Camino como si conociera estas calles como la palma de mi mano, voy sin rumbo, logro ver a lo lejos un gran parque, corro hasta una banca y tomo asiento, hasta ahora no tengo idea de porqué corrí. Saco mi tercer cigarrillo, y mi celular veo la hora pero al guardar el celular se me olvida de inmediato, quizás son las 6:30am, o más. Observo muchas personas hacer ejercicio, debería de hacer lo mismo algún día, como dejar el cigarrillo.
Cada persona que pasa o logro visualizar le invento una vida y en eso se me van 3 cigarrillos mas y quizás una hora. Un chico de tez blanca pálida, ojos marron claro, cabello ondulado negro y una sonrisa amplia con unos colmillos de vampiro (¿sera dracula? Jajaja, claro que no) se acerca a la banca, toma asiento a mi lado, me ve y rápidamente gira la vista hacia el lado contrario a donde esta, fija su vista en un árbol, o eso supongo.. Se me hace conocido pero ¿de dónde?
-Dayanna Montaño, ¿no? - Lo miro con los ojos como platos, él gira su vista y ríe - No te asustes, estoy en tu mismo curso, soy Edward por tu expresión no me habias visto -Sonríe
- Sabia que te conocía de algún lado - Digo en voz baja como si hablara para mi, él arquea ambas cejas y eso me hace estallar de la risa - Oye, no sabia tu nombre pero si te había visto
- Pues si eso dices, ¿me das tu numero? Necesito un gran favor.
-Pues si eso dices - Imito su voz y el ríe, mientras copia mi numero.
Antes de irse hablamos por ratos, y la verdad es un grandioso chico, esta aun más loco que yo, pude observar que tenia un túnel y la verdad jamas me había gustado eso en un chico pero en el se ve muy genial... Ya va, ¿y Andrés? ¿Seguirá en la casa? Oh Dios, que vergüenza!!!
De camino a casa me salió hacer ejercicio corrí unas 5 calles hasta que por fin llegue, por un momento creí haber estado corriendo en círculos y ahí seguía su auto, me adentre a la casa en total silencio como un ninja y en mi mente sonaba aquella canción de Rocky el tipo ese que boxea paaam pan pam pam, paaam pan pammmg, si lo sé, no tiene sentido.
Abro la puerta, no está en el sofá, ni en la cocina, en el baño mucho menos, ¿habrá salido?
Entro a mi cuarto, seguro que supo que era mi cuarto por todos los retratos que tengo colgados, esta ahí tirado en mi cama como si hubiera mucha confianza, canalla, pero mira cómo esta descansando, parece un panda, que bello se ve y oye Dayanna que cursi eres. Me acerco y sin pensarlo mucho me quito la ropa, tomo mi pijama, y me recuesto aun lado, tal vez también necesite dormir un poco.
****
Siento un incomodidad de esas extrañas que solo suceden cuando te están observando, abro los ojos poco a poco mientras mis ojos se acostumbran a la luz de la lampara, Andrés observa cada uno de mis movimientos desde un mueble en forma de fresa que esta diagonal a la cama y su sonrisa cada vez es más pícara, más hermosa...- Oh, Dayanna realmente roncas mucho, no me has dejado dormir - Se acerca a la punta de la cama y se sienta.
- No seas mentiroso, tu de veras si roncas - Me salgo de la cama y me pongo entre sus piernas, me acerco lo mas posible a sus labios, puedo notar lo nervioso y entusiamado que esta - Debes irte - Susurro e intento salir del cuarto pero me toma de la mano, me hala hacia él con rudeza y me besa, mi músculos se contraen ante la sorpresa, pero luego mi boca toma la forma de su boca, y nuestras lenguas pelean, pelean de una manera única, y justo cuando estoy sintiendo ganas de montarme a horcajadas sobre él, se detiene.
- Esta bien, ya me voy. - Sale rápidamente del cuarto y ahí me deja sola, confundida, y hasta con ganas de más.
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Un orgasmo más.
RomanceSuele pasar el pensar que no tienes nada cuando lo tienes todo o viceversa. Me quedo con pensar la primera.