.

—Pasa— hizo un ademán para que yo entrara a su casa y lo hice, observaba cada rincón, era una casa acogedora, no grande, tampoco tan cuidada, pero podía sentir un aire de calma en la casa.

—Mi habitación está arriba, vamos— me tomó de la mano para guiarme a las escaleras. Cuando entramos, vi sus paredes descuidadas, cubiertas de posters de bandas, cuadernos revueltos por toda la pieza, ropa desordenada, hojas arrugadas y rotas por el suelo. Sin embargo, pude apreciar una guitarra negra en la esquina, sin rasguños ni nada por el estilo.

—Lo siento, yo... tuve un ataque de ira— observó al suelo apenado mientras trataba de recoger una de las millones hojas de cuaderno que estaban en el suelo.

—Hey, no te preocupes— le miré a los ojos.—Dime, ¿estás bien?—

No veía ese brillo en sus ojos.
Y temí lo peor.

—No David—empezó a sollozar.—No, no estoy bien— y rompió en llanto finalmente.

Inconscientemente lo sostuve con mis brazos, y lo abracé.

—Shh... David, quiero que me cuentes todos tus problemas— acaricié su cabello.

—Y-yo...Roger, también perdí a alguien— lo abracé más fuerte.—Era mi padre—

—David, ¿Por qué nunca me contaste esto antes?— lo miré seriamente-

—Porque... yo sé que lo tuyo fue peor, yo sé que no tienes a nadie que te consolé... porque yo puedo ver a través de tus ojos y corazón, y sé que estás más destrozado que yo. Porque en tu casa no hay nadie que se detenga y te diga: "todo estará bien". No hay nadie que te abrace ni te bese. Pero ahí entro yo, yo repararé tu corazón y velaré por ti, Roger—

Lágrimas caían y caían de sus bellos ojos.

—Pero no te has dado cuenta de algo, Dave... tú, desde que llegaste a mi vida repentinamente, has estado haciendo eso y mucho más. Porque los pedazos rotos de mi corazón vuelven a juntarse cuando me abrazas, porque el brillo de tus ojos me da esperanza, la vida comienza a tomar sentido cuando estoy contigo— sequé sus lágrimas delicadamente con mis manos.—Ya has hecho todo por mí, ahora me toca escucharte a ti, y devolverte cada abrazo y cada bella palabra que tú me diste, quiero hacerte feliz, quiero que estés conmigo para siempre— terminé con una sonrisa y David solo se lanzó a abrazarme de nuevo, con más fuerza.

—Te amo, Roger, no importa si no nos conocemos desde hace años, sé que te amo, gracias— siguió llorando como un niño pequeño.

—Oh, David, yo también te amo— sonreí.

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Después de unas dos semanas, fui al cementerio. Encontré la lápida de Douglas, el padre de David.

Me agaché frente a esta, y le empecé a hablar.

—Señor, aunque nunca lo conocí, sé que fue un gran padre, David lo ama mucho, y también lo extraña— suspiré.—Pero no se preocupe, juro cuidarlo por siempre, él también lo hace por mi, los dos saldremos de esta oscura tristeza, no dejaré que sufra más. Lo prometo.— toqué la lápida y sonreí, luego me paré para dirigirme a la de Syd.

Mientras caminaba, me di cuenta de todas las cosas que habían pasado en este tiempo... fue un cambio para mejor, y me siento bien.

Y llegué a la conocida lápida.

—Oh cariño, tanto tiempo sin venir aquí...— susurré.—¿Sabes qué estoy logrando? Syd, estoy siendo feliz. Me siento alegre, vuelvo a sentirme vivo... David es, maravilloso, cuando estoy con él, mi tristeza se va... es como... cuando estaba junto a ti. Syd, estoy cumpliendo lo que me pediste, te dije que lo haría, aunque no estés aquí... yo te amaré y recordaré por siempre. Pero ahora me toca hacer feliz a mi chico, y yo sé que quieres eso— me recosté en el pasto y cerré los ojos.

Porque ahora él es mi única esperanza—

Cementery Drive - WatermourDonde viven las historias. Descúbrelo ahora