Don't Let Me Go - [ LEVI ] - [EDITANDO]

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La morena observó a lo lejos del bosque de los árboles gigantes como los soldados comenzaban a reunirse en la copa de estos. Aunque debía reportarse devuelta con el Capitán Levi, ella no podía dejar el cuerpo de Nate solo.

La falta de compromiso con el capitán y sus órdenes le iba a costar la vida, además que al desobedecerlo la heredera Idomani sentía un dolor indescriptible en el pecho.

—¡Hey Alice! —la llamó Armin Arlert encima de una de las ramas.

Al legar con ellos los demás soldados la observaron curiosos, ató el lazo de su caballo a una rama, dejando a Nathan ahí, se columpió hacia el árbol más cercano, ahí estaba Jean.

Él la miró confundido y luego hacia los caballos debido al cuerpo que se quedó en el.

Las lágrimas volvieron a salir, Alice corrió a los brazos del chico de Trosr, abrazándolo. Necesitaba a alguien, el dolor que sentía era inmenso, el pecho no dejaba de dolerle, Alice necesitaba a su mejor amigo, necesitaba a Nate.

Los soldados observaron a detalle el cuerpo en el caballo, notaron al fin al chico rubio de Stohess sobre este. Las lágrimas de la morena se intensificaron, se aferró a Jean y él al fin correspondió a su abrazo mientras que ambos decidieron sentarse sobre la rama.

—Acaso ese... ¿Ese es Hewitt? —preguntó Armin asustado al ver el cadáver en el caballo, Alice volteó hacia el rubio de Shinganshina y asintió.

Se alejó de Jean quien la soltó con preocupación y ella se columpió hasta la superior más cercana.

—Capitana Nanaba. —le habló en un susurro, ella volteó—Alice Idomani reportándose, debo volver con mi escuadrón para entregar un mensaje.

—No te ves en buen estado Idomani, tu escuadrón tendrá que esperar a tu mensaje. —dijo ella mirando a la castaña—Hay titanes cerca, en tu condición actual ni si quiera tu capitán te ordenaría proseguir con tu misión. —dijo Nanaba inclinándose a ella—Ve a una rama segura, esto tomará tiempo, Alice.

Realmente quería activar el equipo de su fallecido amigo, ir a buscar a su escuadrón, encontrarlos y avisar de lo que vio, pero era tarde. Probablemente incluso la titán ya se había encontrado con ellos.

Se columpió hacia la rama mas cercana, estaba la rubia de ojos azules mirándola preocupada. Alice se sentó sobre la rama y finalmente Christa se acercó a ella.

—¿Te sientes bien? —preguntó Christa y Alice negó.

El resto de los novatos ponían atención a su conversación sin voltear a ellas. La rubia notó el resplandor sobre el dedo anular de la mano izquierda de Alice, la sujetó de la mano y luego la abrazó. Alice volvía a llorar en silencio.

—Todo estará bien—le susurró Christa mientras acariciaba su caballo.

Una mentira que ambas necesitaban creer.