Capítulo XV

7 2 0
                                    

W

Volví al cuarto de Dylan y me acosté en la cama con Nim. Ella seguía moviendo su pancita de manera constante y suave. Quería esperar a Dylan, o volver con él en cuanto mi niña se durmiera, pero mis parpados me vencieron y solo me dormí allí.

"Gracias"

Una voz repetía eso en mi cabeza. No entendía de dónde venía, hasta que reconocí que ya la había oído antes. Esa voz no estaba sola. Alguien más estaba allí.

―¿Quién es?― dije tratando de buscar a alguien entre tanta oscuridad.

Esa mujer volvió a aparecer en frente de mí y sonreía. Sus ojos eran de un verde intenso y familiar. Alguien más apareció detrás de ella. Era rubio y con unos ojos igual de verdes. Los miré confundido. A nuestro alrededor ya no había oscuridad, poco a poco la luz nos invadió y un hermoso valle se hiso presente.

―Aun debes hacer que lo admita― exclamó el chico con una sonrisa.

―¿Y quién se supone que eres?― exclamé.

―Solo dale tiempo, ha pasado mucho sin nadie a su lado. No sabe cómo abrirse de nuevo― la mujer se acercó a mí y me abrazó― Gracias por amarlo―

―Yo, no estoy seguro de que significa esto pero, de nada― balbucí.

El chico seguía viéndome con una sonrisa, y también me abrazó.

―Está bien, dile que lo extrañamos―

―¿A quién?―

Desperté en la cama en cuanto Lux se arrojó sobre nosotros. Rayos, me dio un susto que se montara tan brusco. Me acurruqué más contra Dylan y gemí molesto. No quería hacer esto.

―Voy a ir un rato a ver a mi madre. Debo asegurarme de que no estén preparando antorchas para quemar tu casa o algo― dije y dejé un beso en sus labios. Era momento de evaluar cuál será el plan de acción y si tengo suerte, Vishous, se habría achicharrado una pierna a la luz del sol.

Me levanté de la cama, me vestí y salí del cuarto. Vishous estaba entrando a un cuarto cuando salí, así que intercambiamos un saludo. No quería caer ante mi parte hada así que seguí mi camino.

Volví a la mansión. Saludé a los sirvientes y pedí un carruaje para volver a la ciudad. Estuve ahí justo para la hora del almuerzo. Realmente era molesto no poder moverse más rápido. Llegué al castillo y fue bastante tedioso la seguridad. Cuando al fin pude ver a mi hermana, ella se lanzó a mis brazos.

―Estaba muy preocupada por ti hermano idiota― dijo.

―Lo siento, pero estoy bien― exclamé.

―Qué bueno, porque necesitamos tu ayuda con la abuela― dijo ella.

―¿Dónde está?― me tense y mi hermana solo rio.

―Está en una habitación. Iban a dejarla en un calabozo, pero no dejaba de escaparse para ir a un dormitorio grande y cómodo. Así que Aarón negoció que podía quedarse en la habitación, si dejaba de moverse como si el lugar fuera suyo― dijo Lucy

―¿Y que se supone que voy a hacer?― repuse.

―No lo sé, ella quiere verte y madre ha hablado con ella, pero no me dice nada― dijo ella.

―No estoy seguro de que podría querer conmigo― dije siguiendo a Lucy hasta una habitación lejana de las demás.

La puerta estaba custodiada y al entrar vi a mi madre. Ella me sonrió. Branwen estaba sentada en un sillón tomando un té.

Marcados por el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora