Capítulo III

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Decidí soltar un suspiro y tal vez hurgar un poco entre un mar de polvo que no me molestaba en revisar. Con las manos en los bolsillos camine hacía el área más oscura y descuidada de este castillo. Mientras avanzaba entre las profundidades, luces de fuego azul se iban encendiendo, iluminando mi pasó. Cuando llegue al borde donde comenzaba una escalera, la brisa azotó contra mi cara justo como si la profundidad respirara.

Descendí por una gran escalera de caracol en mármol que cubría todo el espacio en descenso. A los minutos llegue a la sala abandonada. Levante la cabeza y toda la sala se iluminó en un intenso destelló. El polvo era más que evidente, pero era inevitable sentir el palpitar de la magia. Un escalofrío me invadió. Todo ese espacio estaba lleno de libros hasta el gran techo a más de 1000 pies de altura. Innumerables estanterías cubiertas con libros inimaginables. Eso además de las largas mesas y de los extraños artefactos que brillaban junto con las piedras mágicas y los frascos esparcidos por todo el lugar.

Me removí un poco incómodo y me senté en la silla más cercana. Justo al frente había un libro. Ese tonto libro. Lo abrí y el polvo se levantó como una intensa nube de estrellas que produjeron relámpagos, fuego y constelaciones antes de desaparecer.

Mire la página que salió y fue como si todo volviese a darme una patada en la cara. Era una hermosa página doblé ilustrada. Dos imágenes de la misma persona pero con diferentes detalles. Todo hecho a mano. El negro, el plateado y los tonos de azul y blanco que encarnaban el espíritu, definitivamente era espeluznante incluso a través de una simple imagen. Ver aquello era extraño. El pie de la foto rezaba "Engel"

Cerré el libro y desvíe la mirada hacia una gran piedra púrpura que se mantenía al final de toda la sala. Era enorme y estaba incrustada sobre otra gran piedra entre la oscuridad. Incluso parecía permanecer dormida e impasible, esperando a rugir. Justo ahí fue donde la escuché palpitar y enseguida las llamadas de Lux llegaron a mi mente. Maldita sea ¿cuándo tiempo había permanecido perdido entre mis recuerdos? Me levanté azorado y las imágenes que enviaba mi espíritu de sombra dieron de lleno contra mí mente. Estaba en la mansión Gawain y un enorme troll que no tenía nada que hacer ahí ya llevaba cinco de las paredes del gran castillo destruidas. Joder.

Corrí hacia una puerta mágica entre uno de los pasillos de la biblioteca. Esta me llevo a un gran espacio abierto cubierto de maleza y un enorme arco de pierda. Continué mi carrera hasta pararme en frente mientras las imágenes continuaban. De inmediato y lo más rápido que pude tome una gran bocanada de aire invocando poder y la imagen que estuvo a punto de hacerme perder la concentración fue ver a Wade contra el suelo y al mismo tiempo alejar un poco el mal con una invocación de poder, de su propio corazón. Maldita sea por favor que no quedará inconsciente. Mis ojos centellearon en verde y el portal terminó de abrirse. Aparecí justamente cuando ese desgraciado troll estaba a punto de arremeter.

Produje una implosión de poder mágico para cubrirme, me elevé con un simple gesto hasta quedar delante de esa criatura y sonreí con malicia. Miré sobre mi hombro y vi a Lux acercarse a Wade. Buen chico. Luego me fije en las miradas que quería evitar. Abrí un poco más mis ojos para detener el tiempo de aquellos que estaban demasiado consientes.

Regresé a mi problema principal. Aquel monstruo. Abrí las palmas de mis manos y brotó una energía azul y verde. Una de ellas las proyecté hacia el portal y la otra, la dirigí hacia la criatura.

―Vamos ¿Qué prefieres? ¿Lárgate, ser comida, o arder?― la criatura rugió enfurecida. Vale ya teníamos la respuesta ganadora. SER COMIDA ―Como desees, te convenía no desafiarme―

Con un chasquido de mis dedos conseguí que del portal brotará una entrada al bosque profundo donde habitaban ciertas criaturas amantes del platillo "troll al fuego lento" deje otro chasquido producirse en mis dedos y las llamas azotaron su cuerpo. Seguidamente la criatura era arrastrada por una energía oscura que parecía soltar un grito ahogado del otro lado. Y pufff, había hecho desaparecer el portal. Volví a respirar y dejé que parte de la magia invocada se retirará. Descendí y me giré hacia Wade que continuaba consiente. Gracias al cielo y a su corazón necio. Lux lo envolvía con su cola y me arrodillé hacia él para tocar su pulsó. Definitivamente reconocía eso. Su magia incluso parecía implorar por algo. Trague saliva.

Marcados por el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora