Cementery Drive - Watermour

VIII

"Fallen"

—Siente la tristeza quemar mi corazón— se arrodilló en la sucia tierra —Mírame caer... al fondo y solo

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Los días pasan y el remordimiento no cesa, mis pensamientos son cada vez más dolorosos y al parecer mi mente solo sigue haciéndome sufrir.

Realmente soy un desastre. Siento impotencia, tristeza, culpa, todas esas malas cosas que había dejado ya de lado, gracias a solo una persona; David. Pero, desde el día en que él se enfadó conmigo, no he sido capaz de ir a verle.

Un maldito egoísta, eso es lo que soy.

Quizás él este llorando, gritando por ayuda y yo sigo aquí, en esta repugnante habitación, aferrándome al amor que le tenia a Syd, pero las cosas aún parecen oscuras y frías. Es triste saber que no me importa un demonio mi propio ser.

Le doy en la razón a David, me comporté como un verdadero idiota, incluso me merecía una cachetada. ¿Cómo pude ser así? él es único, alguien tan maravilloso, no debí haberle comparado con Syd... pero a la vez, mi angustia vuelve cuando pienso que estoy siendo duro con Syd.

Sólo soy yo, el causante de todos los problemas aquí. No soy lo suficiente valiente para dejar atrás a ese lindo recuerdo que tengo de Syd ni para ir a disculparme con mi novio.

—Tal vez, solo debería quedarme aquí, hasta morir de tristeza— murmuré para mi mismo mientras apoyaba mi cabeza en la fría pared.

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Desperté por el sonido de la puerta, abrí un ojo para ver quién era, y me relajé al ver que no era mi padre el que estaba ahí, sino mi madre. Se acercó a mi con un gesto preocupado y me acarició lentamente el cabello.

—Hijo, ¿Qué haces acostado aquí?— me preguntó con un tono sumamente cálido que me hizo sentir bien.

—No lo sé, sólo me recosté y me quedé dormido, es todo— le respondí con la voz baja y un tanto entrecortada.

—Está bien— hubo un silencio en la habitación hasta que mamá decidió romperlo —¿Y David? No lo he visto, y tú no has ido a su casa tampoco—

Tragué saliva, supuse que ya sabía que algo pasaba.

—Lo arruiné, y no hemos hablado desde ese día— desvié la mirada.

—¿Qué fue lo que hiciste, Roger?— cuestionó intrigada.

—Yo... bueno, básicamente le comparé con Syd. Vi a Keith en él mamá, esto me está matando, realmente lo jodí y no sé que puedo hacer—

—Ay, hijo...— la oí suspirar y se acercó a mi para darme un abrazo, el cual me reconfortó.—Tú si sabes lo que puedes hacer, sólo no quieres asumirlo y enfrentarlo—

—Sí, tienes razón. Soy un cobarde cuando David me ve como su valiente soldado— comencé a sollozar.—detestable—

—No eres detestable, Roger. Sólo estas asustado, y eso está bien— besó mi cabeza—Sabes que ese chico lo comprenderá, siempre lo hizo. Pero tú también debes arreglar eso, Syd ya no está, no tienes por qué olvidarlo, pero tampoco debes sufrir por él durante toda la vida, menos cuando tienes un novio como David— me regaló una sonrisa.—Ya hiciste todo lo que pudiste por él, y estoy muy segura que él no quisiera que estuvieras llorando siempre por su culpa—

—Odiaba cuando lloraba.. — también sonreí, recordaba que me decía que me veía feo cuando lo hacía.

—Oh sí, lo hacía en verdad— limpió las lagrimas que salían de mis ojos.—Haz que él esté orgulloso de ti, y ve por David—

Me paré de inmediato y recogí la foto de Syd que había roto junto al marco.

—Haré que esté orgulloso de mi, y seré feliz con David... no más llantos— besé la imagen y la dejé en mi escritorio.

—Así me gusta, no más llantos— dijo mamá mientras me seguía sonriendo.

—Gracias por esto, lo necesitaba— la miré tratando de expresar mi gratitud a través de mis ojos.

—No me agradezcas y en serio, ve por ese chico, que no es paciente— rió y yo asentí.

Entonces me fui de casa, suspiré y miré al cielo.

Quizás David valga más que mi orgullo, quizás por él puedo ser el hombre más valiente de la galaxia.

¿Quizás?

Quizás no debería dudar en ningún jodido momento nada por él.