Tiburones...

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3 AÑOS ANTES

El Sábado llego rápido, Valentina estaba muy emocionada, ya quería ver la reacción que tendría Juliana, cuando viera todo.

Salieron temprano de casa de la familia Valdés, pasaron a una cafetería a desayunar algo rápido. Valentina tomo la iniciativa y le pidió las llaves del auto a Juliana, que no dudo en entregárselas. 

Ya en el trayecto,  Juliana escuchaba cantar a la rubia.

- ¿Ya me vas a a decir a donde vamos morrita? - pregunto alegremente.

- En serio eres una desesperada Juliana, no puedo decirte a donde vamos porque es una sorpresa chiquita – le decía Val a su novia que iba como su copiloto en el auto.

- Es que... mi amor que te cuesta darme, aunque sea una pista, así chiquita, chiquita... ándale preciosa - En esta ocasión el puchero de Juliana no haría efecto.

Valentina estaba emocionada, tenia el plan perfecto, bueno... casi perfecto, había comprado un departamento y los muebles necesarios, solo faltaba mostrarle todo a su novia  y que le gustara, eso era lo que mas le preocupaba a la rubia.

- ¡Ya llegamos! – dijo Valentina al entrar en el estacionamiento de ese edificio, que esperaba fuera su hogar desde ese momento.

- ¡Por fin!  ¿ya me puedo sacar las vendas de los ojos Val? porfa... - queriendo sacarse la venda, llevo sus manos a su rostro, pero Val se lo impidió.

- Epp... no, noo... espera chiquita, que aun falta que subamos a un lugar, pero no te apures ya casi, no nos falta mucho, va a ser muy rápido - dejando un besito en la mejilla de la pelinegra. La rubia bajo de la camioneta y fue a ayudar a Juliana a bajar, luego con mucho cuidado la dirigió a un ascensor, donde entraron, pulsando el botón del piso que quería, las puertas se cerraron y la emoción de Valentina estaba a tope. Mientras subían Valentina abrazo a Juliana por detrás apoyando su cara en el cuello de la morena, aprovechaba y le daba besos cortos.

- Val... ¿Qué haces bonita...? – Juliana se empezaba a sonrojar.

- Es que no sabes lo sexy que es tenerte así, con los ojos vendados y en un ascensor... ¡uff!, es excitante - con la voz ronca le decía en su oído.

- ¡Ya morrita...! que me da pena, ¿Qué tal y si se abren las puertas? - La pena a Juliana nunca se le acabaría.

El timbre de que habían llegado sonó y se abrió la puerta del ascensor.

- Ya llegamos chiquita... - se apartaba un poco, para ayudarle a caminar hacia el departamento, se detuvo frente a la puerta, saco las llaves del bolsillo de su pantalón, respirando profundamente y abrió la puerta, ayudo a Juls a entrar. 

- Apúrale morrita, porque tenemos que ir a ver los depas.

- Ya chiquita, no te alteres, no vamos a tardar.

Una vez dentro, se acerco a su novia y le saco las vendas del rostro. Ya sin las vendas Juliana observo el lugar, era un departamento amplio, con ventanas grandes donde se visualizaba la cuidad, camino por el lugar con el ceño fruncido pero a la vez con agrado.

- Que te parece Juls, ¿te gusta...? - Valentina toda emocionada se acercaba a su novia y la abrazaba desde atrás.

- Que... ¿Qué es este lugar Valentina...? - paseando su mirada por alrededor - si me gusta, pero... ¿de quien es? no entiendo aún que hacemos aquí - preguntando un poco seria, pues tenia una ligera sospecha y tenia miedo de la respuesta.

- Pues... si tu quieres, es nuestro... - mostrando las llaves con una sonrisa.

Se quedo mirando a Valentina. Sus sospechas se terminaron por confirmar, lo que tanto no quería que sucediera, estaba pasando en ese momento. Sabia que Val podía buscar el mejor lugar para que pudieran cumplir su sueño de vivir juntas, pero lo que la rubia no sabia era que Juliana quería un lugar simple, un lugar que lo eligieran juntas y lo mas importante que lo pudieran pagar juntas, no era que Juliana no podría pagarlo, porque en realidad si podía, su padre le había dejado una cuenta de caja de ahorro con una suma importante para que lo invirtiera en su empresa, pero ella no lo había necesitado y prefería guardarlo y entonces pensaba usar ese capital para pagar la mitad de la compra de su nuevo hogar con su morrita. Pero con lo que no contaba, ni se imaginaba, era que su novia se adelantaría a sus deseos y compraría ella; un lugar.

SOLO FALTA CONOCERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora