Don't Let Me Go - [ LEVI ] - [EDITANDO]

21

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Alice

Desperté antes que Levi, las sábanas blancas cubrían nuestros cuerpos desnudos. No pude evitar sonreír ante el recuerdo de la noche anterior, los dos solo como uno.

Me levanté de la cama, tomé una de las sabanas para cubrirme, intenté localizar mi pantalon al menos pues la habitación estaba hecha un desastre. Lo único que encontré cerca fue mi sostén, que al momento de levantarlo del suelo observé en mis piernas moretones, me enderecé y sentí mi espalda adolorida. Un ligero quejido fue suficiente para que él despertara.

—Alice. —llamó Levi detrás de mí, volteé a él con una sonrisa, me miraba preocupado, apenas se había despertado.

—¿Sí, Levi? —contesté, él se acercó a mí con un rostro más serio que antes.

Colocó su fría mano sobre mi espalda, me quejé ante su tacto. Volteé mi cara hacia mis brazos, estos también tenían moretones, tomé mi camisa para vestirme de inmediato y evitar que él siguiera viendo las secuelas de anoche.

—Te lastimé—dijo molesto consigo mismo, volteé a él negando.

—Estoy bien, Levi. —mentí mientras me vestía.

Él se levantó molesto de la cama, comenzó a recoger su ropa del suelo e igualmente se cubría con una sabana, se apresuró de inmediato a vestirse pues ya era tarde. Estaba casi lista, solo faltaba mi camisa de color lavanda, me la coloqué al igual que mi equipo de maniobras. Levi ya estaba listo, su rostro ahora era antipático y me estaba esperando.

—No quise lastimarte—se disculpó.

—Ya te dije que estoy bien. —contesté y él negó mientras abría la puerta.

Frente a nosotros en la mesa estaba el resto de escuadrón, nos miraron sorprendidos. Sasha dejó incluso caer el pedazo de pan de su boca. Salí de la habitación como si nada hubiese pasado.

—Buenos...días, capitán—habló Armin sorprendido y sonrojado—Alice—saludó y sonreí.

Levi no fue para nada sutil, pues ni siquiera quiso tomar el desayuno.

—Rápido, tenemos que partir a las tierras de los Reiss pronto. —ordenó Levi bajando hacia el primer piso.

Evité seguirlo pues tenía demasiada hambre, me senté junto a los demás en la mesa. Era inevitable no sentirme incómoda, todos desayunaban mientras me veían, estaban esperando a que hablara sobre anoche y era obvio pues la mas ansiosa era Sasha, mientras que los demás solo estaban igual que yo, incómodos y nerviosos.

—¡Suficiente! —exclamé molesta levantándome de mi asiento— ¿Por qué me ven así?

—Anoche, no llegaste a dormir con nosotras—dijo Sasha mirándome con una sonrisa malévola—Y solo se quedaron aquí arriba tú y el capitán—continuó.