CAPÍTULO 7

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Sí, mi profesor se acababa de tirar por la ventana. Nunca entendería porque mi vida, en la que nunca pasaba nada se había convertido en una tan dramática.

La clase se quedo en silencio unos segundos. El primero en reaccionar fue una chica de cabello largo y ondulado. En un primer principio no logré descifrar en que grupo estaba. No parecía de las "pijas" y tampoco parecía una nerd. Se acercó a la puerta de la clase del al lado y le dio la noticia al profesor de esa clase. O eso pensaba yo, ya que ningún profesor apareció en los próximos minutos.
No sabia que fue hacer aquella chica que corrió de la clase.
Pero si sabía que fue otra la que dio la voz de alarma.

Nos sacaron a todos de la clase y llamaron a nuestros padres para que nos recogiesen. Pronto el edificio se encontraba rodeado de policías y un camión que se llevaba el cadáver de ese profesor con el que intercambie solo tres palabras .

Mi primer día de clase me daría vueltas en la cabeza una y otra vez. A veces me hacía sentir agradecida debido a que a pesar de mis problemas, nunca había llegado a pensar en suicidarme. Luego me sentía culpable por agradecer aquello de su suicidio. Luego caía en que era una gran desgracia y que seguramente era un buen profesor y ni lo había conocido. Una gran persona sin descubrir... A lo mejor no lo era pero,¿porqué tenía que irse la gente d mi vida tan pronto?

Las clases se reanudarían una semana después, lo que me daba otra semana por Madrid, sin saber muy bien que hacer.

Aquella tarde mi madre yo y mi hermana fuimos al hospital a una sesión de quimio terapia. Yo aún no había estado en ninguna. Al entrar en la sala, se me saltaron las lagrimas. Había niños sin pelo, niños sin sonrisas, niños callados y tristes. Me asusté y quise llevarme a mi hermana de allí.

Mi madre se dio cuenta de la impresión que aquel lugar me dio. Decidió llevarme a ver otras salas mientras asistían a mi hermana.

Aún recuerdo aquellos niños, con un cáncer avanzado de mas de dos años. Hablé con algunos y a pesar de triste, fue un momento muy bonito que recordaría por siempre. Ver sonrisas en algunos de los niños cuando hablabas con ellos te encogía el corazón.

Al volver a la sala de quimio, volví a ver allí caras largas y deterioradas. Por lo que me habían contado los niños, ir allí no les gustaba. Mis ojos se fijaron en un niño, un niño que ya había visto antes. Y se posaron después en su acompañante. Era aquel chico del que aún no sabía su nombre.

Me sorprendió que aquel chico, se hiciera cargo de el niño como si fuera su padre. No sabía entonces que era su hermano. No me permití acercarme a ellos y me dirigí hacía mi hermana.

Ella estaba a punto de acabar la sesión. Dentro de varios meses nos dirían si la quimio estaba dando fruto o no y si debía continuar con ella. De verdad deseaba que estuviera bien. Era lo que mas deseaba.

Cuando mi hermana se levantó fue directa a donde se encontraban el chico y su hermano. Empezó a hablar animosamente con aquel niño. Ojalá yo fuera tan directa como ella. Parecía que se habían hecho amigos, y mi madre se acercó a recoger a Claudia. Yo la seguí un poco a mi pesar.
—Bueno, parece que os habéis hecho amigos—Dijo mi madre refiriéndose a los niños pero mirando a el chico.

—Si, mi hermano Teo parece haber cogido cariño a Claudia- Esta vez habló dirigiéndose a mi madre, pero mirándome a mi.

Se me formó una tímida sonrisa y aunque mi madre se alejaba con mi hermana yo no me dí cuenta y me quede pasmada delante del chico.—Oye creo que te tienes que ir—me dijo.

—Sí, pero antes...¿Cuál es tu nombre?—no me creía lo que acababa de salir por mis labios. Al fin se lo había preguntado. ¿En serio? Si.

Aunque su respuesta no fue como yo esperaba. Me miró a los ojos y me dijo —Soy Marcos pero no quiero conocer a ninguna chica, ahora no, perdón—Su mirada se volvió a dirigir a su hermano y yo me fui con el corazón latiendo a mil por hora. Yo tampoco quería nada con él... Como mucho una amistad. Eso es lo que me decía a mi misma, pero en verdad su rechazo anticipado me había hecho daño. Nunca había hablado con ningún chico a solas, bueno y menos con un desconocido. Después de aquello tardaría mucho en volver a intentar mantener una conversación con nadie nuevo.

Al acostarme aquella noche en la cama pensé en el día tan extraño y emocionante que había tenido. Había sentido miedo y vergüenza al inicio del día, luego tristeza y confusión cuando escuchaba las ultimas palabras de aquel profesor que nunca me ayudaría, finalmente me había sentido enternecida, triste y compadecida de aquellos niños tan especiales y rechazada por Marcos, aquel chico del que antes no sabía su nombre.

Entonces mi móvil sonó. Era Ana que quería hablar por Skype para preguntarme por mi primer día. Ese día sobre el que había especulado tantas situaciones y no había acertado ninguna. Aunque no era lo que mas me apetecía abrí el portátil y me conecté con ella.

Ana comenzó a contarme como era su nuevo instituto. Hablaba con aparente emoción, pero yo que la conocía desde niñas, me di cuenta de que ella tampoco tenía muchas ganas de hablar. Dudé entre preguntarla si estaba bien pero sentí que no era de mi incumbencia. Claro que lo era, era mi mejor amiga, pero en ese momento pensé que aunque ambas supiéramos que no estábamos bien era mejor aparentarlo para apoyar a la otra.

Hasta que llegó el momento en el que me preguntó por mi nuevo insti.- Llevo contándote mi día todo el rato. ¿Qué pasa contigo? ¿Que tal ese insti medio pijo al que vas?

—No están pijo,.. bueno sí un poco.—fingí una risa y continué
—No se si contarte una cosa, pero ocurrió algo bastante extraño.

— ¿Encontraste al chico guapo y popular y está por ti?—sugirió Ana riéndose.

—Vi como mi profesor, se suicidó tirándose por la ventana—Dije bastante seria.—Mis clases no comienzan hasta la semana que viene.

—En serio... Y yo contándote mi aburrido día. Lo siento, seguro que era una buena persona.—Yo no la respondí porque no le conocía
—Bueno creo que hay algo que yo también te debería contar—Noté como su sonrisa se desvanció y unas lágrimas se asomaron en sus ojos. Aquello que llevaba evitando toda la conversación, estaba a punto de soltarlo

—Lucía... emm...

Hola ¿que tal están? Cuando lleguemos a las 500 leidas subiré el nuevo episodio y sabréis que atormenta a Ana.
Bueno gracias a todos por leer y espero q dejeis vuestros estrellitas si os ha gustado ❤️

Todo cambióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora