Capitulo XVIII

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- No creo que sea suficiente - Dice y se levanta del sofa, y se sienta a horcajadas sobre mi.

Si tenía algo más que decirme, no lo supe porque no se lo permití. Me pedí en sus labios, luego de un ataque violento en el que nuestros dientes se rozaron en más de una ocasión, notaba como esbozaba sonrisas sin querer separarse. Me faltaba el aire pero esto me faltaba mucho en realidad, necesitaba amarla, necesitaba tenerla.

- Hay goteras aquí - Dije burlona, y continue con nuestro apasionado beso, ella solo sonreia y ya le empezaba a dar sentido a mi vida. Naci para esto, para hacerla feliz. Mi mente se enfoca en ella y lo sé, quizas no este bien, pero a la mierda todo. Esta mujer me hace feliz.

- Que quieres que te haga? - Me susurro y mi cuerpo reacciono de inmediato, sonrei.

- Oye, acuestate otra vez - Dije mientras la veia fijamente, pude notar como sus ojos cada vez se volvían vidriosos, estaba excitada.. Tan excitada como yo o tal vez muchísimo más - Ahorita lo que quiero es darte un verdadero orgasmo, un orgasmo más - Solto semenjante carcajada que luego yo imite, pero eso no impedía que buscará posición en el sofá nuevamente.

- Yo queriendote dar el paraiso y tu... Bah, me lastimas - Digo entre risas.

- Pero quítate la ropa, anda - Dice intentando sonar como un niño cuando pide algo que realmente desea, y yo sonrío pícaramente mientras le digo que no con la cabeza. Tengo otras ideas.

Cuando la vi habia hecho otros planes, como besarla toda la noche, meternos manos sin quitarnos la ropa, luego al amanecer irme a mi casa y decirle a mi mamá que me habia quedado en casa de Alexa y el celular no encendia que sé yo, o irme despues de un platica sin regreso, y ahora estoy aqui, viendola como se desespera dada a mi manera de observarla desde lejos, sus músculos cada vez se tensan y una vez más me veo tentada a introducirle mis dedos o probar su delicioso sabor, ese sabor que tanto me agrada.

Me acerco lentamente a ella, me incline sobre ella, le robe un beso desesperada. Ella se agitó pero no dijo nada.

- Ya me excitaste - Susurró en su boca y veo como en sus labios esbozan una sonrisa pícara y tentadora.
De inmediato me quite los zapatos.
Me demoré un poco pero después de un momento ya me encontraba encima de ella, comiendole los labios como ella me enseño a hacerlo un tiempo atrás mientras ella me recibía, sí me recibía como le había dicho que me gustaba. Su boca se abrio dispuesta, su lengua se presento sumisa y violenta a la vez, algo indescriptible pero de verás estimulante. Mordi poco a poco su labio inferior, succione su labio superior, luego introduje mi lengua hasta alcanzar el paladar de su boca, senti su saliva como si fuese mía, o quizas asi lo es, es mia.
Me perdí en la curva de su cuello, en su mentón y en sus hombros. Dejaba besos, lamidas y mordidas en el camino, aun sabiendo que en lo que descubriera las marcas, me odiaria. Pero tal vez en el momento que me odie podré soportarlo, ahorita lo que no soporto es detenerme.

Froté mis manos contra la tela de mi pantalón para calentarlas. Luego, como hormigas siguiendo un camino, las yemas de mis dedos encontraron el lugar desde sus caderas hasta sus senos. Con la palma los bordeé, deslizándola sutilmente de arriba a abajo, sin cubrirlos plenamente, sólo bordeándolos, mientras embelesada como si de una pelicula se tratara, miraba sus claros pezones mientras estos se endurecían. Besé generosamente sus labios, para luego concentrarme plenamente en sus pezones. Amando cada parte de ella, pero en este momento sus pezones eran quienes tenían mi atención, los bordee con la punta de mi lengua, dejándolos un poco humedos y sin poder resistirme, seguí mis instintos, los tome con mis labios dándole un poco de presion, la necesaria, escuché como gemia, y a su vez se arqueaba debajo de mi.
Mientras mis labios seguían jugueteando con sus pezones, mis dedos comenzaron a hacerlo en su abdomen, así, por encimita, tocando ligeramente, deslizándome hacía abajo, para terminar acariciando su entrepierna, cerca y lejos a la vez; luego sus muslos, nuevamente su vientre, su bajo vientre, otra vez sus piernas. Ella se agitaba, buscaba mis manos, se abría y suspiraba. Pare en seco. Y noté como en sus ojos me pedía que dejará de jugar ya, asi que me acerque nuevamente, la bese un poco y me aleje. Bese su frente.

Decidí dejar el jugueteo, pronto mis dedos otra vez se encontraron en su vientre, pero esta vez no los desvié a ningún otro lado, siguieron bajando hasta encontrarse con su zona sensible, y está estaba realmente humedad, esperándome. Una suculenta humedad que tentaba mi lengua. Deslicé los dedos suavemente. Sentí su clítoris como si palpitara, y lo palpé con cuidado, a una velocidad incitante pero moderada.

Ella se retorció un poco, gimió. Me abrazo por el cuello, pero luego levantó mi rostro a la altura del suyo y me comió la boca desesperada. La besaba con rudeza mientras mis dedos la complacían. Sus caderas habían comenzado a moverse, buscando profundizar mis caricias. Me separé un poco, y me le quedé mirando fijamente. Con mucha paciencia comencé a introducir un dedo dentro de ella. Mientras lo hacía, ni siquiera me atreví a quitarle la vista de encima. Ella me miraba y yo a ella. Estaba igual de excitada que yo, podía verlo en sus ojos.
Agobiada por mi paciencia, empujó sus caderas, envolviéndome por completo. Le sonreí pícaramente y ella me devolvió la sonrisa. Luego, dejando muchos besos por todas partes, fui descendiendo, hasta que mi lengua probó lo que tanto había estado esperando.
Su cuerpo se tensó una vez más mientras la punta de mi lengua bordeaba pacientemente su clítoris. Movía mi lengua con movimientos circulares y me ayuda con mis dedos, luego la presionaba intermitentemente, acercando más mis labios para intentar atraparle entre estos, y chuparlo y succionarlo a mi antojo, pero a veces se me dificultaba, y esa ocasión fue igual, terminé entonces con sus labios mayores entre los labios de mi boca.
Ella volvió a estremecerse.
Aproveché e introduje mi lengua, la moví lo mejor que pude, esperando que mi mejor esfuerzo no la desilusionara. Su cuerpo siguió tensándose, y la vi sujetar el sofa. Me aleje y me quité la ropa lo más rapido que pude ella me miraba espectante y algo desesperada. Me acerque y sin avisar le introduje dos dedos que movi con violencia dentro de ella, la escuche gemir con fuerza y muchas frecuencia. Mi boca tomo el control de su bajo vientre, el mejor oral de mi vida estaba siendo para ella. Mientras más gemia más fuerte succionaba, hasta escuchar mi nombre entre gemidos, y explotó en mi, en mi boca. Me levante triunfante con un sonrisa, mientras me limpiaba su delicioso jugo.

Aun ella estando exhausta, me halo y comenzo a besarme, introdujo sus dedos en mi, estaba irritada, mi vulva necesitaba atención, me sente sobre su mano y comence a mover mis caderas arriba y abajo, rapido y lento, podia sentir sus dedos bailar en mi interior. Sentia como comenzaba a separar sus dedos dentro, y eso me hacia sentirme cada vez más llena. Pare y me recoste a un lado de ella, sin tomar uno que otro suspiró, ella flexionó su pierna, la cual colocó entre las mías, empece a friccionar contra su piel. Sin dejar de frotarme comence a besarla apasionadamente, no la queria soltar, fue entonces cuando senti que comenzaba a penetrarme delicadamente. Me separe un poco para verla, su mirada era vidriosa sin duda, me excitaba, me tentaba. Seguí besandola y es que ya queria terminar de una vez por todas, para por fin caer en su brazos.
Pensando esto, y sintiendo como mi cuerpo cedía, pero lo obligué a sostenerme, me aleje, quería que ella me mirará, que viera fijamente mi rostro mientras el placer del orgasmo distorsionaba mis facciones. No pudiendo más cerré los ojos, mi aliento salia en un vuelo hacia otro lugar, sentía mis senos batirse a medida que intensificaba los movimientos. Gemí. Un segundo después, utilicé toda mi fuerza para un ultimo gemido en su nombre, dejé que todo el peso de mi cuerpo devorara sus dedos, y entonces, apenas viéndola detrás de mis ahogados gemidos, y con su mano libre acariciando mi rostro tiernamente, no pude más, y juntando mi frente con la suya, por fin dejé que mi cuerpo experimentara lo que minutos antes le había permitido experimentar a ella.
                       *****

La veo dormir placidamente un momento, ya son las 6:01am por lo que pude ver en su celular, salgo y tomo asiento en la acera mientras veo como el sol empieza a salir. Ya es de día, ya deberia irme de aqui.
Entro y aun sigue dormida, su respiracion está tan serena, no se compara en absoluto a la de ayer, recuerdo cada gemido y sonrío. Me acerco a ella, y le doy un beso en su mejilla, a lo que ella sonrie, mientras aclara su vista, parpadeando varias veces.

- Hola - Dijo esto mirándome por encima de una manera que nunca antes había hecho lo cual provocó en mí un estremecimiento bastante particular.

- Buenos dias - Dije acercandome a su boca, la bese y coloque mis manos en sus senos, los aprete un poco haciendo que se endurecieran, me acerque a ellos y los lami. Baje hasta su entrepierna, le bese su vulva a mi antojo por unos 15min, y luego de todo ese espectáculo mordi un poco sus labios alli abajo, sólo para escuchar como gemia ante la sorpresa. Me aleje y sonrei picaramente - Ya me voy. Debo llegar a mi casa, en un rato regreso a buscar las llaves - Le guiñe un ojo, le di un pequeño beso en la frente y sali. Solo logre escuchar un suave "esta bien" acompañado por suspiros.

Un orgasmo más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora