21- "Roller Derby"

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 Abro la puerta y ahí estaba Toni sentado en un sofá mientras come algo. Yo cierro la puerta y camino para luego sentarme a su lado.

— Creí que una fiesta de adultos jóvenes sería interesante, ya no son como en mi época, pero solo pienso eso—dice.

— No cuando el chico que te gusta se besa con la que odias—contesto.

— Un corazón roto, por parte de un joven que tiene aspecto de chico malo

— Si, exacto y a eso añádele un toque bizarro, de la que te cae mal estaba vestida como tu

— Bastante raro ¿y si él se confundió?

— No lo sé... solo le dije que no me buscara, tenía rabia, solo déjalo ser ¿ok?

— Está bien, en el horno esta tu comida, la compre en el barrio chino, hacen buena comida, deberíamos ir mañana, el comer alivia las penas de amor

— Genial—sonreí

— Sé que no soy de tu edad y que soy tu figura de autoridad Brooklyn, pero quiero que confíes en mí, yo puedo ser tu amigo, aunque este un poco viejo

— Lo se papá—reí.

— Se siente bien escuchar eso.

Después de pasar un rato hablando con Toni subí hasta mi cuarto, el recuerdo me invadía una y otra vez, estúpido Zayn, estúpida ardilla, las lágrimas eran inevitables, pero mi orgullo tenía que ser fuerte. Yo solo lloraba cuando me golpeaba el dedo chiquito del pie con la esquina de algún mueble, eso sí era motivo para llorar.

Desperté con lo toques de la puerta, era papa quien me llamaba, mire el reloj y eran las diez, había dormido bastante.

— Ya salgo—grite.

Rápidamente entre al baño, quite mi ropa y abrí la regadera, el agua helada cayó sobre mí, fue genial. Después de unos minutos salí, me puse una camisilla negra y un jean. Peine mi cabello y baje. Ahí estaba papá sentado leyendo una revista.

— Tengo planes para hoy, todo el día—alzo sus cejas y me brindo una sonrisa

— Te escucho...

— Iremos a una pista de patinaje.

— ¿patinaje?

— Si... es mi deporte favorito, pero no solo es eso, es Roller Derby.

— Deporte de chicas fuertes... seguro tienes alguna novia ahí.

— Quizás sí, quizás no, solo es en el armario, quien sabe.

— Vamos, que esto ya me está gustando.

— Desayunamos en el camino, me dio flojera cocinar. Y vamos a almorzar en el barrio chino.

— Bueno.

Salimos de la casa e hicimos una parada en una panadería, ahí desayunamos cruasanes y juego de naranja. Luego seguimos hasta la pista de patinaje. Llegamos y Toni saco unos patines de la cajuela de su auto. Eran negros con rojos, tenían taches, lucían agresivos y eso me gustaba.

— A la pequeña Brooklyn le gustaba patinar—susurro.

— Creo que lo recuerdo, me caí varias veces, luego lo deje de hacer cuando te fuiste

— ¿es tarde para recuperar tiempo?—pregunto.

— Hmmm no—sonreí

Me puse los patines y empecé a andar, un giro tras otro era genial, no había nada de qué preocuparse y los malos recuerdos se borraban. Toni desde las gradas me apoyaba, luego vi que estaba hablando con un hombre y me llamo, obedecí y llegue hasta ahí.

— Eres buena niña—dijo el hombre.

— Gracias, supongo—conteste.

¿ te gustaría formar parte del equipo de Roller Derby? Tu padre me ha dado buenas referencias

— Hmmm no lo se, he visto el deporte, no se si soy buena—conteste.

— Tienes agilidad, que es lo primordial, de resto se va forjando.

— ¿tu que dice papá?—le pregunte.

— Si te sientes cómoda, recibirás todo mi apoyo—dijo y sonrió.

— Acepto, me uno a su equipo.

— Ah, entre otras cosas soy dave... y soy el entrenador

Dave nos dio toda la información, llene el formulario y luego compre el uniforme, que era un short negro y una camisilla roja con el logo de un calamar sobre una carabela. Después de eso papa quería hacerse un tatuaje así que lo acompañe. Entramos a la tienda y había demasiados motivos.

— ¿y tú qué opinas?—pregunto.

— Todos son geniales—conteste

— Escógeme uno—pidió.

Mire por unos minutos hasta que encontré uno de un lobo, mitad de su rostro era normal, pero la otra mitad era geométrica, era perfecto, a él le gusto y paso acercárselo, mientras que yo lo observaba.

— ¿Y si te haces uno?—pregunto.

— Hmmm no lo sé... ¿duelen?

— Un poco, pero la vida es una sola...

— Hmmm está bien, me hare uno será el comienzo de una nueva Brooklyn

Camine por toda la tienda hasta encontrar la silueta de un mapamundi, era sencillo pero lindo, decidí hacérmelo en la muñeca, pero tenía miedo. Cuando sentí la aguja grite, luego respire hondo y asimile el dolor y con el paso de una hora mire mi muñeca y había un bello tatuaje, me había gustado, así que en un futuro me haría otro.

4kn@

De nerd a chico malo [Z.M.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora