Capitulo XX

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-Noooo, ¿que haces? - Digo después de haberme dejado llevar, pero no es el punto. No quería besos. No quería amor. Odiaba la idea de ilusionarme de un tipo como él.

- Besarte las risas - Dice, a lo que me levanto alejándome de él, saliendo del callejon. Me detiene.

- No mereces besar mis risas, si vas a huir luego. - Me suelto de su brazo y corro en camino a mi hogar.

Ya esta algo oscuro, y eso me da el poder de tomar la oscuridad como ventaja y dejar que corran algunas lágrimas, que salen sin querer dejarse atrapar.

Toca la corneta y me detengo - ¿Que demonios quieres? - Le digo fastidiada.

- ¡Montate!- Me ordena, abriendo la puerta del copiloto.

Le digo un "No" rotundo que al parecer para él es un "sigueme y hablemos mientras yo corro". Y asi es, eso hace. Me sigue desde su carro, durante me va explicando lo que desea ahora.

Estar contigo, ser novios, ¿que dices? - Escucho y me detengo nuevamente. Que rayos se cree este pendejo.

- Jamás. Ya largate, o empezaré a gritar que me estás acosando - Le lanzo un beso con la mano y corro con más rapidez, dejándolo confundido como él me dejo aquel día. Y río para mi, esto es ser indecente. Esto es ser una diva, amiga mía.

                    ******

Llego a la casa y aparentemente no hay nadie. Entro y enciendo las luces a mi paso, estar sola no es cosa que me encante. Pero hoy tal vez me caía estupendo, necesitaba desahogarme, después de todo me sentía un poco mal sin motivo alguno. Solo me sentía mal y ya. Pero no quería que me vieran llorar.

Tomo una hoja y un lápiz, me tiro en el sofá de la sala y comienzo a escribir, sin saber por donde empezar, pero continuo, luego le daré forma, y es justo asi como me gusta, me encanta como se lee, esto era lo que quería. Releo lo que escribí una y otra vez, satisfecha de mi trabajo, doblo la hoja en mi mano y la tiro a la papelera, ya está. Ya me siento mejor.

Se que es por completo una locura, pero siempre me ha gustado desahogarme para luego arrojarlo lo mas lejos posible. Creyendo en mi mente que asi como arrojo mis palabras, se irán mis sentimientos y cada vez quedaré más desocupada de ellos. Sé que no es asi pero, bah...

Recuerdo que desde siempre tengo celular y me encamino a mi cuarto en busca de el. Al agarrarlo veo que tengo un WhatsApp, no soy del tipo de persona a la que le escriben mucho, y por eso me asombra ver el mensaje.

Reviso y empiezo a leer en voz alta para entender..

"Lamento no escribirte antes, sé que quizás no esperes este mensaje  pero ya estoy en mi casa, si no te molesta puedo pasar para que  hablemos un rato. Te extraño en verdad..

Edward :)."

Mi corazón se agita, y empiezan a sudarme las manos, pero no responderé. Mejor tomaré un baño y una siesta, para pensar que haré mañana mejor.

Un orgasmo más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora