Quién diría, que...

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ACTUALIDAD

Juliana y Valentina parecían no querer salir de esa cama, estaban disfrutando bastante de ese descanso, la rubia se estiró y Juliana aprovechó para acomodar su cabeza en el abdomen de su ojitos. Val le regalaba caricias en el cabello de Juliana, perdiéndose ambas en el paisaje que se veía en el ventanal que tenían enfrente, disfrutaban del ruido de las olas, las aves que se acercaban, hasta que un ruido extraño se hizo presente.

-Parece que alguien se está quejando- comentó Juliana juguetonamente, mientras subía la mirada en busca de su morrita, -Este... ¡Ay amor! que pena jajaja- apenada Valentina le regaló una sonrisa, -es que como que ya me dio hambre, no quisiera levantarme pero pues, solucionemos esto, antes de que vaya a salir el rugido del ogro que llevo dentro- las dos se soltaron a reír.

Juliana se sentó en la cama, estirando sus brazos y viendo a Val le preguntó: -¿Quieres que vayamos al restaurante o pido servicio a la habitación?.

-Servicio a la habitación y ¿te parece que disfrutemos del desayuno en la terraza?- haciendo un puchero a su morena.

-Claro que sí bonita, lo que mi reina quiera- haciendo una reverencia hacia Valentina

-¡Ay que payasa chiquita! jajajaja

Mientras Juliana pedía el desayuno, Valentina se sentaba detrás de ella, pasando sus brazos por el abdomen de la morena, dejando pequeños besos en su cuello, una mano acariciaba su cintura y la otra bajaba a su muslo, subía y bajada sus dedos acariciándole y continuando con sus besos, mientras Juliana se estaba conteniendo de no soltar un gemido mientras estaba al teléfono, Valentina estaba jugando con fuego y la estaba torturando, por suerte terminó de ordenar y colgó.

-Eres una traviesa morrita- sonriendo y haciendo su cabeza hacia atrás dejando que Valentina siguiera con sus mimos.

-Pero si yo soy un angelito que no rompe ni un plato- decía Valentina sin dejar de dejar de besar el cuello, y susurrándole al oído- ¿En cuanto tiempo traerán el desayuno?- se separó un momento esperando la respuesta de su morena, pero sin dejar de acariciarla muy despacio, la realidad es que disfrutaba provocar a su mujer.

-Mmm, m..e, me dijeron que tardan aproximadamente 45 minutos ¿Por?- tratando de buscar que su rubia siguiera repartiendo besos.

-Pues porque hay que aprovecharlos chiquita- y deslizó su mano ligeramente hasta el inicio de sus bragas- Juliana se estaba acomodando hasta que Valentina se separó de ella y se levantó de la cama.

-¿Pero que?- Juliana con su cara de confusión- ¿es neta que me vas a dejar así?-

-¿Así como mi amor?- poniendo su carita de yo no fui

-¿Cómo, que como?, me dijiste que teníamos que aprovechar- ahora la del puchero era la morena

-¡Ah.. eso!, pues sí mi amor, hay que aprovechar para bañarnos- se acercaba a darle un pico a su morena y continuaba su camino hacia el baño.

-Eres más mala que la carne de puerco, ¡Carvajal!- cruzando sus brazos y haciendo su cara de berrinche-

Valentina estaba por soltar la carcajada -ya mi amor, anda hay que aprovechar el agua, no queremos desperdiciar ¿Cierto?- levantando su ya característica ceja, mientras se volteaba y lentamente se quitaba su playera del pijama.

Juliana sin pensarlo dos veces saltó de la cama, corriendo hasta donde se encontraba Valentina, abrazándola por la espalda y diciendo: -Cierto morrita, tenemos que cuidar de tan importante líquido, dando pequeños besos en el cuello y apretándola contra ella- vamos a ser ecológicas como la mayoría de las veces- Y así se adentraron en el baño, siendo la morena quien cerrará la puerta con su pie.

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